NUNCA MÁIS

 

13 de novembro de 2002
Tal día coma hoxe, fai dezaoito anos, escoitamos por primeira vez un nome que NUNCA MÁIS imos olvidar: PRESTIGE.
Un barco que pasearon coma un caldeiro furado, deixando loito por donde pasaba. Un día escachou e soubemos que iso non ía ter fin.
Señores de traxe dicían no "parte" que non era unha marea negra. Ao abrir os ollos e as ventanas o desastre estaba alí, ao lado das nosas casas. Non se podía neghar.
Chegharon voluntarias sen que ninguén chamase por elas. Non había ferramentas porque aquelo non existía.
Aquel inverno non houbo augha que afoghase os nosos berros. Miles de paraguas cubriron o país baixo un lema e unha bandeira común. Puxeron en xogo o noso medio natural e a forma de vida de moitas familias.
Xente de terra adentro estaba defendendo o mar da Costa da Morte como se levasen toda a vida indo mariscar. Nunca volvín ver unha mostra de solidaridade ighual. O mar non era de ninguén porque era de todas.
A nosa responsabilidade é protexer o noso medio natural para que non volva acontecer. Temos que facelo polas voluntarias que coas súas mans axudaron a construír o que temos hoxe.
Xa van dezaoito anos daquel novembro, pero non esquecemos. Dentro de nós permanece unha rabia contida contra as inxustizas. Despois de todo, Prestige deixounos algho positivo, dignidade no corazón. Aquel novembro naceu a nosa conciencia.
NUNCA MÁIS.

 





















13 de novembro de 2002
Tal día coma hoxe, fai dezaoito anos, escoitamos por primeira vez un nome que NUNCA MÁIS imos olvidar: PRESTIGE.
Un barco que pasearon coma un caldeiro furado, deixando loito por donde pasaba. Un día escachou e soubemos que iso non ía ter fin.
Señores de traxe dicían no "parte" que non era unha marea negra. Ao abrir os ollos e as ventanas o desastre estaba alí, ao lado das nosas casas. Non se podía neghar.
Chegharon voluntarias sen que ninguén chamase por elas. Non había ferramentas porque aquelo non existía.
Aquel inverno non houbo augha que afoghase os nosos berros. Miles de paraguas cubriron o país baixo un lema e unha bandeira común. Puxeron en xogo o noso medio natural e a forma de vida de moitas familias.
Xente de terra adentro estaba defendendo o mar da Costa da Morte como se levasen toda a vida indo mariscar. Nunca volvín ver unha mostra de solidaridade ighual. O mar non era de ninguén porque era de todas.
A nosa responsabilidade é protexer o noso medio natural para que non volva acontecer. Temos que facelo polas voluntarias que coas súas mans axudaron a construír o que temos hoxe.
Xa van dezaoito anos daquel novembro, pero non esquecemos. Dentro de nós permanece unha rabia contida contra as inxustizas. Despois de todo, Prestige deixounos algho positivo, dignidade no corazón. Aquel novembro naceu a nosa conciencia.
NUNCA MÁIS.

EL OTOÑO DEL PATRIARCA (Gabriel García Márquez)

 

“...que carajo, si al fin y al cabo cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo...”
























LA MÚSICA...

 

La música puede con todo...

































La música puede con todo...

¡ALTO!

 

¡Alto!

me digo a veces,

me lo digo cuando voy de sobrado

o de cid campeador,

o cuando me da por pensar

lo bueno que soy en todo...

y claro y de repente me acuerdo 

de que soy animal frágil y perecedero con muchas vértebras y demasiado miedo

y como la modestia es un traje que me sienta muy bien,

desde ese mismo instante

salgo a la calle en desnudo integral

ando para atrás como hacen los cangrejos 

y de lado como los que se sienten atrapados entre la espada y la pared,

me elevo sobre mis desgastados pies

y al final

busco un escondite en cualquier pared.
































¡DIGNIDAD!

