NIEVE (Antonio Gamoneda)

 


Retrocede, combate
hacia atrás, corazón mío.
Cíñete al amor, queda
activo en cuerpos, en
materiales amantes.
Olvida la nieve, vive
con los tuyos, desciende
a la ternura. Este
es tu país.
¡Oh la sed, oh la sed!
¿Por qué este mismo fuego
me empuja hacia la nieve?
Subir, subir al agua
eterna donde viven
la claridad y el frío.
Un sueño: Cumbre inmóvil.
Nada y luz. Nadie, nadie.
Oh Dios, si sólo un pájaro
me visitase en esta
región de libertad.
Atrás, puros espacios,
belleza inhabitable.
Vuelva la sed a su
origen en el fuego.

NUEVO MAPAMUNDI INCORRECTO (Elena Román). Blog de "Emma Gunst"


En algunos sitios se acaban las carreteras.
Nada antes hace sospecharlo,
el paisaje no varía.
Simplemente, de pronto,
no hay por donde seguir circulando.
Es entonces cuando hay que considerar
regresar al lugar de origen
sin la seguridad
de que siga existiendo.

EL MUERTO (Batania)

 


Lo que cuesta mantener a un muerto,
lo que gasta en trajes y dentistas,
lo que agota llevarlo a la espalda
de Atocha hasta Argüelles,
si alguien supiera,
el muerto a cuestas,
todos los días,
lo que cansa vestir
los zapatos del muerto,
las camisas del muerto,
la bufanda del muerto,
si alguien me oyera,
cómo me suena el muerto,
cómo me llora,
cómo me roe,
cómo me grita
a trueno y rompepierna,
cómo me paso las noches
sin hacer un verso
porque no quiere el muerto,
porque no me sabe,
porque no se le ocurre,
no se me inspira,
si alguien entendiera,
lo que cuesta decir
sin pasar por loco
que mi padre vivió
sesenta y siete años
como un jilguero de nieve,
ningún clavo, ninguna tuerca,
ninguna mancha,
si alguien creyera,
y desde que vive
muerto
me obliga y me retuerce,
me ordena y me llama el muerto,
me apunta y me requiere,
siete años ya,
si alguien pudiera...


LA UTOPÍA (Eduardo Galeano)

 


La utopía está en el
horizonte, me acerco
dos pasos, ella se aleja
dos pasos.
Camino diez pasos y el
horizonte se corre diez
pasos más allá.
Por mucho
que yo camine, nunca
la alcanzaré.
Para que sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.

REVOLUCIONARIOS (Gsús Bonilla)

 


hablando de rojos – deduzco –

qué les abrieron el pecho

les extirparan el corazón,

y aún así,

viste? que hijos de puta!

siguen latiendo.

TODO LO QUE APRENDÍ (Iker Biguri)

 


todo lo que he aprendido es farragoso
y me da miedo


todo lo que desconozco también


lo que sé y lo que ignoro
me obliga a permanecer en guardia


sólo puedo flotar inmóvil
feliz como si fuera nuevo
en los escasos segundos que transcurren
entre la intuición y el desastre

HAY ALGO QUE SE TAMBALEA (Kutxi Romero)

 


Hay algo que se tambalea
en las mentes de los

                   GENIOS

                                 ONANISTAS

                                                 LITERARIOS

cuando afirman que su escritura
se debe
al reclamo de que vuelvan los Dioses.
Hijos de perra.
Yo escribo para que mueran
definitivamente.


INUTILIDAD DE LA POESÍA (María García Zambrano)

 


Es inútil creerse
un ser imprescindible,
una elegida,
tocada por la musa,
la escriba de algún dios.

No es asunto la lírica
que nos dé beneficios:
cerrar alguna herida,
saber de dónde vienes,
reconocer alguna luz...

Y poco más.

FORGES

 


MADRE (Paula Ensenyat)

 


Madre


La imagino
desperezándose
entre sus sábanas
de vainilla;

la miel se vuelve amarga,

y mi cama

aún más fría.

BIOGRAFÍA DE UN HOMBRE CON MIEDO (Piedad Bonnett)

 


Mi padre tuvo pronto miedo de haber nacido.
Pero pronto también
le recordaron los deberes de un hombre
y le enseñaron
a rezar, a ahorrar, a trabajar.
Así que pronto fue mi padre un hombre bueno.
(“Un hombre de verdad”, diría mi abuelo).
No obstante,
—como el perro que gime, embozalado
y amarrado a su estaca— el miedo persistía
en el lugar más hondo de mi padre.
De mi padre,
que de niño tuvo los ojos tristes y de viejo
unas manos tan graves y tan limpias
como el silencio de las madrugadas.
Y siempre, siempre, un aire de hombre solo.
De tal modo que cuando yo nací me dio mi padre
todo lo que su corazón desorientado
sabía dar. Y entre ello se contaba
el regalo amoroso de su miedo.
Como un hombre de bien mi padre trabajó cada mañana,
sorteó cada noche y cuando pudo
se compró a cuotas la pequeña muerte
que siempre deseó.
La fue pagando rigurosamente,
sin sobresalto alguno, año tras año,
como un hombre de bien, el bueno de mi padre.


LOS PERROS ROMÁNTICOS (Roberto Bolaño)

 


En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.

