EN MODO INVENCIBLE

Que el tiempo pasa es una evidencia, que la secuencia de hechos es continua, que su velocidad no está inventada y por mucha velocidad de la luz que se hable. La velocidad de los hechos es muy superior a la de la luz y porque además de su imparable sucesión, está que al mismo tiempo se producen millones de hechos, pero dado que somos humanos, nuestra capacidad de percepción demuestra una vez más, que es limitada y que sólo se queda con algunos y que no tienen que ser los más llamativos, sino que serán los más cercanos. Los hechos que te tocan la fibra sensible y así, ponen en marcha una cascada de sentimientos y pensamientos.

Lo llamativo y ya lo dice la misma palabra, llama, pero cuando te acercas es cuando observas si el hecho te merece la pena. También depende del momento en que te encuentres y si te encuentras por ejemplo mimoso, te acercarás a los hechos más sentimentales o más lacrimógenos. Yo ahora y en éste momento, en general me sigo encontrando muy bien y no llama mi atención los hechos más penosos, ni los más oscuros de la personalidad humana y hoy prefiero los hechos que de alguna forma y si cabe, me levanten más la moral y me la pongan en modo invencible. Pues tengo ganas de eso, de sentirme de nuevo guerrero, de ser luchador y por supuesto, de ser triunfador.

Hoy no estoy para el amargor de las derrotas, ni para la acidez de las rendiciones y menos estoy para los sinsabores del que nadie me quiere. Hoy paso de que alguien me quiera, bueno, si alguien me quiere pues bienvenido sea, pero lo que yo quiero decir, es que no estoy para trabajarme en ese tema y si me quieren, pues muy bien y si no me quieren, pues también y porque hoy me da igual y es más, hasta estoy deseando sentirme despreciado y por una razón muy simple: yo ante el desprecio me crezco y doy la cara y presento batalla. Y estoy pensando que es una forma más, una forma más de acrecentar tu autoestima y de fortalecer tu ánimo. Yo ya tenía ganas de volver a encontrarme y es que he pasado 15 días pensando en la salud de otros cuerpos y ya iba siendo hora de pensar en el mío. Yo necesito muchas veces de éste tipo de estímulos y como dicen algunos pedantes, para no olvidarme nunca de mis orígenes. Sí, necesito volver a la guerra de las alcantarillas, a los suburbios de la vida, a los portales mugrientos, a los olores a mierda y al miedo a salir a la calle y esa especie de temor, me hace crecer como persona. Pero eso no quita que no me guste apreciar la belleza de la vida, sólo pasa que a veces, para poder verla tengo que rebozarme previamente en algún estercolero o basurero.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...