mis pinos eran así de esbeltos y de grandiosos,
eran de cintura estilizada y esculpida por las manos del
viento,
y eran de copa de vino verde divino,
y que verde era mi vida en aquellos hermosos tiempos,
eran pinos salidos de la madre tierra
y nacidos entre arenas de sol y caña de orujo sin filtros,
eran tiempos mejores
o eso siempre se dice de aquellos tiempos,
pero mejores eran
y porque ese verde
y ese azul del cielo,
es como el contraste
del azul de luna
con el verde de una aceituna,
yo soy de pinos verdes
y de amaneceres mirando la luna,
yo soy más de despedidas
que de abrazarte nada más ver tu figura,
yo prefiero el poso que dejan los sentimientos,
al barniz negro que dejan las noches sin luna,
yo prefiero andar por los cráteres del sol ardiente
que circular por paseos de cemento,
yo me quedo con los pinos
y con el color y olor de sus versos suspendidos...
su aroma me llega y me enternece las venas.