MIÉRCOLES (Poema)

Hoy es Miércoles,
pero podía ser Martes,
o Jueves, o Sábado,
 ¡que más da!.

El caso es que es Miércoles,
y no un miércoles cualquiera,
es un día de inicio de primavera,
un día de gala,
 un día de estrenar el traje,
un día de hacer la primera comunión.

Yo noto el calor del sol en mis piernas,
noto su cálida caricia,
y su mano de piel de seda,
y como traspasa el tejido de mi pantalón.

No es Miércoles de calendario,
pues no está reseñado, ni destacado,
tampoco es festivo, ni es Domingo,
ni siquiera es Miércoles de ceniza,
es un Miércoles cualquiera,
y del inicio de la primavera,
y es un día, por tanto, muy especial.

 Yo no pondría nombres a los días,
como tampoco a los meses,
al fin y al cabo, ¡qué importa!,
da igual que sea Lunes o que sea Miércoles,
que sea Martes o Jueves,
o que sea el mes de Enero
y no el mes de Junio,
si al final, nos guiamos,
por las estrellas del cielo,
por la luna, las mareas y el sol.

 Sólo declaramos la verdadera primavera,
cuando brotan las flores y los árboles,
y cuando de verdad,
de verdad, ¡calienta el sol!, o ¿no?...

MONO DE CIUDAD (Poema)

Necesito aire fresco,
aire comprimido o aire líquido,
pero aire, aire de verdad.

Necesito oxigenarme y despejarme,
es vital y es imprescindible,
pues yo sé donde tengo el límite,
donde está mi frontera
y hasta donde puedo llegar.

Pero necesito el aire,
y me da igual su grado pureza,
es más lo necesito contaminado,
y es que necesito aire de ciudad.

Y no sólo necesito el aire,
necesito sus ruidos infernales,
sus tubos de escape,
y sus luces de neón.

Siempre se necesita lo que no se tiene,
si yo tengo la montaña, quiero tener el mar,
si yo vivo rodeado de naturaleza,
quiero abrazar la ciudad.

Pero es mucho más que necesidad,
es necesidad vital,
sin ella, sin la ciudad,
me siento débil y sin energía,
vacío y sólo,
perdido y deprimido,
pues sí, necesito de verdad, a la ciudad.

Me encantan los parajes naturales
y el placer que me producen,
y como poco a poco, me endulzan los sentidos,
pero también necesito el gas de ciudad,
el gas sucio, el gas de chimeneas,
el gas que escupen los coches,
el gas que me hace andar.

En definitiva,
yo tengo un buen mono de ciudad.

CENTRO MÉDICO - Parte I (Relato)

Hoy mientras me duchaba pensaba y le daba vueltas a ciertos recuerdos de una época pasada y no tan lejana, allá por las tierras gaditanas, que por cierto cuanto las hecho de menos . Bueno pues allí y más concretamente en Chiclana de la Frontera, es donde tengo ubicados estos recuerdos, que nunca se me olvidarán, seguro, pues los tengo grabados en el tuétano de mis huesos. Eran épocas de vacas gordas, cuando vivíamos como auténticos cerdos: ostentando, dilapidando, contaminando. Yo de aquellas curraba en la Uvi Móvil y de vez en cuando hacía guardias complementarias de Urgencias y de éstas dos situaciones distintas saco mis conclusiones comunes, pero esto lo haré al final, primero tengo que despachar unos cuantos asuntos aún pendientes..

   En la ducha me venían a la cabeza recuerdos repetitivos. Me acordaba de un gortdo seboso sin camiseta, de unos niñatos llenos de arena de playa y de unos todoterrenos desmesurados que aparcaban de contínuo en la puerta de las Urgencias. Eran recuerdos deshilachados y que ahora tengo como meta darles coherencia y un sentido. Yo había currado años antes en una clínica privada, clínica por llamarle de alguna manera y privada si lo era, pues los ladrones eran cuatro, pero el poder se focalizaba en dos hermanos impresentables. Aquella clínica era como trasladarte a la época feudal en pleno siglo  XX, de hecho los jefes ejercían como señores feudales con todos los poderes y atributos. Otro día de la daré caña a éstos impresentables, para que se sepa de que van estos elementos. A veces me entran ganas de hacerme famoso y que mucha gente me lea y sólo para que se enteren de que van estos hijos de puta y aquí si cabe el resentimiento, pues está claro que sí, que estoy resentido y tengo sed de venganza. A veces sueño con verlos arruinados y camino de la cárcel y no lo digo por decir, es que lo sueño, de verdad que lo sueño y como disfruto. Me encantaría verlos empalados y que los cuervos les comieran los ojos. Se nota que les tengo mucho aprecio.

