CRISTINA PERI ROSSI - Historia de un amor


"Para que yo pudiera amarte
los españoles tuvieron que conquistar América
y mis abuelos
huir de Génova en un barco de carga.
Para que yo pudiera amarte
Marx tuvo que escribir El capital
y Neruda la Oda a Leningrado.
Para que yo pudiera amarte
en España hubo una guerra civil
y Lorca murió asesinado
después de haber viajado a Nueva York.
Para que yo pudiera amarte
Virginia Woolf tuvo que escribir Orlando
y Charles Darwin
viajar al Río de la Plata.
Para que yo pudiera amarte
Catulo se enamoró de Lesbia
y Romeo, de Julieta,
Ingrid Bergman filmó Stromboli
y Pasolini, Los cien días de Saló.
Para que yo pudiera amarte,
Lluís Llach tuvo que cantar El segadors
Y Milva, los poemas de Bertolt Brecht.
Para que yo pudiera amarte
alguien tuvo que plantar un cerezo
en la tapia de tu casa
y Garibaldi pelear en Montevideo.
Para que yo pudiera amarte
las crisálidas se hicieron mariposas
y los generales tomaron el poder.
Para que yo pudiera amarte
tuve que huir en barco de la ciudad donde nací
y tú combatir a Franco.
Para que nos amáramos, al fin,
ocurrieron todas las cosas de este mundo
y desde que no nos amamos
sólo existe un gran desorden".














Piedad Bonnett "La inocencia del sueño"

 

La inocencia
es la virtud del sueño,
y el desdén por el tiempo su ganancia.
Como niños desnudos remontamos sus aguas
con los ojos abiertos. Y qué hallazgos.
El que murió nos abraza de nuevo
y volvemos a amar al olvidado.
Al cuerpo que dejamos en la orilla
regresamos distintos,
con un vacío a medias,
como quien ha dejado alguna cosa
que no sabe qué es,
allá,
del otro lado.
















LO RADICAL

 

No hay nada claro dentro de ésta densa nube donde me encuentro. Prefiero la neblina de la mañana pues sé que posterirmente, será despejada. El rocío (como le pasaba mi padre) me aterra y porque irá a más (siempre irá a más) y la humedad excesiva me atrapa entre mis peores sensaciones corporales. Yo entumecido, me hago ovillo y me declaro fugitivo. Nadie podrá sacarme de mi caparazón y porque es tan grande el miedo que tengo a sentirme perdido, que yo de por sí me encojo hasta la extenuación alrededor de mi propio ombligo. Hay quién dice sentirse bien en un mundo imperfecto, pero claro, eso lo suelen decir los que se consideran que están por encima de tí (o que se creen perfectos). Los parias imperfectos tenemos pocas ocasiones de subirnos a la parra, pero alguna tenemos y sino la aprovechamos, no sabremos lo que es mirar al mundo desde arriba. Por eso yo, muchas veces me subo a la parra y sabiendo que no es el momento adecuado, lo vuelvo hacer. No pierdo la oportunidad que me da el subirme a la parra y porque además sé y por experiencia, que esa situación me va a durar unos cuantos segundos o minutos y es que después, alguien o yo mismo, hago poner mis pies en el suelo.

Yo en ésta vida he sido muy bicho. He tenido momentos que por mi boca solo salía veneno. De todas formas, yo prefiero lo imperfecto a lo perfecto, prefiero la debilidad humana a la superioridad del que se siente perfecto. Desde luego, prefiero al débil, al endeble, que al pavo real que todo lo tiene o que todo lo sabe. No soporto al que se cree un dios en la tierra. Aunque también tengo que decirlo claramente: no soporto al pobre paria que le lame el culo a su amo. Primero, porque no hay amos en el mundo y segundo, porque todos somos seres humanos y ahí, no hay distinción de clases. Eso ha pasado, porque una vez hubo un listillo que se vio por encima de los demás y lo dijo y lo pregonó y nadie le dijo nada de nada...y a partir de ahí, se jodió todo el tema de la igualdad.

