Y son las 7 de la tarde y además vuelve el calor. ¡Cojonudo!, un descanso de un solo día y de nuevo se enciende la estufa y para que nos asemos como pollitos. Y así quién puede inspirarse, si yo estoy todo sudado y viene entonces mi Musa y ¿qué hago?. Nos vamos a la piscina o a la playa y a darnos un bañete
o le doy un abrazo todo pegajoso y asqueroso. Y es que no puede ser que esté bañado en mi propio sudor y mi piel es como de plástico fino al sol. Bueno a ésta horas ya me está pasando el cabreo que tenía en lo alto y ya me encuentro más apocadito y calmadito. Como se debía estar siempre, templado de cuerpo y alma.
Porque yo no sé si alcanzo el estado convulsivo, pero en esos momentos estoy cerca de alcanzarlo. No lo veo externamente, pero lo siento internamente y lo interno ya sabemos que es más verdadero que lo externo. O sea que convulsiono hacia mis adentros y mis órganos se ponen a botar como una pelota y el corazón que es el órgano princeps o el rey de mi cuerpo, se pone a cabalgar como un loco caballo. Los ojos se me ponen en blanco y por mi boca salen chorros de espuma salivosa, vamos igual que un perro rabioso. Y éste es el cuadro que tengo cuando me pongo en ese estado.
Pero en realidad convulsiono con más cosas y convulsiono con un bello paisaje y cuando sale y se pone el sol y la luna. La belleza es para mi un estímulo convulsivo y además tiene un período alucinatorio, lo que llaman Aura o estado alucinatorio previo a la convulsiones. Y yo cuando estoy con el Aura me encanta salir a la calle y en busca de otras personas con aura y que están difíciles de encontrar, pero como las brujas, habélas hainas. El aura no lo ven el resto de los mortales, sólo lo vemos los que lo tenemos y es brillante y es blanco y es blanco que hace daño, pero es corto de tiempo y entonces solo dura entre 5 y 10 minutos. ¡Pero que 5 minutos tan fantásticos!. Vamos que no los cambio por nada.
o le doy un abrazo todo pegajoso y asqueroso. Y es que no puede ser que esté bañado en mi propio sudor y mi piel es como de plástico fino al sol. Bueno a ésta horas ya me está pasando el cabreo que tenía en lo alto y ya me encuentro más apocadito y calmadito. Como se debía estar siempre, templado de cuerpo y alma.
Porque yo no sé si alcanzo el estado convulsivo, pero en esos momentos estoy cerca de alcanzarlo. No lo veo externamente, pero lo siento internamente y lo interno ya sabemos que es más verdadero que lo externo. O sea que convulsiono hacia mis adentros y mis órganos se ponen a botar como una pelota y el corazón que es el órgano princeps o el rey de mi cuerpo, se pone a cabalgar como un loco caballo. Los ojos se me ponen en blanco y por mi boca salen chorros de espuma salivosa, vamos igual que un perro rabioso. Y éste es el cuadro que tengo cuando me pongo en ese estado.Pero en realidad convulsiono con más cosas y convulsiono con un bello paisaje y cuando sale y se pone el sol y la luna. La belleza es para mi un estímulo convulsivo y además tiene un período alucinatorio, lo que llaman Aura o estado alucinatorio previo a la convulsiones. Y yo cuando estoy con el Aura me encanta salir a la calle y en busca de otras personas con aura y que están difíciles de encontrar, pero como las brujas, habélas hainas. El aura no lo ven el resto de los mortales, sólo lo vemos los que lo tenemos y es brillante y es blanco y es blanco que hace daño, pero es corto de tiempo y entonces solo dura entre 5 y 10 minutos. ¡Pero que 5 minutos tan fantásticos!. Vamos que no los cambio por nada.












