
No sé,
pero miro a mi alrededor
y no veo nada
o casi nada o muy poco.
No sé y vuelvo a mirar
y aún veo menos
y quizá lo que necesite es un abrazo amigo
o un beso furtivo
o unas caricias impregnadas de deseos
o simplemente unas palabras cálidas.
Yo que sé,
pero si sé que necesito algo,
algo que rompa la rutina,
algo entrañable y tierno,
algo eterno y divino,
algo que rezume vida,
algo sincero y algo verdadero.
Si necesito algo,
quizás un poco de ternura
o mucha o toda,
y noches en vela
y saliva lasciva,
y susurros entre sudores,
y gritos y pausas,
y silencios consentidos,
y desayunos sobre la cama,
y de nuevo,
abrazos y besos,
y un hasta luego o hasta la noche
o hasta el próximo día,
y no sé,
pero si sé que necesito ese algo.