QUE ME PERDONEN (Poema)

Y si me acojo a la amnistía
y si me acojo a que dios me perdone,
y si me acojo al indulto del gobierno,
y presentaré mis credenciales,
y  tiraré sobre la mesa mis antecedentes,
y si se quiere,
 escupiré mi historia clínica,
todo lo que haga falta y lo que no haga falta, 
toda la historia de mi vida,
mi nacimiento, mi infancia,
mi juventud adolescente,
mis penas, mis glorias,
mis amores perdidos y desaparecidos,
mi lucha diaria,
mis noches sin luna
y quiera dios que me acepten
y quiera dios que me valoren
y que me pidan perdón
y que lloren y que sufran
y que yo les perdone,
porque yo perdono,
pero necesito ser perdonado,
y dios me ayuda,
o que me ayuden...
los que se declaran ser mis hermanos

ESTOY ANIQUILADO

A estas horas quizá ya me empiece olvidar de que existo y que estoy cansado y que estoy harto y que no puedo con tanto peso.

Puede que me equivoque, puede que no sea cierto lo que pienso, puede que todo sea distinto, pero si me equivoco es que quizá, todo sea cierto.

Todo es un bin bang, todo es una partido de pimpon, todo no es nada  y se me equivoco es que nada tiene un sentido y un punto de partida.

Y puede que me equivoque y puede que no y el mundo está llamado al arrebato y todo me desquicia porque yo ya estoy desquiciado o es que el mundo tiene razón cuando me condena a morir como un deshauciado.

Y si el mundo me condena y si el mundo se equivoca, es un problema que nada tiene que ver con mi inocencia, o yo estoy cuerdo o es que el mundo está más sano de lo que pienso...

Y pienso que...que es mejor que me vaya a soñar que estoy despierto, cuando en realidad estoy aniquilado.

ENTRE TUS BRAZOS (Poema)

A veces... y a veces,

 sé que no puedo estar sin ti,

lo sé porque me despierto a media noche,

porque al mediodía me entra la gula y la avaricia,

porque a media tarde me cubro de sudores,

porque el día tiene 24 horas 

y ¡tú me debes horas!,

horas de insomnios, 

hora de estar a solas,

horas de esperar que tú me abraces,

que me des un tierno beso,

que me cojas de la mano o del brazo, 

que me acaricies como un ser vivo,

 que me des sustento,

 que me des miedo,

que me digas  algo,

que me des aliento, 

que me dejes solo en mi pozo

y en sueños y en mis sueños...

que me des cobijo,

y que por fin, 

que me dejes dormir entre tus brazos.

EL EQUILIBRIO

Hoy me he tomado un cafelito y en honor a que sólo dormí tres horas me debí haber tomado cuatro o cinco. Pero prefiero ir de prudentito, porque como me pase de dosis, pues toma y otra noche en vela. Y uno produce mucho de noche, pero las consecuencias después son terribles. Me levanto tarde y de mala hostia, más empanado que de costumbre, los recados mañaneros quedan a medias, la comida la preparo de mala gana y así y poco a poco voy perdiendo el norte.

Como un tío que no sé si era escritor o pintor, que tenía completamente asumido que lo suyo era la noche  y por tanto en su vida normal se acostaba sobre las 8 o 9 de la mañana y se levantaba a las 4 de la tarde. Claro que el tío era joven y yo de joven también era noctámbulo, pero los años pesan y ahora si me levanto a las 4 de la tarde me entra el yuyu. Todo el día al carajo y dedicado a la noche. O sea que yo mantengo más o menos un horario diurno por conservar mi salud mental, exclusivamente.

Si no seguiría siendo un pájaro nocturno y porque me encanta la quietud de la noche. Pero como yo pego a varios palos y soy currante de la medicina y soy padre de familia y me gusta el mañaneo, tengo que ceder de algún lado y por tanto me compenso viviendo un poquito de cada. La conclusión es clara, vivir igualmente sea de día o de noche, pero sin adentrarme demasiado en ninguna. El equilibrio, el equilibrio que nunca existe pero por el que te pasas la vida intentando alcanzarlo.

LOS LLORONES

Y es que en el fondo y en la superficie, yo no soporto a los llorones. Vamos, que como me roce un llorón o me caiga una sola gota de sus lágrimas, me produce ataques de alergia y broncoespasmos variados. O sea que por fuera me pongo como una roncha y por dentro, me entran ataques de asma y a la UCI a llenarme de corticoides. Y que nadie saque las cosas de quicio, yo no soporto a los llorones que se quejan y que no hacen nada y no incluyo a los que están jodidos por un motivo en concreto.