   Bueno, pues en ésta clínica privada o veterinaria, que en éste caso es lo mismo, tuve la suerte o la desgracia de conocer por dentro a los chiclaneros. Ésta clínica funcionaba bajo un sistema de socios o sea tenían cerca de 5.000 socios que pagaban una mierda, pero eso sí eran socios y con todos los derechos y por supuesto, sin ningún deber. Bueno pues a mi me tocó apencar al principio, con hacer guardias de urgencias en la clínica, guardias de 24 horas, todo un suplicio. Allí desfilaban cerca de 400 personas en las 24 horas y por la semana aún tenías algún apoya externo, pues había enfermero y auxiliar y hasta técnico de rayos, lo malo era el fin de semana, en que por los recortes impuestos por los señores feudales, te quedabas tú sólo, sólo para todo. Así pasabas consulta médica, hacías curas, ponías inmovilizaciones, hacías las radiografías y hasta colocabas los yesos. Y todo esto lo hacías envuelto en un murmullo de desaprobación, pues los clientes eran socios y por tanto con todos los poderes y tú eras un puto esclavo de mierda. El murmullo empezaba de buena mañana y no paraba hasta la noche, el simple hecho de tener que esperar 5 minutos, los ponía a todos cariocos.

   Así que ibas tirando como podías y como de aquellas no me quedaba otro remedio, pues la bolsa de médicos para trabajer en la Sanidad Pública, estuvo cerrada casi 3 años, esos mismos años tuve que disfrutar de ésta tortura china. De puertas para dentro había de todo, había una fauna variada, había gente sin contrato y otros con contrato totalmente precario y otros pagados con el sueldo base, hasta los había subvencionados por la seguridad social y es más hasta por el propio Ayuntamiento. Los médicos y enfermeros tampoco estábamos en plantilla, éramos autónomos por los cojones de los dueños y claro más de la mitad de la paga se realizaba en precioso dinero negro, en sobres parecidos a los de el Bárcenas y digo parecidos sólo por las cuantías . Y hablo ya de casi 20 años y hablo de Ayuntamiento y Junta de Andalucía socialistas y esto lo digo para que se vaya cogiendo nota de como funcionan los socialistas, sobre todo cuando están incrustados en el poder y en Andalucía llevaban demasiados años y cuando yo llegué a Andalucía, tenían todo un entramado de poderes fácticos, era le mismo caciquismo que con el PP en Galicia, sólo con la diferencia de que en Andalucía tenían a los Sindicatos comiendo de su mano. No se  te ocurriera hablar, ni siquiera mencionar que el personal de esa clínica mafiosa estaba sin contrato o que era totalmente precario, pues por no tener no teníamos ni derecho a estar de vacaciones y allí dentro no existían los sindicatos, estaban totalmente prohibidos y vetados.

