DÍAS DE VINO Y ROSAS

 !Bienvenido a el paraiso de los zombies, o al paraiso de los insomnes!. Pasen y vean, vean a esos zombies como de noche son seres plenos de vida y como de día deambulan rozando las esquinas. Hacía tiempo que no visitaba al paraiso de los zombies, pues ultimamente duermo bastante bien, menos de lo que toca pero duermo bien, aunque esporadicamente le hago una visita, por eso de recordar viejos tiempos y así veo como va la cosa. Como tambien curro de noche, hay veces que por las circunstancias que se suponen al estar currando, pues  me da tiempo a ver como va el bacalao. Yo antes, era un asiduo y hasta tenía el carnet de socio, era el insomne número uno, pues en el fondo siempre me gustó la noche, su único problema, eso si muy importante, es que la mañana te la pasabas sobando y la mañana es mucha mañana, hay tanto que ver, que hacer, que pensar por las mañanas, hay tanta vida en movimiento, que al final pones en la balanza: o la noche o la mañana, pero las dos a la vez, eso es imposible.
   La noche tiene sus puntazos, la soledad que te envuelve, los ruidos amortiguados, las luces ténues,el sentir que tú estás vivo mientras los demás duermen. Todo eso hace de la noche un verdadero paraiso solitario o sea una mierda pegada al suelo, me cago en la puta y en la madre que me parió. Ya me jodieron el tinglado, ya de nuevo lo de siempre, ya estoy que bufo y que echo los higados, ya no quiero escribir ni quiero hacer nada, me voy a tumbar a ver si se me pasa el cabreo. Veis lo que hace una simple llamada de teléfono, una llamada mal gestionada, para eso durante un mes me entrenaron para saber gestionar los malos momentos y al final me sale la vena, la vena agresiva, mi vena preferida. Bueno en parte lo he sabido gestionar, pues me eché una buena siesta y asunto acabado.
   Las noches las tengo enmarcadas dentro de un buen recuerdo, sobre todo las noches de estudiante. A partir de ahí, me quedó el recuerdo más bien romántico, de la noche y como siempre que se ensalza algo, se hace de forma unilateral y uno sólo se queda con lo bueno y lo malo al cubo de la basura. Pues de noches malas tengo mil ejemplos, noches en vela y obsesionado con la misma idea y queriendo olvidarla y no poder y mirar el reloj y queriendo que no pase el tiempo, porque aún piensas que vas a poder dormir y de nuevo la obsesión y después el reloj y así y así,... hasta que llega un momento donde deseas, que de tanto hartazgo que tienes encima, que el tiempo pase y que la noche se acabe de una puta vez, claro que cuando empieza a asomar el primer rayo de sol, es cuando realmente te empiezas a dormir, precisamente cuando tienes que levantarte. Y el día después de una mala noche, es un día espeso, las ideas van poco claras y a cámara lenta, te olvidas continuamente de lo que tenías que hacer y si intentas dormir, cuando estás en pleno ataque insomne, te resulta imposible dormir un poco, pues el insomnio es pura comedura de coco y ya no te queda otra que depositar tús esperanzas en dormir la noche siguiente. Al llegar la noche llega de nuevo el calvario, sólo que ahora llega más fuerte, pues tienes que añadir el cansancio acumulado de la anterior noche. Como estás agotado en principio te vuelves a la cama pensando en que si, en que te vas a dormir y para aumentar la sensación de sueño hasta te pones a leer un libro y cuando cabeceas ya apagas la luz y empieza de nuevo el recuento: que pasa media hora y nada, que pasa una hora y menos, que pasan dos horas y enciendes la luz y vuelves a leer un poco y apagas de nuevo y pasa otra hora y vuelves a encender y a leer y así y así,... todo el resto de la noche, hasta el primer rayo de sol y de nuevo empieza el mismo ciclo vital: espeso, despistado, atolondrado, insomne, patoso, agotado y cabreado.
  El ser insomne, no es un mortal normal, es diferente. Sus neuronas enlentacidas van a ralentí, pero van forzadas, es como un coche que va todo el tiempo en primera, pues en realidad va a muy poca velocidad pero muy pasado de revoluciones y el motor se calienta y se quema. Más o menos esto es lo que define al ser insomne, sus pilas necesitan reponer energía y no encuentra el momento de poder pararse a reponer.
