Bueno, pues otro asunto liquidado. Acaban (ayer en concreto, día 16 de septiembre del 2.019) de cesar a mi jefe directo en mi trabajo. Y después de 8 largos años de silencio por mi parte, me refiero a silencio público porque en privado y a quién le interesaba, le daba mi versión personal sobre esa mala persona y sin cortarme ni un sólo pelo. Digamos, que no nos entendimos desde el mismo principio, yo era su antítesis, su demonio con rabo y cuernos, su todo lo que él no quería ser. Y claro, por ahí saltaron chispas...pero a base de no verse y de no cruzarse por el camino, pues todo volvió a su puto cauce. Pero la base estaba hecha y el odio y los malos rollos seguían cocinándose muy lentamente. Claro que no era sólo conmigo y el menda fue arrasando como Atila y por donde pisaba no crecería jamás la hierba. Y así fueron pasando 8 largos años, en ese silencio espeso a punto de petar. Y como no podía ser de otra manera, el menda se hizo una carta de despedida y se la hizo para él y para su ombligo. ¿Autocrítica?, con un general... si hice daño a alguien que no se lo merecía...pues lo siento y dicho, con la boca pequeña. Y claro de más o menos 30 que somos, no se lo merecían 3, que era su equipo para todo (su pandi) y sobre todo lo era, para jodernos bien jodidos. El puto triunvirato de mierda.
¿Aliviado? pues claro y mucho. Aunque no sé muy bien hasta donde llegará mi alivio. Ahora mismo estoy de vacaciones y pasado mañana vuelvo a entrar en la puta vereda del trabajo. Pero lo que yo si sé es que no puedo con éste tipo de tíos. Tíos arrogantes, agresivos verbalmente y físicamente, bipolares y pasan de un extremo al otro a la velocidad del sonido, inteligentes pero al mismo tiempo cortos, muy bien dotados para un trabajo específico (en éste caso, la medicina intensiva) pero sumamente patosos en el terreno de las relaciones laborales y personales (es decir, para las relaciones humanas). Autoritarios y quién le tosa, será decapitado. Resentidos y vengativos. Nada intuitivos. Tíos ruidosos por donde vayan y porque tienen que destacar por encima de la media. Poco o nada cariñosos. Demasiado engreídos y primero él y después él y tercero él. Tíos que cuando se cabrean contigo, no dejan de mover en péndulo su frente y casi tocándote la nariz y para avisarte que llegado el caso, puedes recibir un cabezazo que te partirá la nariz en mil pedazos. Tíos muy poco soñadores y sin ninguna imaginación. Correctos en las costumbres sociales y buenos seguidores del orden impuesto. Y mucha apariencia y mucha mano por encima de tu hombro y mucha mierda pastelera...pues sabiendo todo lo anterior, te da un asco que no veas...