Las cosas son cosas mientras no se demuestre lo contrario. El amor es amor mientras no se demuestre lo contrario y con el desamor también pasa lo mismo. Mientras todo se cubría de amor, todo resultaba ser demasiado fácil y más que fácil, todo resultaba ser maravilloso y uno iba saltando como una linda mariposita de flor en flor y porque le habían crecido las alas dentro de un bosque mágico. Bueno, pues eso duró lo que duró, que por cierto nunca dura mucho, ni en el tiempo, ni con la misma intensidad...pero mientras duró, duró y esa es una realidad irrefutable y palpable. Pero después, vinieron épocas de escasez amorosa y porque la vida te hizo o nos hizo elegir entre dos opciones, entre el sí y el no y no hubo opciones a medias y de quedarse en tierra de nadie. O estabas con el sí o estabas con el no, fue como una especie de referendum sobre el sí o sobre el no...y salió y ganó el no y eso significaba un presente y un futuro lleno de desamor. Pues eso, que ahora estoy en épocas de desamor e igual que en las otras épocas de amor loco y perdido exigía un respeto, ahora en plena época de sequía amorosa, exijo lo mismo. Exijo respeto y que mi silencio sea considerado como parte fundamental de mi duelo. Vamos a ver, yo en éstas épocas tan crueles y tan jodidas, no estoy para que tú me cuentes cositas y yo te cuente las mías y que juntos nos riamos a carcajadas de la vida y de nuestras penurias y alegrías.
Yo no estoy en fase de buen rollo, ni de querer saber de tu vida...yo estoy en fase de superar nuestro mal rollo, de olvidarme de él, de que me deje de doler, de que no sangre más por él...en fin, que corra sobre él un tupido velo y no que pasemos página..., sino que cambiemos de libro y por tanto, que cambiemos de historia. Bueno, yo de historias amorosas me siento bastante escaldado, pero que nadie me entienda mal, yo no hago culpable de todos mis desaciertos amorosos a la otra persona, la hago en parte y yo me quedo con la otra parte. Es decir, yo sé que tengo mucho de mal bicho y de bicho raro, que no soy un tío corriente, que de corriente tengo el cagar, el comer y el dormir y el resto hasta casi se les puede considerar aberraciones y malformaciones del pensamiento...pero ¿qué le voy hacer?...así me hicieron, así crecí y así vivo y aún así, no me quejo de como vivo en general.
En concreto, claro que me quejo de cosas, de muchas cosas, de cosas que me hacen o me hicieron daño, que me lastimaron y ahora creo que tengo todo el derecho del mundo para lamer mis heridas y hasta que se desinfecten y cicatricen. Es decir, hasta que me importe una mierda aquella linda y bella historia amorosa y hasta que el recuerdo de aquello me resulte casi indiferente. Ya sé, que sueno a bruto, a desalmado sin principios, pero hay que comprender que estoy en épocas de rabia y ésta es una fase más en mi estado larvario. Yo sé que al final situaré todo mejor, que la rabia dará paso a lo entrañable, que los mejores recuerdos se cubrirán de bellos momentos, pero serán instantes míos y solo míos y nunca volverán a ser compartidos con aquella persona, porque aquella historia está acabada y sepultada. Pero claro y como veis, no dejo de tener momentos llenos de recuerdos...