No me queda nada más
que lo que tengo entre mis dedos.
Mis guerras, mis anhelos,
mis obsesiones,
y mis peores miserias
van tomando otros derroteros
y no sé si serán para mejor o para peor,
pero algo ha cambiado en mi vida
y que ahora y ese es mi deseo,
estoy asumiendo a paso lento
y masticándolo y digiriéndolo poquito a poco.
No hay soluciones universales
ni fórmulas mágicas que obren milagros
hay solamente la divina paciencia del día a día,
el entusiasmo de la pequeña victoria,
y la fuerza motriz de lo que está decidido
y poco más...
¿Qué si vivo mejor que antes?
¿y yo que sé?...
puede que en algunas cosas viva mejor
pero también puede que otras
estén malditas y maldecidas
además,
tengo la sensación en mi boca
de que nunca más volverán conmigo.