Desde que le casco a los Poemas y les he cogido el gusto, busco amigos por las redes sociales, pues en principio somos seres raros. Y nada tiene que ver como esa imagen de tío triste, apocado y metido hasta en sus intestinos y es la que se vende de los que hacemos Poemas. Por lo menos yo no lo soy, porque soy más bien lo contrario, soy extrovertido y yo me creo que divertido y le saco punta a todo y además me encanta sacármela a mi mismo. Y no refiero a esa guarrada que llevamos entre las piernas, me refiero a sacarte punta de tus actuaciones y de tu forma de ser.

Pero ¡dios mío! y como ya dije antes, más vale dedicarse a afilar cuchillos de pueblo en pueblo y como hacían antes los paragüeros, que el
intentar reivindicarse como Poeta y porque todos esos que andan sueltos y que se dicen Poetas, no son en realidad Poetas, son seres deprimidos. No me extraña nada que tengamos mala fama y que suerte pueden tener las tías o tíos que se zafen a tiempo de liarse con un Poeta lánguido, triste, deprimido y que solo ve coranzoncitos rosas.
Me duele y mucho, ver que tengo compis del tema en que sería mejor que se dedicaran a plantar patatas y así les contarían sus penas. Ahora, yo sería el primero que no le compraría ninguna patata de su lánguida cosecha, porque de tanto poema amoroso y empalagoso, salen unas patatas demasiado dulces y zalameras. Y yo como soy Diabético de última generación, lo dulce lo tengo más que prohibido.

Pero ¡dios mío! y como ya dije antes, más vale dedicarse a afilar cuchillos de pueblo en pueblo y como hacían antes los paragüeros, que el
intentar reivindicarse como Poeta y porque todos esos que andan sueltos y que se dicen Poetas, no son en realidad Poetas, son seres deprimidos. No me extraña nada que tengamos mala fama y que suerte pueden tener las tías o tíos que se zafen a tiempo de liarse con un Poeta lánguido, triste, deprimido y que solo ve coranzoncitos rosas.
Me duele y mucho, ver que tengo compis del tema en que sería mejor que se dedicaran a plantar patatas y así les contarían sus penas. Ahora, yo sería el primero que no le compraría ninguna patata de su lánguida cosecha, porque de tanto poema amoroso y empalagoso, salen unas patatas demasiado dulces y zalameras. Y yo como soy Diabético de última generación, lo dulce lo tengo más que prohibido.