DUDÉ...


Dudé entre la tierra y el agua

y me quedé en el barro...


dudé entre la Lluvia y el Viento

y me quedé en el Desierto...

dudé entre la Bruma y la Tormenta

y me cobijé bajo la Luna

y ahora camino bajo su luz divina,

ahora.... no busco certezas, ni evidencias,

ahora busco esa zona neutra entre la luz y las tinieblas.

MI PATIO (De hace un año)

 



                        Día raro donde los haya. Calor a espuertas. Cocido por dentro. Sudando como un cerdo. Mi Cabeza parece una fuente de la que emana el sudor con toda su belleza. Y la guinda del pastel es el fuerte dolor de articulaciones con el que dios me ha regalado en el día de hoy. Cualquier movimiento me duele, pero me duele a conciencia. Y lo peor de todo, es que no tengo motivo, es decir, ayer no me maté a hacer ejercicios, ni cogí la bici, ni jugué al padel, ni hice traslado de cosas pesadas. Estuve buenamente sentado (como casi todos los días) delante del ordenador. Y la única razón que se me ocurre, es que mi cuerpo después de 20 días de vacaciones, se esté quejando por tener que volver a currar. De alguna manera, que yo sé que no podré demostrar, cobra peso éste último argumento. 

                        Y dicen que el dolor es un signo y síntoma de que algo está pasando, que se supone que ese algo no es normal. Claro que mi vejez empieza a ser normal, pero como todo en ésta vida tiene sus días malos y sus días peores y en cambio, los días buenos empiezan a ser escasos. Tengo escasez de días buenos entre otras carencias y en que lo único que se puede hacer, es ir reconvirtiéndolas y adaptándolas al factor edad. Físicamente no es lo mismo, pero hay deportes y ejercicios que se pueden hacer perfectamente en la edad adulta de viejo rechumido. Pero eso sí hay que hacerlos, e insisto con fuerza porque es en lo que fui pecando últimamente. Llevo meses oxidado como una vieja caja de lata y de hojalata. Me chirrían las juntas y me arden las articulaciones.

                       Bueno, también me estuve currando mi casa y de abajo a arriba. Y pintando a todo trapo y arreglando desfeitas (cosas rotas). Desde puertas a paredes y desde paredes a patios...Porque me acabo de hacer un patio precioso y entrañable: todo lleno de flores, pintado con delicada conciencia, con una sombra que te cagas, con una mesa y sillas preciosas (que no caras, pues son de segunda mano) y además por ese patio, corre el aire y la brisa marina y el viento...y sino es el Palacio Real, pues se le parece...

CONTRASTES (De hace un año)


Rodeado de leones y tigres de Malasia

y de vez en cuando,

asomando un cocodrilo que se come a un ñú,

vivo en mi fauna y habitat natural

y poco a poco voy entrando en modo siesta

y cuando vuelvo a despertar

hay cuatro fugados en el Tour de Francia...

ALIVIO (J.J.Millás)

Alivio
J.J. Millás
Qué raro, tener la edad del padre de uno cuando el padre de uno comenzó a envejecer, o cuando empezamos a mirarlo como un anciano incipiente. De un tiempo a esta parte, veo en todos los espejos en los que me miro a mi padre. Es él quien toma los ascensores de los hoteles en los que me hospedo; él quien se afeita en los cuartos de baño de esos hoteles; él quien se corta el cabello en las peluquerías en las que entro al azar. Yo estoy también, claro, pero a este lado del espejo. Al otro encuentro siempre a mi padre, que me observa atónito, como extrañado de haber tenido algo que ver en la vida de este hombre maduro que en el último año se ha subido en más ascensores de los que él utilizó en toda su existencia, que se ha afeitado en más hoteles de los que él pudo soñar, que se ha cortado el pelo en decenas de ciudades; de ese hombre que lleva a cabo a regañadientes el deseo que él tuvo de viajar.
Cuando me peino, pues, si lo hago frente al espejo, peino a mi padre. Y cuando me anudo la corbata se la anudo a mi padre. Y cuando me corto el pelo de las orejas, resulta que le corto el pelo de las orejas a mi padre (lo que jamás le hice en vida). Luego, cuando escribo, como ahora, en la habitación de un hotel, me pregunto qué hará mi padre en ese instante al otro lado del espejo del cuarto de baño. A veces, dejo de escribir y me acerco con cuidado, a ver si lo sorprendo desmontando un aparato de radio. Pero él ha tenido la misma idea que yo, y al mismo tiempo, por lo que llegamos al espejo a la vez y nos observamos atónitos. En ocasiones sonreímos por esta extraña relación que nos une al cabo de los años y vuelve cada uno a lo suyo (yo a escribir; él a desmontar aparatos). Qué raro, alcanzar la edad del padre cuando el padre comenzó a envejecer, pero qué alivio tener los días contados, como en otro tiempo los tuvo él.

Sting, Bruce Springsteen - Every Breath You Take (Live)

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...