   Las noches, aparte de estudiar, mi mejor recuerdo fueron las noches de juerga. Aunque que a éstas noches las recuerdo bien, pero quizá no tanto. Fueron noches donde el alcohol circuló a raudales y los recuerdos se difuminan en una nube bastante tóxica. Mis mejores recuerdos vienen del principio, cuano se empieza a salir o sea en las primeras noches de juerga, después ya viene una nebulosa o incluso recuerdos que uno prefiere olvidar. Oor respeto, por verguenza, por hacer el gilipollas, por acostarse borracho como una cuba, por dias mañaneros con una resaca de mierda, por todo esto y por mucho más, uno a veces prefiere olvidar, aunque esa nebulosa alcohólica cionsigue que te olvides de otros detalles, pero de los sinsabores de los momentos más malos, la nebulosa no tiene compasión y los fantasmas se te aparecen siempre, en crudo y en vivo, para que jamás los olvides.
   A veces ves una cara nueva que te recuerda a la otra cara, a la cara aquella con la que amaneciste y que el día anterior, antes de tomarte 20 copas, era una tía que te caía fatal y hasta le hacías el vacío. pero gajes del oficio, el milagro alcohólico y zas, de repente, en plena borrachera ya esa cara no tenía nombre, ya no te caía mal, y como ya no entendías lo que ella decía, debido al estado comatoso, y como al final de la borrachera venía la fase melancólica, en la que te agarrabas a todo aquello que tuviera dos patas, pues así de dura era la cosa, te agarrabas como una lapa y no te desprendías de ella hasta la mañana siguiente. !Que poética era la noche de borrachera!. Era puro sentimiento y una alegoría.                                                                                                        Claro que más adelante, para aguantar la borrachera, uno echaba mano de unas cuantas rayas, para no dar tumbos, para que no se te trabara la lengua, para aguantar al pie del cañón el tiempo pretinente hasta que cayera la pieza, era así, era como ir de caza, claro que menos mal que no siempre fue así y cuando no fue así, fueron otro tipo de noches, noches de borrachera más tranquila. Pero como siempre se recuerdan las buenas juergas yo tengo la misión de recordar las malas noches, para que nos enteremos de una puta vez de lo que vale un peine o por lo menos que me entere yo, con eso es suficiente. Es hora de bajar el telón y ver el ridículo que hiciste en muchas noches y sobre todo me refiero a las noches de mi última época noctámbula, pues es cuando ya vas muy pasado, aparte que poco a poco ya vas desentonando, ya tienes más años que la media, ya tú higado no depura de la misma manera, ya tús necesidades son otras y tú en el medio y cada vez te enteras menos y menos y menos y menos. Y la resaca es más fuerte, y ya no puedes levantarte el día siguiente y los pensamientos depresivos empiezan a bailar en tú cabeza y poco a poco van formando tú identidad.
    Y las noches y las norias, que parecido tan grande. Las grandes estupideces de mi vida, que fueron muchas, todas las cometí con alcohol hasta las cejas y si no combinado con otro tipo de drogas, eso da igual, pues el alcohol es el que siempre estuvo presente y por eso despues de mi, lo señalo como principal culpable, si es que a éstas alturass, hay culpables. Ahora, cuando miro hacia atrás, logró entender que había una razón y que estaba mal encaminada y uniendo cabos, veo que en el fondo de todas éstas situaciones estaba la soledad, pero la soledad envolvente. Y me explico, uno está sólo o se siente sólo y sale para relacionarse, no sólo para ligar, si no tambien para relacionarse con los amigos, y se relaciona, pero eso no le llega y sigue bebiendo y cada vez bebe más, pues menos lleno y más sólo se encuentra y sigue bebiendo hasta casi caerse y el resto de la noche sus energías las emplea para no caerse de bruces al suelo y si por el medio pasa otro barril con dos patas, pues lo agarras y ya no lo sueltas.
   Son días o mejor dicho noches de vino y de rosas, sólo que las rosas sólo las hubo al principio de éstas noches y después sólo querdó el vino. Noches amargas, oscuras, siniestras, noches de angustia, de miedo y noches de incredulidad, pues cuando estás en plena ebullición alcohólica, te empiezas a preguntar porque no gustas, si al principio de la noche te mostraban sus simpatías, pero en esa voraz rueda no te enteras que es porque simplemente eres un tonel ebrio, un tío que supura sudor ácido, que se le traba la lengua y que tiene que apoyarse para no caerse y con esas credenciales, a quien le vas a gustar, sino te gustas ni a ti mismo.
