LA VIDA ES DURA










Trago saliva y respiro,

respiro y no sé si al mismo tiempo, suspiro,
no sé si soy capaz de tragar a la vez que respirar y suspirar,

no sé si entre dos suspiros puedo hacer pausa sin molestar a nadie,

no sé como pasar desapercibido,

no  sé como desfigurarme ante mi espejo,

no sé como descomponerme en átomos de nada,

la vida es dura...decía mi padre

y yo lo miraba como pensando

padre... mira que eres deprimente,

y ahora que el tiempo ha encallecido mis viejas manos,

me doy cuenta de la razón que tenía mi padre,

la vida es dura 

y más dura será la caída

y sino al tiempo...

y sino me lo contáis cuando lleguemos abajo.

ANGELA DAVIS


SUSPIRO










Mi chica está tan sola y tanto lo 

está 

como yo lo estoy de mi propia 

sombra,

dos almas perdidas en el viento,

dos voluntades que se pasearon por los márgenes del tiempo,

una historia carnal

y dos cuerpos que se perdieron en un cruce de caminos,

que pequeña es la vida

que cortos son los suspiros,

que dolor cuando te parten el alma en dos mitades

y no tener con que pegarlas,

la saliva sirve para un día,

después, es necesario el pegamento...

no me gusta hacer sufrir a nadie

pero a quién coño reclamo mis derechos heridos,

no hay juez ni condena que me plazca,

el destierro es mi propia condena,

aquí me quedo

me quedo en mi isla

y condenado a vivir en la soledad

del que suspira por estar sólo y en paz consigo mismo.

EN REALIDAD, DE MI SABES MUY POCO











En realidad de mi sabes muy poco,

sabes mi nombre de guerra (Bruno),

sabes que me gusta la lluvia,

que adoro la cara oculta de la  luna,

que me encanta la marea baja del atlántico,

que no tengo animales en mi casa

(ni ganas de tenerlos)

que la música enternece y endulza mi vida,

que las plantas y flores me enamoran del aire que me rodea,

que soy animal doméstico

(soy de vivir mucho en casa),

que me gusta la vida y sus alternativas,

que odio la codicia y la inmundicia,

que no soporto al que se cree superior,

al que tiene que decirte como todo se hace,

y que se siente con el deber

de darte lecciones de cátedra 

soy más compañero del paria

y del oprimido,

me gusta la debilidad frente a la fortaleza,

no uso paraguas cuando llueve

porque se me olvidan en cualquier esquina,

el amanecer me inunda las venas de placeres indescriptibles,

el atardecer rompe mi alma en mil pedazos,

y en las noches de verano

me gusta visitar los faros sobre los acantilados...

y por todo esto te digo y te repito

 en realidad,

de mi sabes muy poco.

UNA FRASE DE JOSÉ SARAMAGO









JOSÉ SARAMAGO

«Dicen que la curiosidad mató al gato, pero no dicen si lo que descubrió mereció la pena».

Ilustración de Erika Yamashiro


NO BUSCO ENCUENTROS EN LA TERCER FASE















No busco encuentros en la tercera fase,

ahora bien...

tampoco soy buscador de desencuentros,

no busco citas clandestinas,

lo único que tengo clandestino en mi vida,

son mis prejuicios

y toda mi colección de malos pensamientos.

HOY...
















Hoy sigue lloviendo sobre mi tejado,

hoy mis húmedas paredes

se cubrirán con otro manto de ansiedad,

hoy mis venas seguirán abiertas en canal,

hoy es 11 de junio

y no encuentro nada que celebrar,

quizá mañana o pasado,

o quizá no haya ningún día más

y lo que me espera es nadar 

en el mar de mi ansiedad.

DE MADRUGADA (Pedro M Martínez)

De madrugada


Eran tres, cazadores de tórtolas y mariposas, vestían chaquetas amarillas, cubrían su cabeza con salacot blanco, sus bigotes apuntaban al cielo, adornábanse las rubias barbas con clavelinas, sus voces eran melodiosas, no sabían pescar.

Salían al alba por el camino del sur, acariciando las cabezas de los caballos, besando a las ninfas del bosque que solo ellos veían. Caminaban en un aro de música, con el viento del este, con la firme decisión de contener la vida entre los brazos abiertos, a su paso los ríos se abrían temblando. Recorrían los senderos regalando espejos a las muchachas en flor. Ellas se miraban y en sus rostros descubrían un nuevo país, pasaban las noches en sueños con rumores de luna en cuarto creciente. 

Al crepúsculo regresaban cantando entre los álamos. Tañían laudes, tocaban acordeones y tamboriles. Escondidos tras los zarzales, los niños los admiraban, suspirando, riendo, imaginando amaneceres. Dormían en tiendas color barquillo, con lonas abiertas a las brisas de levante. Búhos, cernícalos y murciélagos volaban en círculos a su alrededor.

Fueron cinco, uno por cada pueblo de la comarca. Ni siquiera tuvieron que discutir el modo, inventarse un motivo, se citaron en el límite entre la envidia, la incomprensión y la ira.
Sin ruido, los perros no ladraron, no se alborotaron los mochuelos, los acuchillaron mientras dormían, quemaron sus cuerpos, las tiendas, los alguaciles miraron hacia otro lado.

Después llegó la niebla y todo fue como era.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...