¿AMOR? (Poema)

Seguimos y seguimos...

estamos, estamos y no estamos, 

somos o no somos,

queremos y ¿qué queremos?

te amo y yo te pregunto:

¿qué es el amor?

amor... ¿fue lo nuestro?,

amor... fue sólo aquél día

o fueron aquellos sentimientos encubiertos

que me arañaban por dentro

y que burbujeaban como latidos anacrónicos

y algunos dicen que a eso se le llama:

arritmia cardíaca y por aceleración

y dicen que de amor nada de nada,

que todo eso es mecánico

y porque todo está dentro de un centro de control,

que el amor no dispara balas de matar,

ni acelera el ritmo de tu propio desconcierto,

ni te confunde dentro de tus propios ecos y voces,

ni duele, ni sabe, ni conoce,

ni quiere saber,

porque el amor es ciego

pero nosotros, no

nosotros somos la simple mano de obra,

nosotros creemos en el amor...

y así, nos va.

EL MIEDO Y LA COBARDÍA

A mi me enseñaron a no rendirme nunca...claro que una cosa es decirlo y otra muy distinta, es que sea totalmente verdad. Porque vamos a ver, yo creo que me he rendido un buen montón de veces y algunas hasta sin poner previas condiciones y rogando e implorando... clemencia y perdón. Sí, hubo algunas veces en mi vida en que fui producto de la más asquerosa cobardía, pero que mi memoria, que es tan selectiva como la de los demás humanos, se preocupó de borrar de sus huellas la vil cobardía y las reconvirtió en necesidades de aquél momento, es decir aquellos hechos de nítida y apabullante cobardía los transformé en hechos con tintes y tonos de piel de Cordero y por eso la memoria los convirtió en hechos "en los que no tenía o no tuve otro remedio que hacer aquello" y entonces y de esa forma, esa cobardía estaba como si estuviera plenamente justificada. Cada uno cambia sus cosas según le convenga y las adereza a su mejor manera y esos cambios, que parecen tontos y sin importancia, alteran completamente la historia que quieres contar y además, cuando recuerdas una película de tu vida, sueles intentar salvar y sea como sea, al protagonista. Por tanto si soy sincero y si ejerzo de ello, tendría que reconocer mis cobardías o todos mis actos cobardes...y creo que en éste aspecto los últimos 5 o 6 años fueron duros por su claridad y por no justificarme con nada.

Saqué mis trapos sucios (también saqué los limpios) pero a lo que yo iba ahora era en relación hacia mis trapos sucios y para ello tuve que repasar mi vida y todos sus acontecimientos y desde mi nacimiento hasta donde estoy ahora (que es el mismo preámbulo de la vejez). Y bueno y ¿qué os puedo contar?...que me autoflagelé...que primero cambié la forma de mis descripciones y las hice mucho más crudas y para no eximir ni un solo miligramo de mis responsabilidades en esos procesos y decisiones. A veces uno pudo ser un cobarde, pero al mismo tiempo reconocer tus actos de cobardía supone ser muy valiente y además y esto os lo juro, te quitas un gran peso de encima y porque así ves que la cobardía puede ser como el miedo, es decir el miedo y la cobardía se conocen y necesitan el uno del otro, pero si se mantienen en un grado leve o moderado te hacen parecer más humano y porque en el fondo todos tenemos miedo, además de tener una parte de cobardes. El tema consiste en no dejarse dominar por uno de ellos o por los dos, pero a ver si me entendéis...que el miedo y la cobardía son necesarios y porque nos dan una referencia para después saber valorar la valentía en nuestras tomas de decisiones.


LOS SILENCIOS

Me alegro y no sabéis como de que ahora en mi vida esté triunfando el silencio, el vil y asesino silencio y ¿qué le voy hacer? si yo soy amante del silencio y adoro la lenta cadencia de sus horas silenciosas. Porque en el silencio todo pasa más despacio y por esa misma lentitud del paso del tiempo es más probable que el silencio resulte molesto e incómodo...pero no para mi, yo nací en silencio y moriré en silencio y por el medio, me gusta estar mucho de mi tiempo en el más absoluto de los silencios y así mantenerme mejor y más concentrado en mi actitud observadora, porque también me encanta observar y así me puedo fijar mejor en los pequeños y mínimos detalles que se dan en la vida diaria, en ese imperceptible gesto, en ese cierre de ojos o en esa mirada al vacío, porque en el silencio ganan los gestos, las miradas, los automatismos y repeticiones, en el silencio no hace falta que hables o que digas o que balbucees y bueno, el silencio puede ser muy espeso,
pero en esto hay que entender una cosa, el que sea más espeso o más ligero, depende de ti y porque si la otra persona quiere  mantener y por lo que sea, un silencio tenso, pues tú lo puedes romper y a otra cosa Mariposa...que mira que en la vida ¡no hay otras cosas que hacer!.

Yo siempre he tenido debilidad por los Balnearios y sus espléndidos jardines que en teoría están hechos para disfrutar del silencio y de la maravillosa belleza del las flores, plantas y árboles y por supuesto, del ligero y suave murmullo del agua, pues el agua en un Balneario está claro que es el protagonista. Pero también tengo debilidad por los Monasterios y sean de la religión que sean, pues los Monasterios suelen estar el lugares apartados, escondidos y siempre dominadores de la vista que tienen a su alrededor y además están hechos para vivir en el más de los profundos silencios humanos. Pero también ¿qué os podría contar del silencio de los Cementerios?...si ese es una de los silencios más entrañables y acogedores que hay...¿Y que os podría contar de los silencios de las Alamedas...y los silencios en las noches oscuras de Otoño e Invierno?.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...