¡HASTA MAÑANA!

Otro día más en el firmamento y otro día más en nuestra existencia y esto ya se acaba y porque son las 8 y media de la noche y tengo la orden de acostarme temprano, pero antes tengo que cenar un algo, un algo que me quite el hambre, porque después pasa que me despierto a la 1 o 2 de la madrugada y me lanzó sin paracaídas al frigorífico y ahí, me como un camión enterito y no dejo nada. Y dos problemas añadidos: uno, que me pongo gipato de comer y la dieta se va al carajo y dos, que me lleno como una boa constrictor y digerir la vaca que me comido tiene su tela. Por tanto y en conclusión, ahora ceno y en plan medianía y dos horas antes de irme a la piltra.

Bueno, esto suena a ordenadito y a chico bien educado, pero sólo suena porque en realidad, yo hablo, yo planifico, pero después no todo lo cumplo y por la razón de siempre, no me gusta cumplir todas las normas. Es algo genético, es algo superior a mi, es algo con lo que he nacido y con lo que NO me he educado, pero como la educación tiene sus reglas perfectamente establecidas, pues pasa que en éste cuento, yo también me hice eco de mi genética y de nuevo, me salté las normas a la torera. La sangre, la vida, las neuronas me lo piden y todos al mismo tiempo.

Pues sin más rolos me despido y entonces ¡hasta mañana y buenas noches!. Ah!! y que no se os olvide de soñar con los angelitos y con los guarros, pues les pasa como a la brujas o meigas: que habelas hainas (que haber, las hay). Lo dicho y repito: ¡Hasta mañana!.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...