OSCAR WILDE


 

TRIPAS



Lo que a veces duele en el bajo vientre

es eso 

es el movimiento espasmódico de los intestinos

buscándose un hueco o acomodo.


Hay veces

en que las tripas se retuercen con demasiado anhelo

y parece que se montan las unas a las otras.

Cólicos, le llaman algunos.

Yo le llamo,

hablar con las tripas

y con el corazón encendido.


Pasión intestinal

y ardor guerrero en la lucha.

Tripas revueltas y retorcidas

que a veces

maúllan como gatos desesperados en medio del caos.

INTUICIÓN (Martín Acosta)


 

MIS BESOS

 

Todos mis besos soñaban con tu boca.

Ahora

han dejado de soñar

y ya no me acuerdo

de tu boca.

INTERIOR DEL PAISAJE (Francisco Brines). Blog "Rua das Pretas"


 

Cómo decir este momento rosa de la tarde cayendo
detrás del alto monte que oscurece?
¿Y para qué decirlo? ¿Para salvar mis ojos?
Contempla en el jardín las flores de este otoño,
las tapias recubiertas de hiedras y jazmines,
y el paso misterioso de los pájaros 
que vuelan de repente del lugar de una sombra,
o que buscan las ramas
                                             y se mecen
en densos y caídos surtidores
de rojas buganvilias.
No salvas nada tú, ni ellos te salvan.
(Cae la tarde hoy con tan grande sosiego,
es el tiempo tan íntimo
con el canto en su centro del pájaro que escuchas...)  

La luz de allá, desde tu solitaria habitación, es otra
          habitación que aloja al mundo en sombras
y su Dueño, el que ignoro, ha cerrado la puerta
y ha entornado el balcón,
y ya todo el jardín, y el campo que lo cerca, es un rincón
          espeso,
y han callado los pájaros. 

Mira cómo se encienden, una aquí y otra allá, las velas en
           la noche.
Nunca creí que el último naufragio fuese un lugar tan
          cierto, y tan a tientas.

Francisco Brines

 

ALEJANDRA PIZARNIK


 

¿PORQUÉ?

 

¿Porqué no nos hacemos a la idea

de que algún día hemos de morir?


Quizás por miedo a morir,

pero el miedo se tiene cuando no sabes donde vas

y nosotros desde que nacimos

sabemos que tarde o temprano tendremos que morir.


Quizá porque de la muerte

sólo sabemos que está al otro lado

y que se llega hasta ella

a través de un estrecho y oscuro túnel

con una luz medio amarillenta, al fondo,

y que en ese trayecto

dejaremos el cuerpo atrás

y como si fuera una muda de serpiente

mientras el alma es la que nos representará en el otro lado.


Claro que después

viene el lío del cielo y del infierno

y según que religión

irás a un sitio o al otro.


A mi esto último 

no me preocupa

porque si de mi dependiera,

yo querría ir al limbo,

donde todo el mundo flota

y como si estuvieras en la puta luna ingrávida.


En fin,

yo me pido el limbo.

No vaya a ser que no pueda ir

porque no figura en mi testamento.

YO PREFIERO SER ASÍ


YO PREFIERO SER ASÍ
Dejemos de flotar en ese vacío sin aire en el que hemos caído. Ahora se trata de salir del agujero y asomar la cabeza con cuidado y por si acaso alguien está cortando la hierba y de paso rebana nuestra encomiable y prometedora cabeza. Y como deciros que sin cabeza no somos nadie (aunque sin alma, tampoco lo somos), pero sin cabeza pareceremos pavos de navidad recién muertos y matados. Y salgamos con la cabeza bien alta, mirada al frente, sostenida en un punto más alto y a paso casi militar (sin serlo del todo y para que no lleguen a pensar que nos gusta lo militar). Que a algunos puede que les guste (para gustos hay colores), pero a mi no me gusta nada todo que huela a violencia, muerte y guerra. Que sí, que prefiero ser un abraza árboles que un sediento guerrero en busca de sangre.
Yo prefiero ser así.
Me gusta ser así.
Quiero ser así,
Amo ser así.
Y el que quiera votar a Vox...que no cuente conmigo. Soy anti Vox, soy antifascista. Y Vox y a veces el PP de Casado, me recuerdan a la casa de mis abuelos paternos,
donde todo olía a rancio y a miedo (que si profundizamos un poco, ese olor a miedo tiene un fuerte aroma a meo de los wáteres públicos). Todo eran normas estancas, órdenes y castigos ejemplares para de nuevo, volver al miedo.
Casi todo estaba prohibido. Pensar no era una opción. La opción era obedecer con los ojos cerrados y a paso marcial y no rechistar nada de nada. También estaba prohibido.
Por tanto, si llegara el caso de que Vox ganara unas elecciones, yo estoy convencido que haría maletas para huir al fin del mundo.
Ya viví tiempos siniestros (por suerte, no fue mucho tiempo) y de aquellas épocas ya me había jurado a mi mismo, que no volvería a vivir en un estado de sitio.


























































































































































































PAULA ENSENYAT

 



 


 

A veces me besa.

