
dime si tengo un lunar en la mejilla,
piensa en mi frase preferida
y en el sonido de mi risa,
piensa y reflexiona,
y a ver si te acuerdas,
si te acuerdas de aquellas tardes al sol,
de aquellas noches sin hora,
de los atardeceres en la playa
y de hacer el amor a la luz de la luna.
Si te acuerdas, es que sigues viva,
porque es imposible de olvidar,
porque aún oigo el eco de tus voces,
porque tengo cardenales en mi alma,
y porque yo aún conservo la saliva de tu boca.