DESPUES DE NADA




  Yo sé que tú estás en otro lugar, seguro que en un lugar lejano ,
y sé que un día, hace mucho tiempo, tú te fuiste ,
lo sé, porque yo estuve allí,
en aquel momento y en aquel instante,
en aquel maldito sitio siempre batido por el viento,
en aquella pequeña habitación desvencijada,
en aquella noche de oscura tormenta,
lo sé y lo sé, porque yo estuve allí.
Aunque te parezca mentira,
los años han pasado como pasan los cometas,
pero los recuerdos aún están a la vera de mi puerta,
están frescos y aún pendientes,
están esperándote como yo aún te espero.
Dicen que el tiempo todo lo borra,
pues ya ves que esa noche a mí no se me olvida,
esa noche de tristeza y de dulce ternura,
esa noche de doloroso duelo,
esa noche que dió paso a un día, quizá al día más triste de mi vida.
Aún recuerdo la despedida en el puerto,
y el adiós con el último beso,
y en tú cara las penúltimas lágrimas,
 y como dibujaban surcos y rios, en tús mejillas.
Aún recuerdo todo esto,
y lo recuerdo como si hoy fuera el mismo día.
Yo sé que un día cogiste tú maleta, lo sé,
y que tú despedida fue una despedida sincera,
pues en ella me dijiste que aún me querías,
y yo te creí, pero no pude comprenderte,
no entendí, que era un grito desesperado,
que era mi última oportunidad,
yo pensé que el tiempo me concedería una prórroga,
y no me enteré, que el tiempo no concede nada.
Más adelante, con la perspetiva de la lejanía,
y con tús apariciones en forma de pesadillas,
por fin entendí que en esa noche de invierno,
en esa noche de incesante lluvia,
que esa fue mi última noche contigo,
que allí en esa isla y en ese día,
yo perdí mi última oportunidad,
y por eso sólo recuerdo tú cara en el mar de tús lágrimas.
Ha pasado el tiempo,
pero no pasó la melancolía y el dolor que llevo dentro,
es verdad, que ahora ya nada tiene sentido,
que lo que fue, fué, sin más,
pero lo que fué a veces aún está,
por eso creo, que tú ya formas parte de mi identidad.

LA SOLEDAD




   Ahora mientras escribo,
me doy cuenta de mi inmensa soledad,
de que la vida ya casi pasó su página,
y que yo sigo sólo, eso sí, sólo conmigo, conmigo sólo.
   No por ello siento tristeza,
tampoco sé muy bien lo que yo siento,
quizá sea el sabor amargo de la fruta,
o que mis glándulas sólo secretan óxido.
   No sé como expresarlo, pues me faltan las palabras,
yo no sé el secreto que tiene la vida,
tampoco sé que hago yo en ella,
son dudas existenciales, pero dudas al fin y al cabo,
son dudas  irresolubles, infinitas dudas en un mar de dudas.
   En el fondo yo sé porque estoy sólo,
lo sé y es simplemente porque yo quiero,
no hay que darle más vueltas,
ni plantearse grandes preguntas,
yo estoy sólo, porque yo quiero estar sólo.
   Eso no quita que a veces,
esa soledad se revuelva y me dé la espalda,
y me deje a mi sólo, sólo conmigo, conmigo sólo.

EL SUICIDIO DE LAS LETRAS




   Si de nuevo me toca decir algo,
si de nuevo me toca,
no sé si lo que tengo pendiente,
sólo lo que tengo aún pendiente, entraría en ésta hoja.
Son alucinaciones o acaso son burbujas,
pero siento  el bombardeo dentro de mi cerebro.
puede que sean desvarios o efectos mariposa,
puede, o puede que no,
o puede que sean fenómenos paranormales,
o  secuelas de una bomba de neutrones.
Tambien es posible que sea el efecto masa,
o la consecuencia de comer una indigesta piedra ,
pero lo que yo sé, y lo sé y por eso lo digo,
es que tengo paranoias y delirios de grandeza,
a veces, me siento un superman cualquiera,
y en otras, quiero ser la hormiga atómica.
Si tengo que decir, todo lo que yo digo,
no habría puntos y menos puntos y comas,
tampoco habría un orden,
ni habría frases ni parafrases,
sólo habría el caos, el desorden absoluto,
el final del abecedario,
el apocalisis de la escritura y el suicidio de las letras.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...