DOS SEGUNDOS


 

Mis pasos

son cortos y rápidos.

Mis reflejos

son espasmódicos y son esporádicos.

Mis temores

andan sueltos por todos los rincones

preguntándose

quien coño los ha soltado.

De nada me sirve quejarme

si mi constancia se ha vuelto blanda

si mi  coraje se ha desnudado

y si el viento, que tanto me mueve

ha entrado en trance.

En fin,

que lo que me queda

son dos segundos para llenarme de aire

y otros dos

para salir huyendo.


YO, TODO BIEN


Yo, todo bien...

ya sabes y como siempre...currando

currando y escribiendo como un poseído

y consumiendo el tiempo de mi escasa paciencia.

Yo todo bien, repito,

que no bien del todo,

porque siempre falta algo

y es que sino faltara,

apagaría la luz de la mesilla 

y dormiría noche y día.

No hay peor quietud

que la placidez de un lago siempre rebosante,

con luces tono pastel y sabor a caramelo,

y con sus aguas adormiladas....

No hay peor quietud

que el sentirse acomodado

y a su vez, instalado en la autocomplacencia,

pensando que ya no queda más por hacer,

que en ésta vida has cumplido

y que lo único que hay que esperar

es que asomen las viejas luces de la muerte.

Chelsea Gustafsson (Blog "Glup 2.0")

 

Chelsea Gustafsson

Hot seat, Chelsea Gustafsson

 

Queman los días que no han pasado, la muerte disimula detrás del abanico. Se ahoga en sus propias cenizas de rencor. Vive en el puro insomnio, en el misterio de una cama desierta, abandonado bajo el rosal muerto, desbrozando un jardín sin ruidos ni musgo, con hombrecillos barbudos que aparecen y desaparecen gimiendo “aún no es tarde, aún no es tarde”.

Todo iba bien hasta que aparecieron los hombrecillos.

La Pasión, Cristina Peri Rossi

 

Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...