SOMOS POCOS (Poema)

¿Somos lo que somos

o somos como somos?,

desde luego somos pocos,

yo sólo soy minoría

y dos o tres también lo somos,

minoría fuerte y aguerrida,

minoría clarividente y de lengua afilada,

y minoría lo seremos siempre

 y es evidente y es de orgullo,

que pocos tengan el mismo valor que muchos,

y que pocos nunca quieran ser muchos.

Y AMÉN

De momento todo va más o menos bien, todo sino no nos ponemos a profundizar. O sea que dejémoslo así y porque por un día de desmelenarse tampoco va a pasar nada. No hay que ser todos los días tan profundo, pues no es sano y además pasa, que en días en que no estás, si te obligas a profundizar sólo te haces de la picha un lío. Para poder profundizar hay que estar preparados y tener todas tus herramientas a tu disposición. Profundizar por profundizar, te puede lastimar o te puede joder bien jodido. Es como lo de sacar los trapos sucios, hay días en que uno no está para eso y porque te puedes deprimir dos veces.

Así como hay días en que todo se desliza, también hay días que nacen atravesados por una mala sombra. Las cosas se hacen y además tenemos la obligación de hacerlas, pero las cosas no se fuerzan. Forzar es sinónimo de obligar, de violentar, de imponer y creo que eso no es muy bueno para uno mismo, pues si no lo es hacia los demás, igual o menos lo será para tí. Está claro que en todo esto, hay un mínimo o sea que hay nivel básico que hay que cumplir sí o sí, pues hay decisiones cotidianas que no puedes dejar aparcadas y menos porque a ti no te vaya o no sea el momento o no se conjuren los astros.

Hay que hacer un mínimo para ir tirando y un mínimo para no acabar en el pasotismo. Ahora yo antes hablaba de máximos o sea de comerse el coco profundamente y no de comerse el día. Está claro que hay días filosóficos, que hay días deprimidos, que hay días felices, que hay días sin salsa o días amorfos y en ésta variedad es donde está el gusto de la vida y por eso después de un día amorfo te encuentras con un día feliz y ya te subes a la parra y nadie en ese día podrá bajarte de ella. Y por eso yo digo: que las herramientas emocionales deben estar en su punto y sino lo están, lo estarán mañana. Y amén.

NO SOY VIOLENTO MIENTRAS NO ME TOQUEN LOS HUEVOS

Y ahora una pregunta metafísica y patatera: ¿Somos lo que somos, porque antes no fuímos nada o somos lo que somos, poque ante fuímos y ahora, no somos nada?. Bueno, algo yo sé que soy, algo que no es definible, que no viene en wikipedia. algo que es incombustible, que no arde y que no se quema, que tengo una parte de hombre y otra parte que es de otra materia y es la que me dota de energía. Por tanto concluyo: yo soy medio hombre y tengo 59 años, pero son años terrenales o corporales y la edad que tengo de mi otra parte, es algo que nunca sabré, pero desde luego sé que está activa y a tope de energía.

Y para intentar compensar esas dos partes tan desiguales, ahora intento todos los días meterle caña al cuerpo y para ello me meto 1 hora u hora y media en la puta bici estática. A esa puta bici que nunca se mueve del sitio le tengo amor y odio. Odio porque las paso canutas y porque mi esfuerzo muscular y sudoroso no está compensado. Y amor, porque en teoría me voy a poner un poquito cachas, pero de momento y llevo 6 días, los logros deben estar por dentro de mi cuerpo, pues por fuera sólo he perdido kilo y medio y bueno, he mejorado el tono muscular y como siga así, tendré que salir a la calle y al primero que pase, partirle su cara y a tomar por culo.

Yo no soy violenta, aunque lo parezca. No soy violento si no me tocan los huevos o si no me amenazan con el desprecio chulesco. Porque por lo demás (por las otras formas de insultos) no pasa nada y ya me pueden llamar hijo de puta, cabrón o pendenciero, que eso no me afecta ni lo más mínimo. Pero si por el medio hay saliva despreciativa o una mirada de puro odio o ese empujoncito en el hombro que me da tanto coraje, ya no respondo de mi violencia y porque mi violencia se dispara con una tecla y una vez que se pone en "on" yo ya no respondo de mis actos. O sea que en definitiva, yo no soy violento mientras no me toquen la tecla.

OTRO DÍA DE MENOS

Bueno, pues otro día tachado, otro día menos, por lo menos lo es para mí, pues yo ya estoy en tiempos de descuento. Es decir hasta los 40 o 50 años, el tiempo se va sumando y vas sumando y piensas que el mundo nunca se va acabar. Pues pasada esa edad, la cosa cambia y cada año demás o que se cumple, es una resta de lo que te queda de vida. Bueno, por lo menos yo voy restando porque hay algunos que pasan de los 50 años y siempre cumplen 50. Mi madre era una de esas personas, creo que tuvo 50 años durante 15 años y después pasó que..., que realmente se olvidó de los años que tenía. Claro que algún año lo tuvo que aceptar a regañadientes y porque a ese ritmo tan bestia, íbamos a acabar siendo hermanos.

Y hablando de hermanos, tengo a mi única hermana que creo que hereró algo de éste tema. Claro que a mí no me engaña, pues sé exactamente los años que me lleva, pero de alguna manera intenta ser más niña, por lo que supongo a sus amigos los tendrá bien engañaditos. Además hace una cosa que yo odio profundamente, que es que se opera de su careto y hace esos estiramientos de piel y de patas de gallo y lo argumenta como si médicamente hablando, esa operación fuera necesaria. O sea se inventa un motivo y a ese motivo lo disfraza de necesidad médica y en cambio de decir claramente: "me he operado porque me sale del chocho y olé por mis ovarios".

Bueno esto es muy típico de mi familia y el decir la verdad es la excepción de la regla. Mi relación familiar se basa en la mentira y en la mentira cochina y a veces pasaba que las mentiras eran tan grandes, que primero había que ponerse carioco a base de vino. Y entonces sí, entonces y así de colocaditos, contabas las mentiras que querías y como a todos ya les daba igual y ya se sabe lo que después pasa, que una vez cogida carrerilla, pues seguías mintiendo como un bellaco. Era la forma de superar las penas y la triste vida de cada uno, bueno ya me entendéis, era lo forma de no superar nada. Nunca entendí ésta historia, nunca entendí porqué se ponía el listón tan alto y claro, pasaba que para poder llegar a él tenías que ser un hacha y estar bien colocado.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...