CAEN LAS HORAS (Sara Mesa)

 

Caen las horas como gotas de aceite,
pesadas, lentas, doradas, tibias.
El aire está inflamado de plegarias,
de cánticos oscuros y enigmáticos.
Yo sé que algo sucede.
Debe de ser que es jueves y algo pasa los jueves.
Debe de ser que es lunes y algo pasa los lunes.
Debe de ser que es sábado y algo pasa los sábados.
¿Por qué no quedan huellas de mis pies
en este asfalto ardiente?
Debe de ser que no peso bastante.
Debe de ser que está lejos la arena.
Debe de ser que el tiempo pasa lento
y aún no te he encontrado.

Se suceden las horas como un hondo rosario,
como un rosario en sombras.
Yo debería pensar ahora en otras luces,
nadar con otros peces.
Aquí estoy resguardada.
La lluvia no me moja.
Mis párpados se cierran sin asombro.

El tiempo pasa lento;
no duele, no me toca.

FORGES


 

PADRE

 

 

Aquí padre,

amanece antes

como hora y media antes

y como te contaría yo, padre

que en nuestra tierra gallega

la primera maravilla del mundo

es una hermosa puesta de sol.

Pero padre, por aquí 

por adonde ahora vivo

nace el sol

y el espectáculo es el esplendor del amanecer.

Recuerdo como disfrutabas del atardecer sobre las islas Cíes

y como vendías patria y orgullo del entorno de tu alrededor,

pues yo te digo padre

que si llegaras a estar aquí,

al más extremo este de éste viejo y desdentado país,

estarías sentado todos los días en el balcón 

y para ver como se despierta el sol. 


Ves, 

pocas veces te lo digo,

pero de vez en cuando me suelto

y tengo que sacar bandera por ti

y es que a veces cuando veo salir el sol,

me acuerdo de ti y de tus puestas de sol.


Gracias padre por estar siempre alrededor del sol.

INFINITIVO (Irene Gruss)


Antes de morir debo pasar por la óptica,
la verdad no sé, el armazón está bien
es sólo la patilla, lo veré en el camino.
Y debería renovarme también,
tener un pulóver como la gente,
mi madre diría como Dios manda
pero antes de morir da impresión,
¿será cursi nombrarlo?
Observo la casa, cambio las toallas por si acaso
(a veces cae gente), el camisón está listo,
mejor me tiro un rato, una siesta nomás,
y después salgo.

Mientras afuera


 Mientras afuera, 

el viento sigue su variable curso imparable

lleva tres días desatado y descontrolado,

levantando olas inmensas y transformando mares

en otros mares mayores,

esparciendo espuma blanca salada,

y aullando por los tejados como un lobo solitario.

ES SENCILLO

 


No me canso de decirlo,

mi idea es sencilla.

Quiero resumir la vida en una sola palabra,

decir por ejemplo... "vida"

y en un simple nanosegundo vendría

una secuencia bestial de acontecimientos

donde contaría mi vida

y de principio a fin...


Es sencillo,

quiero llegar al máximo del minimalismo,

lo que antes ocupaban 99 palabras,

ahora serán 99 silencios,

y la palabra restante, "vida",

sería la palabra gatillo.

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD ( de Charles Chaplin)


Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

CON LAS MANOS (Gata Cattana)

Mural de Álvaro Díaz García
 

CON LAS MANOS


No aman de igual forma
los ricos y los pobres.

Los pobres aman con las manos.
Los pobres aman en la carne y con gula,
en las peores estampas,
en condiciones famélicas y con
todo en su contra.

Los pobres aman sin bonitos decorados.
Entienden de lunes y de tedios domingueros
y de gastos imprevistos
de facturas y de angustias
que embisten
mes a mes
a quemarropa.

El amor de los pobres
no sale por la ventana
aunque el dinero entre
por la puerta,
(que nunca entra),
(aunque no haya ventanas).

Los pobres han aprendido
a amarse a oscuras por eso mismo.
Han aprendido a amarse mal alimentados
mal vestidos, malqueridos,
porque el hambre agudiza el ingenio
y en sus jardines también crecen las flores
(aunque no haya jardines).

Los pobres han aprendido a aprovechar
los vis a vis, entre jornada y jornada
de trabajo,
(aunque no haya trabajo)
y saben darse placeres nunca tasados
de valor incalculable
y han aprendido a disfrutar las circunstancias
y la sopa de sobre,
el viejo colchón y la cuesta de enero.

Y parece que su amor se yergue
indestructible a pesar de,
a pesar de las miles de plagas,
de los sueños frustrados y fracasos andantes,
de las crisis cíclicas y de hambrunas y de guerras,
más valiente que Heracles,
más Odiseo que Odiseo.

Y parece que su amor se extiende y se multiplica
al ritmo que se multiplican los pobres,
al ritmo que se multiplican los infortunios
y los desastres naturales que golpean
siempre en las casas de los pobres.

Y ese amor está a la altura de Urano,
a la altura de Urano y de Gea juntos,
y es el única arma
que tienen los pobres
para defenderse.

Por eso han aprendido a cultivar flores
y a cantar bien sus penas
y han inventado las mejores obras
y los mejores instrumentos.
Por eso entienden de arte y saben
encontrarlo donde lo haya,
aunque no lo haya,
(que siempre lo hay).

Y han aprendido a aprovechar el carisma
y la jerga,
y a escribir poemas inmortales
sobre amores complicados,
y saben de cosquillas,
y saben de boleros
y saben de desnudos
y de darlo todo,
que no es más que lo puesto,
las manos y la lengua
la forma de otear el horizonte
y los cánticos en contra del patrón.

yo solo se amar de esta manera
yo te amo como aman los pobres
y me temo
que por mucho mucho tiempo

esto seguirá siendo así

JULIO CORTÁZAR