Pero como todo tiene un límite, yo también se lo pongo a ellos, a los que lloran, y si pasan de seis veces de lloros lacrimógenos y por el mismo motivo, yo les cambio el sambenito o cartel que los identifica y entonces mentalmente, ya les paso a llamar, llorones. Porque no sé muy bien lo que pretenden, pues partimos de que ellos están jodidos, pero repetir lo mismo más de seis veces, estoy seguro que lo hacen para joderte a ti y porque no soportan ver bien al que está su lado o al que esté cercano.

Por tanto, llorón que veo es un tío muerto, muerto para mis adentros y porque a éstas alturas yo no estoy para aguantar lloradas de nadie y menos si se corren de gusto llorando. Porque algo de placer les da o les pone cachondos. Bueno, pues es su manera de sacarle jugo a la vida, pero como la mía así no es, pues que simplemente, que me dejen en la paz de los mortales.

JODER QUILLO, ¡QUÉ MAL ESTAMOS!

Hoy por ser víspera de salida, tengo que arreglar todos mis aperos y ponerme guapo y eso que es difícil ser más guapo. A veces no me doy besos en la boca, porque no tengo dos bocas, sino estaría todo el día pegado por los labios. No sé si es que me quiero o es que me amo o las dos cosas. Bueno, ahora en serio, tengo varias cosas pendientes y como buen chico que soy, tendré que ser obediente. En estos casos sí que no me importa ser obediente, porque a punto estoy de partir hacia otros mares lejanos, en concreto vuelvo a las manos de mi querido Océano Atlántico.

Lo añoro y lo añoro mucho. Hecho de menos sus grandes mareas, sus largas e inmensas  playas, su gente, su bullicio, su ronroneo constante, su arena mojada. Me gusta Cádiz por tierra, mar y aire y a veces estando allí me entra el sirico o sea me vuelvo más loco de lo que estoy. Tierra entrañable y de luz viva, tierra con mucha historia encima. Me gusta todo eso, pero lo que no me gusta que muchos o algunos de los que nacieron allí, piensen que viven en el paraíso. ¡Coño!, que en la tierra hay muchos sitios bonitos.

Se agarran demasiado a su tierra del alma, y es que Cádiz tiene su punto negro, que es el paro y ante el paro no hay fronteras que valgan y que merezcan la pena, ante el paro hay que currárselo y si hace falta se va uno hasta los confines del mundo. Claro que esto me daría igual, si no se quejaran tanto, si en todo el día no estuvieran con el mismo estribillo: ¡Joder quillo, que mal estamos!. Pues tío espabila, haz las maletas y de vez en cuando vuelves a tu Cádiz del alma. Que así andamos muchos por la vida y no estamos muertos. ¡Hostia!.

LA CONFIANZA CON PEROS

Y ya hemos comido y como hemos disfrutado de esos platos tan bien elaborados, Risotto al curry con exquisitas delicias de queso fundido en nata montada del Canadá y acompañado de unos pinchos de pollo de la granja San Francisco a la plancha y para el vegetariano, unos filetes de atún de Barbate también a la plancha y todo esto en la compañía de mis hijos, hacen que el menú eleve su nivel. De postre, unas ricas ladillas, perdón natillas y a cagar que es gerundio.

Si por comer que no sea y como buen gallego que soy, me reafirmo en éste tema. Porque cuando voy una semana a mi pueblo son tres o cuatro kilos que gano. Las viandas allí en mi tierra, son excelentes, lo que no es tan excelente es su elaboración culinaria. Pero claro te invitan a comer, porque el comer es sagrado y es la mejor invitación que allí se puede hacer y cuando te has cepillado los veinte platos de comida rebosante y cuando estás a punto de reventar, la buena de la señora que te sirve no te pregunta si quieres más, lo da por supuesto y te llena de nuevo el plato.

Será el clima de allí o será que en sus tiempos se pasó mucha hambre o serán los dos cosas, el caso es que te pones como un auténtico cerdo. Y además pasa otra cosa, que por mucho que adules el plato cocinado, como no aceptes la repetición del plato, en mi pueblo es indicativo de que no te ha gustado y lo toman como una especie de desprecio. Así somos los gallegos, buena gente por naturaleza, aunque hay algunos que nos tachan de desconfiados y porque no se enteran que lo nuestro no es la desconfianza, "es la confianza con peros".

