"Cuando mi abuela llegó aquí, después del Holocausto, la agencia judía le prometió una casa. No tenía nada, toda su familia fue exterminada. Esperó mucho tiempo en una tienda de campaña, en una situación extremadamente precaria.
Hadar Morag, cineasta israelí
"Cuando mi abuela llegó aquí, después del Holocausto, la agencia judía le prometió una casa. No tenía nada, toda su familia fue exterminada. Esperó mucho tiempo en una tienda de campaña, en una situación extremadamente precaria.
A VECES...
A veces me entran ganas de subirme al punto más alto de la tierra y desde allí contemplar como funcionan las hormiguitas laboriosas que somos. Muy bien, estamos un escalón por encima del mono y porque tenemos alma y cerebro, pero también es verdad que hay algunos seres humanos que tiene la misma alma que tiene un mosquito y un cerebro que debe ser anodino, que no funciona y por una severa escasez de actividad neuronal. Le abres el melón y solo sale aire. Aire comprimido dentro de una cabeza hueca. Y vamos a ver, yo no pretendo demostrar que mi cerebro es válido y útil (que lo es), ni que tenga exceso de luces e ideas y menos que me sienta por encima de los demás...pero sí de unos pocos que son los que más presumen y se regodean en su propia vanidad. Yo odio a los listillos que ponen cara de honestidad. En esta vida nada es perfecto, pero seguramente estaréis de acuerdo conmigo en que yo no soporto a los pluscuamperfetos que te miran con desprecio y que te tratan con una superioridad aplastante y humillante. Los creídos que se compadecen de los pobres seres humanos de a pie y porque piensan que están en su derecho de aplastarte con su puto zapato.
Yo no tengo todas las soluciones del mundo en mi mano, pero esto que estoy diciendo tiene una solución más fácil que difícil y cuando estos señores altivos, clasistas y seguramente, machistas y racistas, vean que en el bando contrario y en el que me encuentro, a veces somos mucho más que muchos y que en otras veces, somos pocos pero somos valientes y aguerridos, tendrán que considerar que lo mejor en su caso, es darse la vuelta y vuelvan al de donde partieron y que se suban en un cohete espacial junto al Musk y Trump de los cojones (y alguno más que hay por ahí suelto) y se vayan todos juntos al fin del mundo o mejor dicho, al fin del universo. Y allí que hagan pandi y que se dediquen a darse por el culo. Los seres humanos no somos machos alfa, ni somos los reyes de la manada, ni tampoco queremos dirigentes que se han crecido tanto que no entran dentro de su camisa y que al final siempre se acaban convirtiendo en putos dictadores.
ENAMORAMIENTOS
La historia oficial es la que nos cuentan. La otra, la extraoficial es mucho más compleja de ser contada. Nosotros siempre nos quedamos en el medio, entre la oficial y la extraoficial, claro que en la oficial nunca somos ni seremos los protagonistas. salvo cuando cuentan el número de muertos que hubo tras cualquier acontecimento histórico. Ahí sí que nos hacen ser los protagonistas del número de muertos o lisiados. Las guerras son deleznables y en mundo feliz no existirían las guerras. Pero ¿quién nos dijo a nosotros que la vida iba a ser feliz para todos?. Lo diría un tío que estaba en pleno enamoramiento y por eso no veía más allá de sus narices. Los enamoramientos te van dejando ciego para con los demás y entras en ese tipo de visión monocorde en que sólo ves la cara de la persona de la que te enamoras. Todo te gusta de ella, de como habla, de como se expresa, de como mueve sus caderas y cintura, de sus gestos, decomo camina, de como duerme y hasta de como te mira. Mientras el resto que vivía alrededor de tu persona, poco a poco se va difuminando de tu cuadro vital y ves y observas, como se van convirtiendo en sombras. La vida te da herramientas, para que no dejarte caer dentro de ese agujero oscuro y negro y ya depende de tí, que las uses o no.
A lo largo de mi vida, he dejado en la cuneta a amigos y sé que los he dejado tirados por mi pareja de aquél momento (no siempre por suerte, pero sí que lo he hecho a veces). ¿Y como se puede hacer semejante cosa o acto de villanos?...pues mi simple, haciéndolo y buscádote una excusa cualquier para aliviar tu mala conciencia. Así de simple y así de fácil. Si hasta te puedes vender por un plato de lentejas. ¿como no te vas a vender por un plato de amor?. El estado del estar enamorado, es un claro caso de enajenación mental transitoria y lo sabes...pero que mientras dura nadie lo quiere cambiar con nada ni con nadie, salvo claro está, con la persona amada que mismamente para tí, es el puto centro de la tierra o del universo. Tiempo más tarde volverás a comprobar que todo lo que sube, baja y cuanto más sube más tendrá que bajar y que cuando tocas fondo lo harás a conciencia y sin condiciones. El duelo del amor es un parto muy doloroso y muy difícil, pues todo se ha girado dentro de tu alma y de tu mente y aquello que era amor está mostrándote su otra cara, la del desamor.
Pero dicen que con el tiempo todo se supera y es cierta esa afirmación. El paso del tiempo lo cura casi todo y aquél inmenso y gran amor con el paso de los años, se ha convertido en un bonito o feo recuerdo. ¿Y qué es un recuerdo?, es el poso que ha quedado de aquella persona dentro de tu memoria. Yo tengo maravillosos recuerdos de amores que al final resultaron ser imposibles, pero también los tengo de algunos que fueron posibles y de estos últimos conservo la ilusión que depositamos juntos, su risa o sonrisa, sus ojos melosos y cariñosos, sus palabras y como las decía o expresaba, su cuerpo esbelto o no esbelto pero que a mí me lo parecía, su complicidad, sus paranoias que a mí en aquél tiempo me resultaban graciosas, sus manías que tenían y debían respetar las mías, el paso del tiempo que iba a la velocidad del sonido, el sexo descontrolado, las mañanas en la cama y en fin ¿para que seguir con este asunto? si se puede resumir en tres palabras, estaba profundamente enamorado y punto y pelota.
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
