A veces me siento a ver lo que pasa a mi alrededor
y lo suelo hacer cuando desayuno
mientras muerdo una deliciosa tostada...
al tiempo en que pienso si lo vivido ha merecido la pena
si la gloria tiene memoria
si el olvido, ese viejo amigo,
dejará de excavar en mis entrañas
y para hacer nido cerca de mi ombligo.
En síntesis,
mi pacto con la vejez
sólo tiene un principio y un fin en si mismo
que cada uno respete al otro y viceversa
y sin más circunloquios y sin más epitafios
y sin más conclusiones...
Entonces, yo sigo por aquí
y no me busques atajos para ir más rápido,
yo conozco las debilidades de mis fortalezas
y la textura de mis momentos mejores.
Se nos cae el acento y la coma
y las palabras trucadas que vienen a decir eso o aquello
pero que en realidad...
no dicen nada.
Se nos está acabando el tiempo concedido
y las horas se hacen segundos
y cada día son 60 minutos y pocos minutos más...
pero como el reloj es de arena
y porque yo vivo en medio de un desierto,
tengo mi futuro de arena y tiempo más que asegurado.
LIBRE
Nomás quieren mi dinero mi concha mi sangre
De Morgan Parker
Soy libre bajo las siguientes condiciones:
cuando quiero amar amo.
Soy india, negra y blanca,
abre la puerta my love.
Amo la fruta y tengo la cintura caliente.
Un río de agua turbia se desborda por mi boca.
Lo digo porque es tarde
y las mujeres como yo salimos a pensar.
Sé que mi coño es una papaya jugosa y fresca.
Sé que por dentro soy un velón de siete mechas.
A mi marido blanco le confieso que quiero follarme a un negro.
Escucho la voz poderosa de Nina Simone,
Hacen el amor los hombres que amé.
La muerte no es tan distinta.
Todos miran hacia la ventana.
Todos esperan que la lluvia caiga,
Hombres tristes niños solitarios.
Todos heridos por la misma mujer.
En la plaza los negros venden marihuana.
Me saludan y les digo hola con la mano abierta.
Tengo pezones duros y la cartera sin blanca.
Me llaman como si fuera una perra obediente,
con señas y sonidos de manada salvaje.
Así tratan a sus mujeres en África.
En España no es tan diferente.
La policía les pide papeles.
El senegalés me guiña un ojo.
En su sonrisa suena un djembé,
La patrulla se lleva a los míos.
Un borracho me grita sudaca.
Luna azul de julio, ¿a dónde vas?
En casa me espera mi marido sueco.
Tiene el pene erecto pintado de negro.
Me invita a seguirle hasta la cocina.
Solo deseo que me penetre todo el tiempo.
Gemir hasta que llegue el desayuno.
En cuestión de orgasmos, los prefiero mestizos.
¿Por qué coño hago sufrir a los hombres?
Whatever.
Soy libre bajo las siguientes condiciones:
cuando quiero llorar lloro.
Mi corazón tiene un agujero negro.
Sangra, lo sé.
Hablo de él para que sepan que existe,
que quiero amar.
Mis padres nunca lo hicieron.
Estoy sentada en la plaza.
Soy tierra que tiembla en la soledad de la noche.
Lilián Pallares
Bestial
Con paso rápido e inexorable
se acerca el día siguiente
y el mes y el año que viene...
que a su vez
enseguida dejan de ser
y pasan a ser pasado
a ser pasado cada vez más difuminado.
Y porque la memoria se va alterando
y los besos de antes
son de cada vez más secos
y menos apasionados.
de tú o de usted.
En principio
prefiero el tú,
prefiero la corta distancia,
la proximidad cercana y humana,
y el tú a tú y sin barreras ni apellidos.
Pero hay veces,
en que prefiero la larga distancia,
usted en una esquina y yo en la otra,
prefiero que haya muros por el medio
y mares y océanos
y que no coincidamos en el mismo desembarco,
y que todo lo que huela a cercano
será condenado.
Y en esas pocas veces,
mi gran satisfacción es...
es mantenerme en el sitio,
a larga distancia,
con la mirada fría y dura
y con el gesto taciturno.
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