El opresor se siente demasiado bien en su trono de papel de dinero y si los oprimidos no somos capaces de enfrentarnos a él, nos machacará con sus leyes y normas. Pondrá un ejército y una policía a su servicio y convencerá a todos, que si no fuera por él el mundo no existiría. El opresor oprime y el oprimido si se deja oprimir, se convertirá en un esclavo al servicio del amo y lo más jodido de todo este tema, es que el amo, el ejército y la policía que tiene a su servicio y una parte de los oprimidos, se creerán éste tema a pies juntillas. Y por eso el mundo no está lleno de rebeliones y revoluciones. Cuando yo tenía entre 15 y 25 años, pensaba que la revolución siempre pendiente, que más adelante sería una realidad. Ahora, me he convertido en un ser más pragmático y si vamos consiguiendo mejoras y cuantas más mejor que mejor, pues a ese nivel me sentiría contento. Yo por mí cambiaría el mundo de forma radical y han pasado más 40 de años desde aquellas y sigo pensando que lo radical me sigue atrayendo, pero que también me atraen las mejoras paulatinas.


















Y PUNTO

 

Sábado y día 13 de enero. Y hoy hace frío y ya iba siendo hora de que hiciera el frío que corresponde a ésta época del año. Y como es día 13 pues tiene que haber 13º de temperatura ambiente (que es lo que hay). Por tanto no hablamos de demasiado frío. Además, en este preciso momento está saliendo un solete que hace que el día sea más bello que cualquier día de invierno. Ayer y por primera vez en muchos años, sufrí una crisis de pena, que no de ansiedad...si no de pena, de pena penita pena. Me entraron unas ganas insondables de llorar, pero de llorar por lo que fuera y sin necesidad de buscarme grandes argumentos para poder hacerlo. Llorar porque sí, llorar porque me salía de dentro y de una forma completamente espontánea y desbordante. Es como cuando te entra la  risa floja y te ríes de cualquier cosa y porque así te lo pide el cuerpo.

Al final, solo pude llorar un poco y no lo suficiente. No se produjo un mar de lágrimas, ni hubo sollozos inconsolables que no tivieran freno. Hubo, como decirlo, ojos humedecidos pero sin llegar a producir una sola lágrima. Hace años que no lloro, pero hace años y puede que alguna década. Yo, durante un tiempo fuí de lágrima fácil y ante la mínima situación me caía un mar de lágrimas. Y es que puede haber crisis de pena sin que haya crisis de lágrimas. Es decir, uno puede estar muy triste pero no tiene porque llorar. Bueno, pues ayer fue un día de pena o de tristeza (en realidad  fue media hora),  pero a veces pasa que el día no lo marca el como has estado la mayoría de las horas y a lo mejor un solo hecho y de corto tiempo, te marca ese día.

Y pasó esa media hora de pena y tristeza y pasó la romería. Y de nuevo sin saber el porqué y el como...me volví a encontrar en un estado de ánimo normal para mí. O sea, creo que mi estado de ánimo normal, es alto. Alto, comparado con otros estados de ánimo que pululan a mi alrededor. Alto, pero no desbordante, ni que me quede embobado en una especie de nebulosa feliz. Odio es estado bobalicón de que todo es bueno y que tenemos que ser felices porque alguien nos dijo que tenemos que ser felices. Yo sonceramente, solo soy feliz a veces, a ratos o a pequeños ratos, a horas y como mucho a días. A meses o años de plena felicidad, nunca he llegado y tampoco lo pretendo. Las cosas buenas, me gusta saborearlas de vez en cuando y a pequeños pero grandes e intensos ratos. Lo intenso no se puede mantener todo el día. A mí me gusta que me quieran (eso, está muy claro), pero que me quieran todo el día y de una forma muy intensa, acaba por agobiarme. Así soy yo y así soy yo de raro y la forma de querer no se puede doblegar. Unos quieren mucho todo el santo día y yo quiero mucho a ratos o a pequeños ratos. Cada uno es cada uno. Y punto.















ABSTRACTO COMO LA MISMA PSIQUIATRÍA


Dicen los psiquiatras (sabios señores)
que yo debía ser de otra forma y manera,
que debía endulzar aún más mi dulce sangre diabética,
que debería ser más empático y menos agreste y agresivo,
más de estudio de triple ciego,
más ilusorio en un mundo que se cuelga de un pino
y que sabe a pollo de granja inhumana,
ser más disciplinado en sus normas, que no en las mías,
más diplomático con el enemigo que viene a por mí
y decir te quiero cuando me despido
y amor... buenos días...
cuando por dentro me estoy cagando en sus castas...
pero ellos dicen que a pesar de todo,
hay que seguir adelante en el día a día,
además de creer en algo que suena abstracto,
abstracto como la vida,
abstracto como el amor,
abstracto como un gato panza arriba,
en fin, abstracto como la misma psiquiatría.
Todas las reaccio
















LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...