"Os amoriños primeiros son difícil de olvidare"..., dice esa canción popular gallega, canción que siempre me recuerda a mis excursiones de pequeñito y de aquellas, aún buena persona y que había que cantar sí o sí y si te negabas, pues no ibas de excursión y asunto zanjado. Con los niños siempre es más fácil que con los adultos, con los niños tienes la opción A y tienes la opción B, pero no tienes más opciones, ni matices y si quieres ir de excursión, cantas, bebes agua, comes el bocata y no vas a dar la lata y sino ya sabes, te quedas en casa y con tu mami. Los adultos no, los adultos plantean previas negociaciones y conductor tienes que ir despacito y porque yo me mareo o no cantar que a mi me duele la cabeza o no comáis delante de mi y porque estoy a régimen o a dieta. Y si es una excursión del Inserso, es mejor no contaros, porque los viejos de la tercera edad, como yo, nos hacemos insoportables.
Solo hay una cosa en común en las excursiones del Inserso y es que tiran todas las pastillas de su tratamiento por la ventanilla. Y ni tensiones, ni azúcares, ni corazones, doblegarán el instinto de sus actos primarios. Y es que en parte es lógico, pues ahora que también formo parte de la vejez, entiendo perfectamente esa praxis y porque estás y acabas hasta los huevos de tener que tomar 20 pastillas al día, comes más pastillas que comida y para una vez que te sacan de marcha de loca, ¡te vas a preocupar de tomar las pastillas!. Ya dije en su momento, que el primer síntoma de la vejez, es tener un pastillero, pues sino lo tienes te lías con tanta cápsula y comprimido.
Pero lo peor y lo más deleznable es que a los viejos en los autobuses les pongan animadores y lo digo, porque ellos o ellas intentarán que cantes de nuevo: "el oliñas veñen" o el "os amoriños primeiros son dificil de olvidare" y cuando entran en calor les da porque cantes el "Mami Panchita" y todos cantando a coro y como borregos viejos de carne fibrosa y enjuta. Lo único que puede animar a un viejo o vieja, es que el animador o animadora esté buena o bueno y esas tetas bamboleantes con las curvas y baches y esos pezones fuertes y aguerridos que señalan hacia el Norte y eso culo tierno y poderoso y esos labios lascivos y provocativos que parecen melocotones y esas caderas y esas ganas que te entran... y que no sabes, si son ganas de mear o de que te empiezas a cagar patas abajo, porque pasa que con la edad todo se confunde y de alguna manera se produce una fusión de esfínteres y como todos están muy cerca y más lo están por el arrugamiento propia de la edad, pues a ver quién es el guapo que adivina cual de ellos ha puesto la alarma.
Solo hay una cosa en común en las excursiones del Inserso y es que tiran todas las pastillas de su tratamiento por la ventanilla. Y ni tensiones, ni azúcares, ni corazones, doblegarán el instinto de sus actos primarios. Y es que en parte es lógico, pues ahora que también formo parte de la vejez, entiendo perfectamente esa praxis y porque estás y acabas hasta los huevos de tener que tomar 20 pastillas al día, comes más pastillas que comida y para una vez que te sacan de marcha de loca, ¡te vas a preocupar de tomar las pastillas!. Ya dije en su momento, que el primer síntoma de la vejez, es tener un pastillero, pues sino lo tienes te lías con tanta cápsula y comprimido.
Pero lo peor y lo más deleznable es que a los viejos en los autobuses les pongan animadores y lo digo, porque ellos o ellas intentarán que cantes de nuevo: "el oliñas veñen" o el "os amoriños primeiros son dificil de olvidare" y cuando entran en calor les da porque cantes el "Mami Panchita" y todos cantando a coro y como borregos viejos de carne fibrosa y enjuta. Lo único que puede animar a un viejo o vieja, es que el animador o animadora esté buena o bueno y esas tetas bamboleantes con las curvas y baches y esos pezones fuertes y aguerridos que señalan hacia el Norte y eso culo tierno y poderoso y esos labios lascivos y provocativos que parecen melocotones y esas caderas y esas ganas que te entran... y que no sabes, si son ganas de mear o de que te empiezas a cagar patas abajo, porque pasa que con la edad todo se confunde y de alguna manera se produce una fusión de esfínteres y como todos están muy cerca y más lo están por el arrugamiento propia de la edad, pues a ver quién es el guapo que adivina cual de ellos ha puesto la alarma.