y me da igual que sea
un tulipán o una rosa del desierto
o un lirio de río,
pero que sea negra,
negra de negro,
negra azabache o negra como la noche,
negra de luto o de negro impoluto,
y hazme una dedicatoria firmada,
con el mismo lápiz negro
con que pintas el contorno de los ojos.
Dame besos en el cuello,
y hazme un camino con ellos,
y baja y baja y baja,
baja hasta llegar a mi cintura,
y rodea mis caderas con tus besos,
y hazme el amor sobre la cama
o sobre la mesilla de noche,,
y rompe, rompe mis viejos huesos,
y destroza mi espalda con tus uñas de gata,
y raja mi piel por el medio,
en canal, en vertical y hasta el fondo,
y desde la boca hasta mi cintura,
y por favor hazlo con tus manos,
y no te olvides,
no te olvides de que,
de que no debe quedar nada,
y eso te pido y te ruego,
que me comas todo y entero,
y que me comas hasta desde los pies hasta las entrañas.
Me encanta tu flor negra,
es fresca y brillante como la luna negra,
es suave, tierna y espléndida,
y sus pétalos se abren cual abanico,
y huele, huele a tu perfume de hembra,
e irradia tanto,
y tanto irradia,
que lo hace como los destellos de tus ojos negros.
Me duele la boca,
de decirte te quiero,
me duelen las manos
por cruzar los dedos,
me duele el corazón,
por latir tan fuerte,
me duele todo,
me duelen los ojos, los oídos,
y las mandíbulas también me duelen,
son espasmos de añoranza
o a lo mejor lo que a mi me pasa...
es que me muero por verte,
y al final, pasa lo que pasa,
y sé y lo sé desde siempre,
que aquí estoy y que aquí te espero,
y por favor...
envíame una flor negra.
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