   Esa es la realidad del alcohólico y da igual difuminarlo si es alcohólico de fin de semana, porque al fin y al cabo es alcohólico igual. Y al final de la noche, cuando la orquesta da las últimas notas, te apresuras a buscar algo que te acompañe y como no encuentres a alguien que vaya tan ciego como tú, de nuevo te vuelves a casa con el sabor de la derrota y ese sabor, es de nuevo, el sabor de la puta soledad. El día sigueiente ya coje tintes de patetismo: despertar tardío, con resacón bestial y con el ánimo por el suelo. Al principio uno se levanta y la resaca va pasando, aunque nunca será un día de los mejores, pero despues con el tiempo y a medida que el alcohol va formando parte de tú cuerpo, ya no tienes fuerzas ni para levantarte y el día se hace tan negro, como si cayeras en un pozo negro y ya no sólo por lo oscuro, si no por la mierda que te rodea.
   Despues, al día siguiente, vas recuperando y de nuevo empieza el ciclo, donde iras descontando días para que de nuevo llegue el viernes y volver a salir de marcha y pasártelo cojonudo o eso pretendes. Y es verdad que a veces te lo pasas de puta madre, pero en otras es volver de nuevo a lo anteriormente descrito o sea a la miseria y lo malo que cada vez más acompañado de la botella. Y la botella te cambia la mente, te cambia los valores, te cambia los sentimientos, te cambia la vida y te envuelve de un halo tenebroso y cada vez más dependiente y deprimente.
    Hasta que llega un día, en que realmente piensas que tú ya no eres tú, eres tú y la botella, la botella es tú pareja de hecho. Es el el gran momento, es el momento en que empiezas a ser consciente de que estás atrapado y aquí empieza una árdua lucha de la que no salen todos los implicados. Ésta fase me recuerda mucho a la gran película "Días de vino y rosas", la soledad, el engaño, el miedo, el amor destrozado,la agonía en vida, la dependencia, la droga y el momento en que empieza a ser más importante la botella que la persona a la que quieres, pero desde la perspectiva alcohólica, que es muy diferente a la "normal", quieres a esa persona, pero en función de emborracharse juntos y al final el único nexo que te queda con esa persona, es éste, el beber juntos y si la otra persona no quiere, se jodió el invento. Es duro esto que digo, es duro, pero es cierto y para llegar a esta conclusión se tiene que haber bregado mucho y demasiado tiempo. Describir las cosas y acontecimientos desde fuera, es relativcamente fácil, sólo hay que ser observador y anotarlos mentalmente, pero cuando uno forma parte del tinglado, cada descripción produce dolor y un dolor muy agudo y fuerte y te quedas pillado y engatillado por el dolor. Como decía el otro el dolor es necesario,  y en cierta medida es necesario pasar por sus manos, pero a veces es tan fuerte y te oprime tanto, que sólo te permite desear que venga la muerte, que venga a liberarte. Aqui, está claro el papel de la depresión pre o post alcohólica.
    Desde fuera es fácil solidarizarse, es fácil, lo difícil es solidarizarte desde dentro, cuando eres un naúfrago más, en medio del naufragio, ahí es donde tiene verdadero mérito solidarizarte con los de tú misma especie y sobre todo solisarizarte con tú misma causa y para ello es imprescindible reconocerte primero por dentro. Una cosa es desintoxicarse y deshabituarse y otra es superar el problema y en ésta sociedad en la que mal vivimos, no es tarea fácil, pues todo está demasiado condicionado por ambientes "tóxicos", las vías de escape siguen todas el rumbo de las drogas, de todo tipo de drogas y me refiero a todas las que te crean dependencia y te llegan a limitar la vida. Ahora, ultimamente observo un nuevo tipo de droga, una que se utiliza para segregar endorfinas y me refiero al estar colgado del ejercicio físico. Se toma por algo sano y lo es en sus dosis no dependientes, pero no lo es a otros niveles y son esos niveles los que te crean dependencia. Toda tú vida empieza a girar sobre el eje del ejercicio, tús vacaciones, tús fines de semana y poco a poco va ganando terreno el resto de los días. Por un lado se consigue unos buenos niveles de endorfinas y por otro se consigue no pensar en nada, pues los problemas se amortiguan con las endorfinas. Y como todo en la vida, si crea dependencia y en ese sentido te va marcando la vida, pues sencillamente empieza a ser un problema y si no al cuento y ya veremos como acaban éstas nuevas historias. El que avisa, ajos mastica,... y por supuesto ya nos veremos en el infierno: el que se chuta, el que priva, el que esnifa y el  que le da al juego y al que se sobrepasa con tanto deporte, todos juntos haciendo piña, todos con un hilo común y ese hilo es la dependencia.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...