LA COMPRENSIÓN HACIA LOS IMBÉCILES

A pesar de mi entusiasmo inicial y porque ya estoy de vacaciones, reconozco que no estoy muy católico. El dolor de muelas fue un palizón y de los buenos, hoy sólo dormí tres horas y todo eso suma para que yo no esté en mis óptimas condiciones. Porque debía estar saltando por calles y en plan gilipollas o sea saludando y al mismo tiempo agarrándome los cojones, como señal de victoria. Como ese tío de un anuncio que va de "corazón saludable" y que sube unas escaleras a toda hostia y cuando está a la altura de que un viejo que va todo asfixiado, va y con una amplia sonrisa se da unos golpecitos en su mierda de corazón saludable.

Si a mi se me cruza un tío de esos, de corazón saludable y burlándose de mi porque no subo las escaleras corriendo, cojo y le meto semejante patada en los huevos, que los huevos le van a quedar de ojos. Es que ante la faltada, yo no me mido, ante la faltada hay que romper la cara al faltón y para que aprenda que en ésta vida el hacer el gilipollas gratuitamente, tiene su precio. Porqué ¿que le vas a explicar a un faltón?, que la cosa que hace es de mala educación y que yo lo comprendo pero que no lo comparto.

Veis de nuevo me he topado con la Asertividad. Y según sus normas yo tengo que decirle al tío problema, yo te entiendo y porque tuviste una mala infancia y te entiendo que por eso estés muy afectado y que te manifiestes agresivamente..., pero como veo que eres un gilipollas de mierda, te voy a hacer comprender de una sola vez cual es mi criterio y entonces ¡al carajo toda la asertividad!, porque eso significa el meterle un hostión que se va a quedar en estado catatónico. La verdad es que me persigue como un castigo, la asertividad, la inteligencia emocional y la comprensión hacia los imbéciles.

SÓLO QUEDO YO

Pues ya son la 1, la 1 de la tarde y tengo que darle al coco al menú de hoy, que después llegan los tres fieras de mis hijos y si no hay papeo calientan la olla para meterme dentro. Veis otro regalo navideño que se me acaba de ocurrir, un manual, no de buenas costumbres, un manual de comidas fáciles y variadas y en éste caso es por puro pragmatismo, por no encontrarme todos los días con el mismo desaguisado. Costillas, hoy voy hacer costillas y sin olvidarme de que también tengo que hacer algo de pescado y porque uno de mis hijos es vegetariano de esos que no comen carne, pero que sí comen pescado.

Después llego al supermercado y se me cruzan los cables y acabo comprando lo que en ese momento me sale de dentro y que no suele coincidir con lo previo. Pero bueno, hay que llevar un esquema de base y porque si te quedas en blanco, te agarras a él y punto. El mundo es cambiante y dinámico, pues yo también soy cambiante y dinámico. Bueno se acabó el recreo, tengo que ponerme a la faena y en ella tengo que poner mis cinco sentidos.

Pues, ¡hasta la tarde! y ya os contaré como salió la comida, que seguro que bien, porque yo no dudo de mi mismo y de mis capacidades, pues ya sabéis que soy un chef, un gran chef y además estoy muy bueno y tengo unos atributos desmedidos. Si yo no me echo flores, ¿quién le las va a echar?, mi abuela no, porque ya murió hace mucho tiempo, sólo quedo yo para quererme a mi mismo.

MIS VACACIONES

Pues ¿como me voy a encontrar?. Como me voy a encontrar si hoy ha sido mi último día de curre y tengo por delante 17 días de rascarme los huevos y en las posturas que yo quiera. Menuda pregunta más tonta, porque feliz es decir poco, ¡más que feliz!, parece más apropiado. Y mañana cojo el avión para la Península y llego a Sevilla y ya tengo el buga en la puerta y para coger directamente la autopista y por fin, podré aterrizar en mi Cádiz del alma y ¡olé!. Primero un garbeo y para ver como va la cosa o sea una primera observación superficial y para casita, a encender la chimenea.