  Así que éste ambiente era el de todos los días, pero en el fondo no era tan mal ambiente, pues la miseria une y une bastante. Por lo menos nos unía para cagarnos todos juntos en ellos y reirnos como pobres parias y tampoco la unión iba mucho más lejos, ya se sabe que ante la miseria, siempre surgen los trepadores y por tanto en el fondo nadie era de fiar. Y todo se deslizaba dentro de éstos parámetros, hasta que empezaron los problemas. Antes mencionar que era costumbre el sisear pasta, por parte de la Clínica, a las compañías privadas (Asisa, Adeslas,Sanitas) y sobre todo a los seguros de los coches. Esto se hacía pues facturando sesiones de rehabilitación inexistentes, curas fantasmas y hasta radiografías, pues tenían el sistema de almacenar las radiografías que el personal o paciente no se llevaba y el técnico de rayos estaba obligado a almacenarlas y ponerlas en orden alfabético. Entonces, si venía alguien con un golpe, por ejemplo, en una rodilla y tú sospechabas que era eso, simplemente un golpe, pues tenías que hacer el paripé de hacerle una radiografía, pero en realidad no se la hacías, o sea lo llevabas a la sala de Rayos y apretabas el botón que sólo encendía la luz pero que no hacía la radiografía, pero por cuestiones de magia ibas al almacén donde se acopilaban las placas y buscabas rodilla en estado normal y ya tenías una radiografía normal de rodilla, aunque la rodilla no era la suya, pero eso que importa. Tengo que reconocer que al principio no podía con ésta estafa, pero después le fuí cogiendo el gustillo, aunque sufría con los niños, a la mayoría de los adultos se las hacía con sumo gusto, era la forma de vengarte del trato que te dispensaban los asquerosos clientes-socios.


   Los problemas reales, pues al parecer los hasta ahora descritos eran asuntos banales, empezaron precisamente por las radiografías. Me acuerdo perfectamente de un pseudocompañero médicoo más bien un buen hijo de puta, que estaba bastante pirado o más bien se lo hacía y a éste le daba por radiar a los pacientes y al resto de la clientela  hacerle el paripé de las radiografías. No sé, pero en una guardia de 24 horas de fin de semana llegaba a la frilera de 80 o 90 radiografías. O sea que si entraba alguien con dolor de garganta salía con la receta del tratamiento y con un radiografía debajo del brazo: de la columna o de los dedos del pie o lo que le diera la gana a él. Sus explicaciones de cara a la peña, se basaban en sus propios cojones y por supuesto se inventaba las razones. Casi siempre relacionaba las Amigadalitis con las casi imposibles fiebres reumáticas, menuda jeta la del paisano. Bueno el caso, que el citado veterinario ganó muchos puntos y medallas y los jefes estaban locos de contentos con él y llegó un punto de inflexión, las guardias de fin de semana casi eran exclusivas para él. Era pasta para la empresa, que importaba radiar en exceso, que importaba que fueran niños, lo único que importaba era la caja B, la caja del dinero negro.

  Y lo más jodido de todo, es que los principales socios capitalistas del tinglado eran médicos, bueno uno era radiológo, gracias a su tío, que también lo era, además de catedrático de Radiología y también socio capitalista del tinglado y el otro había acabado medicina también gracias a la mano negra de su tío. Este último personaje era ignorante hasta la médula, ignorante en medicina, la pasta era su único lema en la vida. Así que con estos perros tocaba lidiar, por tanto si de vez en cuando te tocaba una guardia de fin de semana, de esas en que el niño bonito no podía o que simplemente le sobraba, pues al día siguiente tenías cita con el segundo jefe, o sea con el hermano pequeño, el falso médico y que tenía el título gracias a la gracia de su tío. Y aquí empezaban los reproches, uno tras otro, pero para resumir, iban casi todos dirigidos al poco número de radiografías que habías hecho en tú guardia, que a mi como a los demás médicos rondaban entre 10 o 15 radiografías por guardia, nada que ver con los números de su niño bonito, que como ya dije rondaban las 80 o 90 radiogrfías. Éste pájaro como sólo tenía la vista puesta en la caja B, le importaban un carajo los criterios médicas y las radiaciones y demás gaitas, por tanto siempre nos tocaba escuchar la comparativa con su niño bonito y concluía que tú no le eras rentable. No que lo hicieras bien o mal o que la gente estuviera contenta contigo, lo único que importaba era la puta pasta.

   Así que aquí empezaron los verdaderos problemas y poco a poco me fuí quedando sin guardias de fin de semana, por lo que no me quedó otra que empezaer a hacer guardias de avisos domiciliarios. No lo dije antes, pero había dos médicos de guardia, uno estaba en urgencias del Centro y el otro le tocaba chupar calle. La calle, la calle si que enseña, aunque enseñe la cara más amarga de la vida.

JULIO CORTÁZAR