Hoy es viernes día 5 de enero y esta noche tienen que llegar los reyes magos. Llegarán, siempre han llegado y primero tendrán que pasar por esta isla, la más al oriente de españa. Y los reyes magos vienen de oriente y por eso, han atracado en el pequeño muelle de este pueblo (lo han hecho a las 6 de la tarde) y como primera parada que harán por españa. Está muy claro, que ya me gustaría a mí seguir creyendo en ellos. Pero va a ser que no, que hace 60 años (más o menos) que me enteré que no eran verdaderos. Y fue la primera vez que lo mágico se me fue al carajo. Después de ello, me quedé con las brujas y los druidas y poco más llevé en mi buchaca (bolsillo). De los duendes siempre pasé y de las varitas mágicas pasaba dos veces.
En realidad, yo nací descreído y salvo en el tema revolucionario (en el que creí a conciencia), en lo demás creí de una forma muy suave. Creí un poquito y por eso un simple cambio de viento, derrumbaba mis creencias como un castillo de arena. Debí de haber creído un poco más en todo...pero pasa que cuando uno no cree de nacimiento le resulta demasiado difícil volcarse un poco más en el tema. Creí en el amor y sigo creyendo, pero puede que no crea tanto como antes. Digamos que ahora mi piel es más dura y más rugosa y para conseguir ponerme más sensible, hay que trabajárselo mucho o hay que hacerlo muy bien.
En la maldad sí que creo. He visto tanta maldad en esta vida, que sigo sin comprender como podemos seguir existiendo. Y ahora seguimos en el ajo y guerras y liquidación de algunos pueblos (me refiero claro está, a los palestinos que son liquidados como moscas por el sionismo de israel). La maldad casi nunca remitió, hubo pequeños paréntesis de paz y sosiego, pero fueron períodos tan cortos que ahora mismo no me acuerdo de que períodos de paz, quiero hablar. A lo mejor fueron horas o fueron días. Lo que también tengo muy claro, es que después de un período mínimo de paz, la maldad humana se reproducía y se convertía en un monstruo invencible. Quizá la única paz verdadera sea la de la muerte, pero para saberlo a ciencia cierta, me tendría que morir primero y por ahí no paso. Me niego a tener que morir para contaros que hay después de la muerte. Prefiero seguir en ascuas.
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