En el pecho se agitan
vendavales de agosto, 
murmura el mar
y en lo profundo,
sorprendida,
sonríe la tristeza.

A veces,
la soledad
me besa
y yo
sonrío.



                                                               Paula Ensenyat

BAR LOS CUÑAOS TODAY (José Antonio Illanes)

 

José Antonio Illanes


BAR LOS CUÑAOS TODAY
LOS IMPUESTOS
Hoy ha habido otra bronca en el Bar los Cuñaos. Por la mañana corrió por la barra la noticia de la subida de impuestos y a mediodía el foro estaba al rojo vivo. Ferreras manoteaba tras la grasienta pantalla del televisor mientras los canarios le porfiaban el discurso en las jaulas y Paco el carpintero chiflaba contra el Gobierno a todo meter mientras tiraba de un bodeguero encabronado con la parroquia.
-¡Que nos suben los impuestos, hijos de la gran puta! –Clamaba- ¡Otra vez! Y vengan casoplones y chaleses y maletines de Venezuela y viajes en fálcones y buenas vacaciones –golpeó la barra con tanta furia que uno de los altramuces voló hasta mi copa de vino- y vengan pagas a los moros y chiringuitos a las feminazis, y yo tengo alquilada una plaza de garaje para pagarme el autónomo, que mi coche duerme en la calle, y no puedo ni subir la renta lo que quiera. Y ahora cuando vaya a comer a lo mejor me encuentro okupas en el piso.
Mientras farfullaba –en el Bar los Cuñaos las mascarillas son un vicio de rojos-, las miasmas de los altramuces me salpicaban impúdicamente. Aparté la copa de vino. Me sacudí. Intenté escabullirme con una leve sonrisa.
-No se apure –dije por decir algo-, que a usted no le van a subir los impuestos.
El camarero salió al quite: ¿Cómo que no? A todos, caballero, ¡a todos! Que lo he leído esta mañana en El Mundo y lo ha dicho Ana Rosa. Subida brutal de impuestos. Nos vamos a cagar.
-Sí… bueno… balbuceé, si usted gana 300.000 euros al año y su piso vale diez millones a lo mejor…
-Oiga, oiga –me interrumpió el carpintero quitándose un lápiz de la oreja. La oreja del carpintero era peluda por dentro y por fuera, como oreja de orangután, y casi tan grande como su mano-, usted no será socialcomunista ni del potemos ese, ¿verdad? –Me encañonaba con el lápiz mientras yo me limpiaba la mejilla- ¿O es que usted no lee los periódicos? ¿No escucha a don Carlos Herrera? Le estoy diciendo que nos van a freír a impuestos, que van a arruinar a las clases medias, como siempre que gobiernan. No va a quedar ni una puta empresa.
-En Cataluña ya no quedan –terció el camarero- por culpa de los separatistas.
Así siguieron un buen rato, que si impuestos abusivos, que si test masivos, que si dictaduras van y vienen, que si narcogobiernos y toques de queda y golpes de Estado, y vengan tirones al bodeguero que no entraba mi muerto… Después de muchos empellones, ladridos del perro, sonrisas fingidas y miasmas de altramuces logré salir a la puerta con la copa intacta y los zapatos percudidos de cascarrias de serrín y de avellanas. Cada vez que voy al Bar los Cuñaos prometo no volver a ese sitio tan emputecido y ruin, pero la tentación me puede, soy español.
Me apoyé en la puerta a tomar el vino, ya sin ganas. Respiré hondo. Un rayo de sol me templaba las manos. Los canarios chiflaban en el interior y el carpintero seguía con su arenga: “¡Los ricos se irán de España! ¡Aquí no van a quedar ni las liendres! ¿Quién va a dar trabajo? Qué ruina, Manolo, qué ruina…”
De nuevo me pregunté qué insondable resorte mental lleva a un pobre artesano o a un simple obrero a creerse un potentado y a sufrir como propios los problemas de un magnate. Al marcharme sentí un líquido caliente en los bajos del pantalón. El bodeguero de Paco se me había meado encima, que es lo que hacen los perros de los ricos en los pantalones de los pobres. Qué pena de pantalones, qué pena de España y de españoles.

