NUNCA ES TARDE PARA COGER EL BARCO

Y son las 10 de la noche y mi primer día en la Isla ha pasado. De nuevo me siento isleño, me siento un bravata desaforado y hago de mi Isla una película de malos y buenos, lo que significa, una película de isleños y no isleños  y queda claro, que los isleños somos los buenos. Yo me transformo con el entorno y si la isla está rodeada de agua, yo estoy rodeado de manantiales de agua fresca y tierna y salto como una trucha subiendo un río, no tengo límites con tal de alcanzar mi meta.

Mi meta, ¡qué quimera!, mi meta cambia como las cometas, cambia según el viento y la humedad reinante, cambia según el horóscopo y la alineación de los astros, cambia según como, pero en el fondo no cambia, mi meta es que cuando yo me muera que pueda ver salir el sol y con esa vista quedarme para el resto del viaje. Mi meta ahora es disfrutar del momento y eso no significa que yo me haga el tonto con tanto infortunio que hay a mi alrededor, pero tengo que decir que yo dentro del infortunio me muevo como pez en el agua y por ello, igualmente disfruto.

Yo ya no quiero un mundo feliz, que en mi juventud abracé con tanta fuerza y que nunca dejó de ser una  causa indefinida, yo ahora sólo quiero ser feliz en un mundo infeliz. Y feliz poniendo todas las matizaciones existentes, porque feliz apapostiado ya no quiero ser, ya fui jipi en mis tiempos, ya fui un revolucionario  apasionado, ya fui un descreído, un currante ciego y servil, un déspota, un engreído, un cínico que no creía ni en mi, en fin, que pasé por todas las fases vitales y el resultado, es lo que soy ahora. Un ser que sólo quiere vivir y hacer de ésta última fase vital, la vejez y la prevejez, la etapa más feliz de mi vida. ¡Nunca es tarde para coger el barco!.

FELICES, FELICES

Para felices felices debieron ser los años 20, todo un desdoque, todo abundante farlopa, todo wisky a destajo, todo bailes con música buena y la estética, la estética era una pasada, era romper todos los moldes que existían de aquellas. Pero bueno, eso es lo que ponen los anuncios  y la películas que se basan en aquella época y supongo que como pasa ahora, que nos venden la parte vendible y nos ocultan la parte más lastimera. Siempre ha pasado lo mismo, nos doran la píldora a nuestro gusto y vamos y nos lo creemos.

Bueno, en parte está bien y porque si no te haces un poco el imbécil te tienes que hacer espartano y lo que crees va a misa y lo que no crees, es pasto para los infieles. A veces hay que hacerse un poco el tonto y sabiendo que es mentira lo que te cuentan, te tienes que dejar llevar un poquito. O sea hay que relajarse y aunque estés en un mundo hipócrita, hay que saber disfrutar de ese puente maravilloso aún a sabiendas que en su construcción murieron miles o millones de esclavos y digo puente, como podía decir las Pirámides de Egipto y digo puente, como podía decir acueducto romano o el mismo Machu Pichu.

Porque en el fondo la belleza es la belleza y como los que nos dominan no son tontos, pues eso, que no conlleva el que pierdan el gusto por las cosas. Lo hecho echo está y a pesar que hubo derramamientos de sangre, lo que nos gusta nos seguirá gustando y a pesar de los pesares, nos seguirá gustando con sus peros y matizaciones. Nosotros los humanos también construímos cosas guapas y hay que reconocer que la clase pudiente hizo verdaderas virguerías a base de que lo curren los pringaos de siempre. Pero bueno nada que llame demasiado nuestra atención, pues en los tiempos actuales aún hay guerras donde el pueblo es la carnaza de la muerte y sobre millones de cadáveres se construye posteriormente el edificio más carismático del bando vencedor.

Ya se sabe, un territorio reconquistado, unos trapos al aire, que algunos llaman banderas, un himno patriótico que ensalce los atributos más sentimentales y verduleros y hala como borregos, todos contentos y venga desfiles militares y venga sonidos de botas y venga a diferenciarnos los unos de los otros. La verdad es que no sé donde voy con éste discurso, porque hoy está de moda, la diferencia basada en temas estéticos y superfluos, pero yo como voy a contracorriente, éste discurso me pone y me pone cachondo hasta la médula.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...