 

Se supone que algo he aprendido,

se supone que habré aprendido a caerme y a ponerme de pie

y una y otra vez.

Se supone que  sabré lo que es sufrir con dignidad

y que el tiempo de duelo, 

ha pasado ¡ya!

y que ahora lo que te toca

es cabalgar de nuevo y hacia ese punto de luz brillante

y a veces, alucinante

que se llama...¡dignidad!.


 



















Se supone que algo he aprendido,

se supone que habré aprendido a caerme y a ponerme de pie

y una y otra vez.

Se supone que  sabré lo que es sufrir con dignidad

y que el tiempo de duelo, 

ha pasado ¡ya!

y que ahora lo que te toca

es cabalgar de nuevo y hacia ese punto de luz brillante

y a veces, alucinante

que se llama...¡dignidad!.

DONDE HABITE EL OLVIDO (Luis Cernuda)

 



 


EL ÚNICO CONSEJO QUE OS PUEDO DAR

 

Menos mal que en la vida existen los subidones: esos ataques de gloria, de esperanza, de optimismo desbordante, que te dan ganas de romperlo todo y sin que te importe el quedarte sin nada, pues la cuestión está en el proceso, en la construcción del proceso y el como difrutas de ello. El subidón no tiene ninguna lógica, pues puede aparecer en los momentos más malos o más buenos y también puede tener o no, una causa determinada. Puede aparecer por el vuelo de una puta mosca que te está calentando los cojones o porque hoy el mar está precioso o porque he dejado mi estudio (estudio o habitación preparada para estos menesteres y que son más de escribir que de estudiar) de rechupete y listo para la guerra interestelar que yo solo me monto y por todas estas posibles causas, la cosa o el subidón simplemente, se dispara.
A veces has pasado una noche de espantoso insomnio y cuando el primer rayo de sol te da en el careto, de repente, se despierta el monstruo del subidón. Con el subidón el mundo se te hace pequeño y te sientes un dios en la tierra y si estuvieras en el cielo, destronarías al que dicen que es el dios verdadero. Yo creo que ese el gran problema de los humanos, que somos ambiciosos y como lo queremos todo, pues pasa que al final, siempre nos queremos quedar con el subidón en modo perpetuo y de ahí, vienen los cuelgues de las drogas que estimulan y al final, destrozan el cerebro o que lo dejan en un estado de bienestar entre adormilado, destrozado y descerebrado.
En el fondo, todos queremos ser como las águilas que dominan los cielos. Pero para ser un águila antes tienes que ser ratón y aún así, la cosa no está asegurada, porque puedes ser ratón y quedarte en ese estado para el resto de tus días. Yo no soy nadie para dar consejos y porque además el mundo está lleno de ellos, ya sabéis de que va el tema: tienes que ser positivo, tienes que ser honrado y modesto, tienes que ser bueno y honesto, tienes que ser sincero y empático, tienes que saber poner el culo y sonreír a su vez y tienes... y tienes que ser gilipollas redomado para tragarte todas éstas monsergas patrañeras. Cada uno es como es y punto, y si yo coincido con alguien y además lo quiero, pues le daré un beso en la boca o en sus partes, según tercie y convenga. Y éste es el único consejo que os puedo dar. El lugar o el sitio, es lo que menos importa, pues importa más el beso y punto.






















YO SOY DE CIUDAD, DE SU PERIFERIA

 

 Yo soy de ciudad,

de su periferia,

nací con vistas a un enorme solar medio desolado,

jugué con mis manos con la tierra más sucia

y me inundé con el olor de los tubos de escape,

fuí de tierra mezclada con manchas de cemento

fuí de asfalto de fuego en los días de verano

y fui creciendo en un medio hostil de una ciudad enorme

y por eso ahora,

me he convertido en hombre de pueblo o de aldea

o de persona que dura dos días en una gran ciudad.

Ahora,

me siento ermitaño

y busco la soledad con desesperación.





























Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...