Todo parece ir como la seda


 Todo parece ir como la seda

y porque muchas personas se visten de apariencia.

No somos tan libres, como algunos dicen

y mientras lo están diciendo

están pensando en como conseguir que te calles.

No somos tan libres

como estamos pensando

y veo al vecino de enfrente

y lo siento atrapado dentro de su propia casa cárcel

y veo a su mujer y entonces ya ni hablamos,

veo la esclavitud disfrazada de matrimonio

lo veo en sus ojos cansados

lo veo en su mirada perdida

lo veo en sus gestos rendidos

y lo veo en su aflicción y en su rendición sin condiciones.

No

no somos tan libres como decimos 

y me veo delante del espejo

y siento que luché por la libertad

pero mi lucha no fue suficiente

 y quizá la de otros, lo pueda ser.












 

Extraño que yo me sienta extraño


 Extraño que yo me sienta extraño

y raro y callado y tímido

pero lo fui y lo fui hace mucho tiempo

y mi lucha estaba dentro de ese silencio tenso y denso,

era mi arma secreta, mi karma asesino,

pues con ese silencio conseguía desquiciar a quién quería

o al que me atacaba porque le apetecía. 

Eres un niñato imbécil y consentido

me decían con todo su desprecio

y yo les contestaba con mi silencio despectivo

y más insultos por su parte

y más agresiones verbales

y más ganas me entraban de partirles la cara

y aunque en consecuencia

 también me molieran a palos

y un día y sin darme cuenta

me había convertido en un ser agresivo.

Ahora ya no tengo cicatrices de mis antiguas peleas

pero las tuve y en abundancia

pero el tiempo todo lo tapa y lo recubre con nueva epidermis

pero en mi memoria perdida

está grabada cada herida que he sufrido

pero también tengo grabadas

todas las que realicé en nombre de mi defensa agresiva.















 

Como si mi alma no fuera

 

Como si mi alma no fuera 

una luz que ilumina mi vida

y como si mi cuerpo no fuera 

un colgajo que arrastro por cada esquina

como si yo no fuera de piel y caucho

y cuando me oprimen me aplastan y me hacen daño

pero después

salgo rebotado con más fuerza que antes.

Y mi ombligo es poderoso

es mi centro de equilibrio y desequilibrio

y es que a veces me habla desde las entrañas

o levanta la bandera blanca y me pide, paz.














Y mira como pasa el tiempo...


 Y mira como pasa el tiempo...

Yo nací en un mes de febrero frío y lluvioso

Anduve a gatas y hasta ponerme de pie

Jugué a matar pájaros 

y después me arrepentí de haberlo hecho.

Jugué al escondite y a camuflarme entre las sombras

Corrí por la playa de mi memoria

Me enamoré por primera vez

Empecé a tener dudas existenciales

y decidí rebelarme

Me puse el traje de luchador

y llené mi mochila de causas.

Me fui de casa a los 15 años

y como me fui tuve que trabajar y dar el callo

al tiempo que seguía estudiando.

Por fin pude irme a la Universidad

y allí seguí mi lucha

salía a la calle a gritar consignas radicales

puse barricadas con mis manos

quemé contenedores

defendí con cocteles molotov las manifestaciones

y en fin

hice lo que pude para cambiar el mundo.

Y el mundo no cambió

y el que cambió fui yo

y durante un tiempo

anduve perdido buscando mi nuevo horizonte

yo quería seguir luchando

pero aparecieron mis dudas de como lo hacíamos

y tuve que dar un giro de 180 grados

y para centrarme en acabar la carrera que había medio dejado

y un día me hice médico

y entonces tuve que enfrentarme a lo real

y lo real era muy duro y demasiado árido

pero igualmente me puse a ello

y trabajé a destajo en cualquier lugar o sitio.

Me casé y porque la quería y la sigo queriendo

tuve tres hermosos hijos

seguí currando como un jabato

y sin darme cuenta me había hecho, padre

y jugué con ellos y seguí jugando

mientras mi mochila se iba llenando de cada vez más

me sentía padre pero eso aumentaba mi miedo

 miedo a mi responsabilidad

y de vez en cuando entraba en un agujero oscuro

y me costaba mucho salir de él

pero acababa saliendo a base de sudor y lágrimas.

A los 56 años viví mi segunda juventud

me sentí invencible y eterno

nadie podría conmigo, me decía

y me volví a enamorar dos veces

y a partir de los 60 años

la vejez empezó su ataque

y ahora mismo

soy un viejo de cuerpo

pero no, de alma y mente.
















 Y mira como pasa el tiempo...

Yo nací en un mes de febrero frío y lluvioso

Anduve a gatas y hasta ponerme de pie

Jugué a matar pájaros 

y después me arrepentí de haberlo hecho.

Jugué al escondite y a camuflarme entre las sombras

Corrí por la playa de mi memoria,

Me enamoré por primera vez

Empecé a tener dudas existenciales

y decidí rebelarme

Me puse el traje de luchador

y llené mi mochila de causas.

Me fui de casa a los 15 años

y como me fui tuve que trabajar y dar el callo

al tiempo que seguía estudiando.

Por fin pude irme a la Universidad

y allí seguí mi lucha

salía la calle a gritar

puse barricadas con mis manos

quemé contenedores

defendí con cocteles molotov las manifestaciones

y en fin

hice lo que pude para cambiar el mundo.

Y el mundo no cambió

y el que cambió fui yo

y durante un tiempo

anduve perdido buscando mi nuevo horizonte

yo quería seguir luchando

pero aparecieron mis dudas de como lo hacíamos

y tuve que darme un giro de casi 180 grados

y para centrarme en acabar la carrera que había medio dejado

y un día me hice médico

y entonces tuve que enfrentarme a lo real

y lo real era muy duro y demasiado árido

pero igualmente me puse a ello

y trabajé a destajo en cualquier lugar o sitio.

Me casé y porque la quería y la sigo queriendo

tuve tres hermosos hijos

seguí currando como un jabato

y sin darme cuenta me había hecho, padre

y jugué con ellos y seguí jugando

mientras mi mochila se iba llenando de cada vez más

me sentía padre pero eso aumentaba mi miedo

 miedo a mi responsabilidad

y de vez en cuando entraba en un agujero oscuro

y me costaba mucho salir de él

pero acababa saliendo a base de sudor y lágrimas.

A los 56 años viví mi segunda juventud

me sentí invencible y eterno

nadie podría conmigo, me decía

y a partir de los 60 años

la vejez empezó su ataque

y ahora mismo

soy un viejo de cuerpo

pero de alma y mente.

No tengo necesidad de que me hables


No tengo necesidad de que me hables

ni de que me escuches

los dos en el silencio más absoluto

sobre un campo de amapolas

escuchando al viento como mueve ramas de árboles

y como acaricia nuestro lecho de hierba y flores

 y con esa melodía de fondo

nos quedaremos dormidos.














Mientras yo esté aquí


Mientras yo esté aquí

en este u otro mundo

no dejaré de soñar contigo

sé que estás cerca de mí

y porque te siento,

noto tu aliento en mi nuca

tu deseo recorre mi piel

y tus latidos despiertan mi memoria dormida.

Mientras yo esté aquí

no apagues la luz de la esperanza

ponme a tu lado

déjame un hueco en la cama

rodéame con tus brazos

y nunca más me digas

¡adiós!

















John Keats


 "El tacto tiene memoria".

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...