ASESINAS NEURONALES

Yo la verdad es que no daría ni un euro por mí y porque no me fío de mí. No me fío en algunos momentos y aunque hoy en día son momentos transitorios, supongo que poco a poco se irán agrandando. Son como pequeños precipicios pero que de cada vez, son más altos y profundos y eso mismo y en otras ocasiones, me ha llevado a tener que hacer una revisión de mis neuronas o lo que es lo mismo, al que psiquiatra me apriete las tuercas sueltas. Y por tanto ya sé el método, pastillamen a espuertas y a dejarme tieso y seco como una mojama al sol.

Primero te dejan seco y enjuto de coco, después te van bajando la dosis y por último, empieza un cierto amanecer de cuatro ideas y por la tendencia psiquiátrica que vi últimamente, antes te dan unas clases someras pero intensivas, del como debe ser un buen comportamiento. Y ahí sí que ya no sé lo que debo hacer, porque si sigo sus pautas al pie de la letra, os aseguro que me quedaré gilipollas de por vida, pero si no las sigo y aunque sea parcialmente, me quedo al margen del funcionamiento social "como es debido" y ya está, ya me clasifican como un puto marginado.

Y tampoco tengo las pilas tan cargadas como para luchar contra muchas de las normas sociales, por lo menos no las tengo para luchar yo solito. Siempre pensé que mi ideal sería hacer una revuelta en uno de esos loqueros que frecuenté, y yo de líder de la película y siguiendo las pautas del Nido del Cuco y por eso de decir que se sigue alguna pauta, porque por mí, ni pautas, ni rejas, ni muros, ni loqueros. La "Rebelión de los locos" y contra el poder de los cuerdos, contra esos señores tan autosuficientes que para mantenerse en su pedestal, usan la alquimia de las drogas que algunos llaman "legales" y que otros llamamos, "asesinas neuronales".

REYES Y MAGIA

Pues si señores, estoy en pleno día de Reyes y hasta ahora estoy disfrutando como un niño con un juguete nuevo. Levantada mañanera y porque mi hijo pequeño estaba despierto desde las 4 de la mañana y ya con eso lo digo todo, la ilusión de un niño vale más que mil palabras. Y esa ilusión se contagia, es como un virus de la Gripe pero mucho más rápida y juro hasta por mis muertos que mientras al niño le quede una sola brizna de ilusión en los Reyes, yo seguiré al pie del cañón con él.

Porque además pienso que después de la ilusión que tiene un niño en el día de Reyes, ya no se vuelve a tener otro momento en la vida, tan alucinante. Lo único que se me ocurre de algo parecido, es cuando te enamoras de alguien, pero creo que también hay diferencias evidentes, por lo menos referente a la magia que desprenden los Reyes en un niño. Porque menuda bola y menuda mentira y en cambio los niños se aferran a ella todo lo que pueden y además, claro que es gran palo el día en que te enteras que son tus padres los verdaderos Reyes. Es como pasar del mundo de la magia al realismo de la puta vida.

Magia también tiene el enamoramiento, pero es de otra manera. Es más tipo de magia humana y aunque los ojos te hagan chirivitas y que no puedas respirar como es debido, la otra persona y por muy endiosada que la tengas, es humana y sabes que tiene fisuras y debilidades, otra cosa es que tú no quieras verlas y valorarlas. De todas formas, no sé porque le doy tantas vueltas al tema, son dos cosas distintas y diferentes y punto y pelota y ojalá a lo largo de tu vida puedas vivir la magia de ambas repetidas veces. Yo sería el primero en apuntarme a ese carro.

UN FOROFO MÁS

A pocos y a poquitos empiezo a estar hasta los huevitos. Ya llega de fiestas festivas, ya sobra tanto despiporre de comidas pantagruélicas, de tanto dispendio gastronómico, de tanta mierda suelta entre tantos polvorones somnolientos, de tanto andar a ciegas y haciendo que crees lo que nunca creíste en tu vida, ya está bien de Navidades estelares y de tanto santo apostólico, de tanta familia  podrida y con ese tufillo a gusano rancio. Un poquito hasta hace gracia, un demasiado te produce nauseas y vómitos incoercibles y un término medio, te produce mareos con olor a pedo de pozo negro.

O sea, hasta aquí llegamos o somos lo que somos o no somos nadie y es que en la guerra no existe el término medio, o matas o te matan. Pero la verdadera cuestión es preguntarse, ¿el porqué hay que matarse?. Pero aterricemos sobre la realidad y por tanto, volviendo al asunto que toca en éste momento, hoy es víspera del día de Reyes y yo estoy hasta los huevos de mi existencia. Claro que siempre están tus hijos por delante y que por cierto, ya no se creen que la Virgen fuera bendita, ni que los ángeles fueran asexuados y que los tres Reyes Magos vengan cargados de regalos.

Aunque hay que decirlo todo, con la llegada de los Reyes y con el tema de ver los ojos de mi hijo pequeño llenos de ilusión desbordante, llega para que yo me haga el más tonto de la Tierra y sea el tío más creyente que hay debajo de las estrellas. Vamos, que si hace falta me hago Satánico o me monto una secta divina, divina de divina y divina de la muerte. Si en el fondo de lo que estoy harto, es de tanta fiesta eclesiástica y de tanto puñetero villancico, si todo éste tinglado que se monta se hiciera en silencio respetuoso, menos el día de Reyes en el que es de agradecer el acompañamiento de gritos de niños, yo sería un puto forofo más de la Navidad.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...