No sé a veces pienso que la mujer que me lleve a su seno, se llevará un loco más de los que andan sueltos por éste mundo, pero además se llevará a un prenda todo hacendoso. Y esto lo pensaba porque ahora ya estoy en casa y lavo mi ropita como mucho primor, la seco y que... la planche otro, pero después tengo que hacer el papeo y yo ante esto, me saco el sombrero y hasta me doy un beso. Qué joya de tío, que diamante en bruto, que eficacia doméstica y que mierda de vida..

Pero eso sí que nadie me regale algo relacionado con lo doméstico y que en el hombre, suele tener relación con el bricolaje. Que nadie me regale ese puto juego de destornilladores que siempre se oxidan, esa caja de herramientas que se queda olvidada en la estantería, ese taladro de última generación, esa pistola que clava puntas y no alegrías, ese rayo láser que mide paredes, suelos y ventanas y si me los regalan igualmente, exigiré el vale para el recambio. Y mira que a un tío como yo, se le puede hacer regalos bonitos: un juego de plumas y de pinturas, una impresora, un arco iris, un juego para recoger cenizas de la estufa de leña, un cuadro, una buena y espléndida foto, una colonia, pero que sea colonia, de las buenas y por tanto, caras y yo que sé...un montón más de cosas.
Tampoco admito regalos de "abrótamo macho", es decir colonias pejigueras que se aprovechan para matar las moscas, bufandas desfasadas o fulares desteñidos, juegos de calcetines de ejecutivos un tanto raídos, cinturones porque te caen los pantalones, calzoncillos que parecen de mi abuelo, juegos de desodorante, colonia y after sun, que deben ser más eficaces para los que carecen de olfato, máquinas de afeitar que en cambio de afeitar sólo la barba te afeitan la piel subyacente y la cara se queda en carne viva y recién quemada... Bueno podía seguir, pero no quiero, creo que ya he puesto bastantes ejemplos de lo que yo admito o no.