Vas por la calle
tranquilamente paseando
y porque no tienes prisa
y porque ya nada te llama como antes
y no es desidia ni es pereza
simplemente es que el mundo te pesa
y te haces cargo de todas sus penas
y tanta pena pesa y pesa mucho
y cargas con tanto asesinato en masa
y tanta crueldad acumulado dentro de sus almas negras.
Y lloras y entras en trance melodramático
y casi rozas lo puramente psiquiátrico
y cada imagen que ves supera a la otra
y ves como un pueblo liquida al otro
y como lo pisan y lo destrozan
y como lo matan de sed y hambre
y hasta que no quede ni el mínimo resquicio de vida.
El cuento que nos cuentan
¿ cuantas veces nos lo han contado?
y ellos borran del mapa hospitales y escuelas
y porque debajo de cualquier escombro
hay un terrorista escondido
y entonces lo que hay que hacer
es que no quede ni un escombro en pie.
Y conocéis como se borra del mapa a todo un pueblo,
pues día a día lo estamos viendo
y esto no va a parar
y porque una vez encendida la maquinaria de una guerra genocida
no hay impedimento que los pare
y solo se parará cuando su enemigo desaparezca del mapa
y al final, se liquidará un pueblo en beneficio de otro pueblo
que además cree que por designios del señor
ese territorio les pertenece a ellos.
Y si no recuerdo mal
hace unos cuantos años
los nazis hicieron lo mismo con ellos
pero la memoria humana es tremendamente selectiva
y porque mucha parte de la historia
depende de como te la cuenten
y por eso piensan
que un palestino siempre estará mejor, muerto.