Hay que caldear la casa de Cádiz para quitar las diversas capas de humedades. Recoloco un poco las cosas y a la compra..., ¡que tanto me gusta!. En el aeropuerto me compraré un par de libros de lectura y que serán devorados en éstas vacaciones navideñas. Si yo soy feliz con pocas cosas: tener un buga para moverme, tener leña para la chimenea, un par de libros y lo mínimo para tener de comer y ¡hala! se me suelta en un zoo y seré el más feliz de los animales.

Lo único malo, es que tengo cita con el dentista y me va hacer obras y reformas en mi puta boca. Y yo ante eso tiemblo y me acojono, pero tengo el grandioso dolor de muelas de éstos días, para recordarme que no puedo faltar a esa cita. Si ya lo decía mi abuelita, hijo no hay mal que por bien no venga o era algo parecido y yo lo traduzco a mi estado actual, jódete con el dolor de muelas que así te acordarás y por cojones,
de que te arrancarán la dentadura de cuajo.

COSAS

No sé a veces pienso que la mujer que me lleve a su seno, se llevará un loco más de los que andan sueltos por éste mundo, pero además se llevará a un prenda todo hacendoso. Y esto lo pensaba porque ahora ya estoy en casa y lavo mi ropita como mucho primor, la seco y que... la planche otro, pero después tengo que hacer el papeo y yo ante esto, me saco el sombrero y hasta me doy un beso. Qué joya de tío, que diamante en bruto, que eficacia doméstica y que mierda de vida..

Pero eso sí que nadie me regale algo relacionado con lo doméstico y que en el hombre, suele tener relación con el bricolaje. Que nadie me regale ese puto juego de destornilladores que siempre se oxidan,  esa caja de herramientas que se queda olvidada en la estantería, ese taladro de última generación, esa pistola que clava puntas y no alegrías, ese rayo láser que mide paredes, suelos y ventanas y si me los regalan igualmente, exigiré el vale para el recambio. Y mira que a un tío como yo, se le puede hacer regalos bonitos: un juego de plumas y de pinturas, una impresora, un arco iris, un juego para recoger cenizas de la estufa de leña, un cuadro, una buena y espléndida foto, una colonia, pero que sea colonia, de las buenas y por tanto, caras y yo que sé...un montón más de cosas.

Tampoco admito regalos de "abrótamo macho", es decir colonias pejigueras que se aprovechan para matar las moscas, bufandas desfasadas o fulares desteñidos, juegos de calcetines de ejecutivos un tanto raídos, cinturones porque te caen los pantalones, calzoncillos que parecen de mi abuelo, juegos de desodorante, colonia y after sun, que deben ser más eficaces para los que carecen de olfato, máquinas de afeitar que en cambio de afeitar sólo la barba te afeitan la piel subyacente y la cara se queda en carne viva y recién quemada... Bueno podía seguir, pero no quiero, creo que ya he puesto bastantes ejemplos de lo que yo admito o no.

INMADURO

Aquí estamos y estamos de guardia pero sólo de 4 horas, mis últimas horas de guardia en éste año y hasta el día 4 de Enero del 2.015 no vuelvo. Hoy es Lunes y después de un día de mierda, el de ayer Domingo en que estuve levitando todo el santo y puto día con el famoso dolor de muelas, viene la calma después del temporal y como sólo me queda hora y media de guardia, en mi mente ya estoy dando botes de contento, físicamente no, porque nunca y digo nunca me pongo a dar saltos de alegría hasta que esté en mi destino.

Porque me pasa igual que con la lotería, quiniela y demás juegos de película que nadie se cree, y que yo me creo menos, que hasta que no vea la pasta gansa en mis poderosas manos, yo desconfío. Menudo día el de ayer, menudo dolor, menudos ataques de nervios y menudo descontrol de mi inteligencia emocional. Porque desde que está de moda, lo de la inteligencias emocional yo me siento más tranquilo, porque a raíz de ello,  ya no estoy en el grupo de los locos incurables, ahora estoy en la de los inmaduros desde el punto de vista emocional.

Con lo cuál a mi me facilita las cosas, digo que soy inmaduro y eso a las tías les fomenta su espíritu maternal y claro, me quieren acoger en su pecho o en su seno o entre sus senos. Vamos donde se pueda hacer algo aprovechando ese cariño tan maternal, algo útil, algo que pueda llevar a más. De todas formas si la cosa se queda ahí, tampoco es cuestión de quejarse, porque un poco de cariño maternal no le viene mal a nadie y menos a mi, que soy un puto inmaduro.

JULIO CORTÁZAR