ESE VIEJO DEL ESPEJO


Claro que...
claro que cuando me miro en el espejo,
me siento como un ser un tanto extraño,
y siempre tengo que comprobarme de cuerpo entero,
que si... que soy yo el que me estoy mirando,
que si...que soy yo y no soy el otro,
que sí... que soy yo,
sólo que soy yo pero un mucho más viejo.

Que soy el yo auténtico,
el yo genuino,
el pensador de ideas vanas,
el escritor que no dice nada...
ese soy yo,
además de eso... soy:
el legendario cid campeador,
el beduino en busca de espejismos,
el alquimista y altruista,
y ese que yo describo... ese soy yo,
sólo que soy yo pero un mucho más viejo.

No me sienta mal del todo
ese look de vaquero fumador de malboro,
ese cigarro sempiterno siempre entre mis labios,
esa sonrisa de pícaro
y de como si nunca hubiera roto un plato.

No me sienta nada mal esa piel arrugada,
al revés,
parecen surcos arados en un campo de trigo,
eso le da caché a mi cara
le da un aire a venerable sapiencia de roble.

Si yo me miro de soslayo y de lado,
hasta me encuentro a gusto con mi cara,
es más, si veo de nuevo mi reflejo en el espejo,
y me fijo en que mis ojeras cuelgan como dos nidos de cigüeña
tengo que reconocer que las veo y las reivindico
y además juro...que les encuentro su encanto.

Ahora delante de mi espejo mágico,
veo rasgos vagamente reconocidos,
veo señales de guerras y de mil batallas,
veo mi piel de estropajo duro y reseco,
y aún así... me veo,
me conozco y hasta me reconozco,
y por fin y con una sonrisa pícara y socarrona
y como si nunca hubiera roto un plato
me despido de ese viejo,
de ese viejo que vive...
que vive detrás del espejo.

¡Estoy casi seguro!




Estoy casi seguro

que antes, fui otra persona.

Sí, que andaba y hablaba

y pensaba y decía

y a veces, soñaba y maldecía,

pero mi pelaje era otro,

mis ideas subían y bajaban como las mareas,

mis estados de ánimo eran inseguros y bamboleantes,

mi sinceridad lo era a ratos,

mis dependencias eran bestiales,

mi yo era en apariencia grande e inmenso

pero por dentro era de aire,

y me rayaba muchas veces,

y venga a darle vueltas al mismo tema

y las decisiones, que tanto me obsesionaban,

se convertían en no decisiones que jamás fueron tomadas.

Por tanto, me reafirmo...

¡estoy casi seguro!

Y ASÍ FUE

 


De cuando escribía pensando en ti

y no dejaba de escribir

y después,

 seguía pensando en ti...


Y así fue

hasta que de repente cayó un telón en el medio,

y se hizo la noche en pleno día

y aquellas bellas palabras de antes

se convirtieron en dardos envenenados

que nos intoxicaron de odio y arrepentimiento.


Ha pasado el tiempo

y los meses y los días,

y ahora, he dejado de pensar en ti,

mejor dicho, 

hace un tiempo,

por tanto 

ahora no escribo pensando en ti,

tampoco pienso en nadie más

porque de alguna forma

he empezado a comprenderme en soledad,

me gusta estar en modo solitario,

disfruto de hablar con mis fantasmas,

y me encanta dar vueltas y más vueltas

sobre mi inmensa y vieja casa.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...