Pues aquí estamos y estamos ultimando mi puto viaje, intentando concretar los días, las horas, los gastos, el coche, el hotel, el balneario y si quiero un chorro tipo escocés o prefiero uno americano o los dos y porque todos los chorros con agua me encantan. Yo, menos las mariconadas con asqueroso barro y el resto de mejunjes pringosos, me anoto a todo lo que me ofrezcan en el Balneario. Voy a salir de allí como los chorros del oro, reluciente, con escamas plateadas y con grandes agallas que se hincharán como las plumas de un pavo real...Voy a salir nuevo, pero no sólo me interesa eso, el salir nuevo, sino y también visitar una de mis debilidades, mi Portugal del alma, por eso mis planes están repartidos, un tiempo dedicado al relax y otro tiempo, dedicado a la visita turística.
¡Joder y joder!...estoy la hostia de ilusionado y ayer mismo me estuve mirando mapas de Portugal y rebuscando entre mis recuerdos los sitios mejores. Portugal, es precioso de arriba a abajo, aunque abajo ya no me gusta tanto, demasiado guiri por la parte del Algarve y en el mes de Julio, para que contaros. Y el Bacalao de Portugal y con todas sus variedades e iba a decir,: "y el Oporto", el vino de Oporto, pero me di cuenta que se me había ido la olla, ahora ya no bebo y además, no me apetece, ni quiero...aunque por el vino de Oporto y el Albariño gallego haría una excepción, pero me parece que no, que al final puede la sensatez y todo el trabajo realizado hasta ahora. Trabajito ha costado sacarme de ese puto vicio alcohólico.
¡Joder!, como si en Portugal no existieran otras cosas, como si el Balneario fuera moco de pavo o como si su paisaje melancólico lo pudiera ver todos los días, como si sus inmensas playas atlánticas las pudiera andar cada mañana. Hecho de menos el olor a algas y a iodo y la bravura del océano atlántico, sus grandes olas, sus maravillosas mareas bajas, su olor a rancio y óxido...porque al final, el mar atlántico deja un sabor metalizado en la boca, un deje a barcos oxidados y sobre todo, me vuelve el aroma de otros tiempos, los de mi infancia en la Ría de Vigo...
¡Joder y joder!...estoy la hostia de ilusionado y ayer mismo me estuve mirando mapas de Portugal y rebuscando entre mis recuerdos los sitios mejores. Portugal, es precioso de arriba a abajo, aunque abajo ya no me gusta tanto, demasiado guiri por la parte del Algarve y en el mes de Julio, para que contaros. Y el Bacalao de Portugal y con todas sus variedades e iba a decir,: "y el Oporto", el vino de Oporto, pero me di cuenta que se me había ido la olla, ahora ya no bebo y además, no me apetece, ni quiero...aunque por el vino de Oporto y el Albariño gallego haría una excepción, pero me parece que no, que al final puede la sensatez y todo el trabajo realizado hasta ahora. Trabajito ha costado sacarme de ese puto vicio alcohólico.
¡Joder!, como si en Portugal no existieran otras cosas, como si el Balneario fuera moco de pavo o como si su paisaje melancólico lo pudiera ver todos los días, como si sus inmensas playas atlánticas las pudiera andar cada mañana. Hecho de menos el olor a algas y a iodo y la bravura del océano atlántico, sus grandes olas, sus maravillosas mareas bajas, su olor a rancio y óxido...porque al final, el mar atlántico deja un sabor metalizado en la boca, un deje a barcos oxidados y sobre todo, me vuelve el aroma de otros tiempos, los de mi infancia en la Ría de Vigo...