La tarde transcurre suavemente y dejando destellos de mucho gusto y placer y por poner un defecto (siempre hay que poner alguno) lo de la luz como que no y eso de que a las 5 y media de la tarde se haga de noche, como que no y pienso dentro de menos de un mes y entonces de aquellas el sol se esconderá a las 5 de la tarde y eso me produce una relativa angustia y digo relativa, porque ahora y tal como estoy, para que algo me produzca angustia de verdad, tiene que ser enorme, tiene que ser un desastre mundial, tiene que arder Roma, mi Pueblo y mi Isla también. Bueno, me entendéis, digo yo que me entendéis y es más me hago una reflexión y esa es que mientras esté instalado en el lado positivo de la vida, así va a ser y nada, ni nadie me hará bajar de ese carro. Yo digo que lucharé por mantenerme en ese lado, que no voy a dejar llevar por los acontecimientos, que presentaré guerra y mi batería de argumentos, que me dejaré la piel en el tema, que morderé como un perro rabioso, que escupiré como la niña del Exorcista y...y...y.
Yo ya he visto lo que hay al otro lado de la vida, yo lo he vivido y lo he sufrido y no tengo ganas de volver a ese lado y porque el sólo hecho de pensarlo me espanta y me entra el pánico. De todas formas tengo que aclarar que yo odio o no soporto al positivista nato y convencido, que no puedo con ese tipo de filosofía donde hasta la más jodido y lo que más duele siempre se acaba convirtiendo en algo positivo, por ejemplo se te muere un amigo y algunos de ésta filosofía te dicen no te preocupes, porque con el dolor que te produce la muerte de tu amigo aprenderás a sufrir más y mejor y al final, te harás más fuerte y que por eso, todo en la vida es positivo. Una cosa es tener un punto positivo ante la vida y sus circunstancias y otro cosa, es hacerte un talibán de pensamiento único y en donde lo positivo se hace perenne y en donde la duda y la inseguridad son un pecado mortal que se cura a base de más positividad.
Y que yo ahora ande por ésta orilla (la positiva), no quiere decir que no sea capaz de ver la otra orilla y es más dentro de mi filosofía particular, yo sé que ando por la orilla positiva de la vida, en parte gracias a reconocer lo que hay en la otra orilla, en la negativa, en la deprimida y saber que hace un tiempo estuve allí y que como no siga muy encima del tema, en cualquier momento puedo volver y eso quiere decir, que hay que buscar el lado positivo de las cosas e indagar y nunca parar de buscar las cosquillas de la vida....pero también reconocer, integrar y saber procesar los momentos malos de la vida, los dolorosos, los penosos, los agrios, los jodidos...