FUERA YO CAPAZ (Batania)

 


Fuera yo capaz

de amarte en picado

sin quererte mía;

fuera solo un peine

que pasa por tu pelo

y no lo retiene.


Batania

EL MUNDO ESTÁ LLENO DE OVEJAS DESCARRIADAS

 

El mundo está lleno de ovejas descarriadas.

Primero, son ovejas porque balan y hablan a modo repetitivo y  porque hasta ahora, eran perfectamente obedientes al que tiene el mando.

Segundo, son descarriadas porque de alguna manera se salieron de la fila.

Tercero, eso no indica, que éste tipo de ovejas descarriadas, que estén dispuestas a alterar el orden establecido. Quizá, pueden oponerse algo y al principio, pues al cabo de un rato de libertad, vuelven por si mismas al redil. Con un rato de libertad les basta y si se prolonga un poco más, empiezan a padecer de inseguridad y cada oveja se escapara como buenamente puede. El miedo les hace perder la referencia de grupo y cada una tomará una dirección distinta y al final se darán por perdidas.

Cuarto, la iglesia contempla la figura de la oveja descarriada, pero la tiene como ejemplo a no repetir y que con el arrepentimiento, la confesión y el castigo del señor o penitencia, toda oveja descarriada podrá volver al redil, que en éste caso en concreto, es volver al rebaño de la santa madre iglesia.

Quinto, las ovejas descarriadas practicarán el sexo de forma libre. En cuanto vuelven al redil, las ovejas sólo practicarán se xo para la procreación.

Sexto. Y en eso estamos. Estamos en la normalidad del redil y el que está forrado de pasta se dedica y en los tiempos que corren y con la que está cayendo (Hambre y pandemias, etc.)...se dedica a jugar a los cohetes espaciales y yo llego más lejos que tú. Y juegan haber quién la tiene más larga. Y así nos va por éste mundo de ovejas descarriadas que sólo balan y nada más.

¡TERCER OJO!

 


Vale...

si os pensáis que me habéis quitado las ganas de querer

es que estáis muy equivocados.


Tengo más ganas de querer que nunca 

y me sigue haciendo la misma ilusión que antes o más

cuando el sol se acuesta en una tarde verano

y se levanta la noche con su rumor de ola silenciosa

mientras me saluda con su rayo naranja, verde

y flecos amarillos azul turquesa.


Tengo grabadas en mi retina puestas de sol de todo tipo

y los más hermosos atardeceres de ésta tierra

Tengo dos ojos

y un agujero en medio de mi frente

por ahí me salen los viejos recuerdos

y las ganas de querer.

Algunos le llaman...

 ¡tercer ojo!.

TARDES



Yo prefería ser
ese jardín de tardes otoñales,
donde todo cae
y apenas nada crece
salvo el musgo y las setas.

Me gusta ese ritmo vital
casi todo decrece
y lo que queda vivo se entumece
y al final,
se pone a volar.

Dicen que queda la memoria
y que los recuerdos de aquellos momentos
se acaban grabando
en el almacén de las mejores tardes.

LA HORA DE LA SIESTA (María Paz Torres Pino). Blog "Azul de Mar"


 

LA HORA DE LA SIESTA


Era la hora de la siesta.
La luz pesada
de un cielo
de estaño
entraba
en el cuarto
donde estaba echada.
Y se recortaba
en su cuerpo desnudo.
Anillos de serpientes escalaban
por sus piernas.
Luciérnagas
navegaban
por sus venas.
Alas de Mariposas
aleteaban
por sus pechos.
Su vientre era un jardín de lirios
y de adelfas
donde se posaban
a libar las abejas.
Por su corazón empezaron
a trotar
potros salvajes
Y por su vientre
cabalgaban
caballos
a la carrera.
Fuera
una tormenta
amenazaba
con incendiar
los plátanos salvajes.
Un trueno rompió el aire
encendido de su cuarto
El cielo se oscurecía.
Un grito
gritaba
y se ahogaba
contenido
en su garganta.
Después se hizo
un silencio
de libélulas,
de abejas
y de lirios...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...