Y la balasera sigue y sigue y ya no hay manchas de sangre, hay ríos de tinta roja y reluciente que fácilmente se confunde con charcos de sangre. Parece que va pasando la etapa visceral donde dominaba lo agrio y rezumaba el olor a rencor...ahora, no es que suene de fondo "el canto de la alegría" y porque es imposible sentirse contento ante tanta mierda que ha salido a flote. Y ahora soy yo el que se ha quedado colgado de la mala hostia y hoy tuve que cortarme las venas para no seguir escribiendo (metafóricamente hablando, claro). Bueno, pues otra etapa vital cumplida y que se está cumpliendo, la del desamor y que inevitablemente está precedida del amor.
Amor y desamor ¡menuda DISLEXIA!. Y no sería más fácil: amor y de repente, todo olvidado, porque no hay derecho..., el amor dura dos telediarios y en cambio el desamor se mide en años de existencia y eso no es justo, ni necesario. Lo de sufrir por sufrir como que no es mi onda y supongo, que de casi nadie. Mira.... yo te quería y resulta que ahora, ya no te quiero y sin lágrimas, ni aspavientos y por supuesto, sin malas historias (y así debía de ser). Y tuvimos momentos muy buenos y otros muy malos y mientras duró lo bueno, pues duró...pero ahora, que estamos en épocas de casi escupirnos a la cara,. no sería mejor...no sé...que nos volviéramos invisibles o que desapareciéramos bajo nuestros pies o que la ignorancia fuera nuestra mejor compañera o que yo y como argumento definitivo, no estoy en edad para tantos disgustos.
Que vamos a ver...que yo estoy dispuesto a ceder en todo, que tú tienes toda la razón, que yo soy un gran cabrón, que no sé apreciar todo lo que vivimos y creamos, que soy un picha floja, un don nadie, un crápula, un capullo. Y quiero que sepas que a mi, ahora, me da igual (¡estoy tan quemado!). Y es que prefiero vivir en paz que en guerra constante y que por tanto, soy así de cobarde. Y es que mi querida compañera de viaje, el viaje fue muy corto pero fue muy intenso, demasiado intenso y ha llegado la hora de decirnos adiós, pero adiós de una vez por todas. ¡ADIÓS! Y ¡QUÉ LA FUERZA TE ACOMPAÑE!.
Amor y desamor ¡menuda DISLEXIA!. Y no sería más fácil: amor y de repente, todo olvidado, porque no hay derecho..., el amor dura dos telediarios y en cambio el desamor se mide en años de existencia y eso no es justo, ni necesario. Lo de sufrir por sufrir como que no es mi onda y supongo, que de casi nadie. Mira.... yo te quería y resulta que ahora, ya no te quiero y sin lágrimas, ni aspavientos y por supuesto, sin malas historias (y así debía de ser). Y tuvimos momentos muy buenos y otros muy malos y mientras duró lo bueno, pues duró...pero ahora, que estamos en épocas de casi escupirnos a la cara,. no sería mejor...no sé...que nos volviéramos invisibles o que desapareciéramos bajo nuestros pies o que la ignorancia fuera nuestra mejor compañera o que yo y como argumento definitivo, no estoy en edad para tantos disgustos.
Que vamos a ver...que yo estoy dispuesto a ceder en todo, que tú tienes toda la razón, que yo soy un gran cabrón, que no sé apreciar todo lo que vivimos y creamos, que soy un picha floja, un don nadie, un crápula, un capullo. Y quiero que sepas que a mi, ahora, me da igual (¡estoy tan quemado!). Y es que prefiero vivir en paz que en guerra constante y que por tanto, soy así de cobarde. Y es que mi querida compañera de viaje, el viaje fue muy corto pero fue muy intenso, demasiado intenso y ha llegado la hora de decirnos adiós, pero adiós de una vez por todas. ¡ADIÓS! Y ¡QUÉ LA FUERZA TE ACOMPAÑE!.