
Dame un abrazo de amigo,
y no me sueltes por nada,
dame un abrazo tierno y sincero,
un abrazo de oso,
y un abrazo comprometido,
porque yo te necesito, amigo,
necesito tu risa fresca,
y tus bromas sobre la escatología,
los dos fuimos catedráticos cun laude,
y también fuimos aprendices de brujo,
y ahora te echo de menos, amigo,
y añoro tus palabras de doble sentido
y las coñas en un bar de copas,
añoro la presencia de tu cuerpo,
y las palabras que salían de tu boca,
y es que me acuerdo del otoño,
y de la eterna estufa de leña,
y de las playas donde la espuma salía escupida,
y el viento del Norte azotando nuestros rostros,
y el mar embravecido,
y clamando al cielo con sus roncos rugidos.
Me acuerdo de ti,
y me acuerdo,
porque amigo mío,
yo, yo y yo, ¡te sigo queriendo!.