Pasé por el millón de entradas
como de puntillitas y sin hacer el más mínimo ruido
y como el que no quiere la cosa,
como si un millón de entradas
(que las tengo y las puedo demostrar)
estuviera dentro de la normalidad más normal,
pero me temo y por mucho que me oponga a hacerlo,
que tengo que celebrarlo
y todo a mi pesar.
Vale...concedo y como mucho...un cohete
o dos o tres...pero que no llegue el tema
para asustar al perro de cualquiera
y veo al perro con una oreja levantada
y una lágrima que le cae por la otra oreja,
de verdad que para llorar no hacen falta versos
ni razas, ni sexos,
sólo hace falta
que la lágrima te pida permiso para ser llorada.