EL VERANEO

Si yo fuera un tío hecho y derecho y con un par de cojones colgando entre mis piernas, os tendría que decir que la vida es una puta mierda y que visto lo visto, no merece la pena el haber vivido. Bueno, eso dice mi angelito malo: el perverso, el salido, el animal sin principios, el que escupe contra el viento, el que se ríe de todo y a carcajadas, el que maldice y se caga en todo lo que se menea. El bueno, se calla, pues el bueno es un tío apocado y prudente, es de los que levantan la mano y guardan su turno de palabra, además, es respetuoso con el entorno y es cariñoso con los animalitos y bichitos. El malo no, el malo los pisa y los restriega por el suelo.

Y de vez en cuando aparece un tercero en discordia, el angelito amorfo o el de Ciudadanos, pues se presenta como del medio y hace su papel de juez imparcial y para mantener el equilibrio. Lo tiene claro el angelito del medio, pues lleva hostias por los dos lados y como su discurso es tan baboso y grimoso, los niños le tiran piedras. Yo sé muy bien de lo que hablo, pues yo nací en el medio, nací como niño rico medio arruinado, pero eso sí, siempre con pretensiones. Y claro, llevé hostias por ambas bandas, pues para los ricos no tenía el nivel, ni el abolengo requerido y para los pobres, era demasiado rico y además, hasta podía veranear y eso en mi expediente, fue una mancha imposible de quitar.

Y mira que a mi gustaba veranear y porque era un cambio radical. La preparación del veraneo era muy larga y tediosa, pues de aquellas nos llevábamos muchos trastos y enseres, además nos llevábamos los patos, las gallinas, el perro, a mi querida gansa que ponía unos huevos como pelotas de billar y bueno, algún colchón que otro y cuatro trastos más. Pero lo principal del tema, es que la vida cambiaba con el veraneo y mi madre se relajaba de esfínteres y de normas y el principio del veraneo era una delicia turca. Pero a los 15 días ya se acababa la cosa, a los 15 días ya estaba mi madre hasta los ovarios del puto veraneo de mierda y porque la carga fundamental de aquella movida caía en sus espaldas. Y venga a cocinar y venga a limpiar y comidas y cenas y viva la fiesta y ahí, empezaba nuestra verdadera fiesta, pues los hostias empezaban a caer sin parar.

LA ESENCIA

¡Joder y joder! que no salgo de mi asombro y es que cuando pienso en todo lo vivido se me ponen los pelos de punta, los pelos del cuerpo y porque los de la cabeza hace tiempo que emprendieron la huida y me han dejado calvorota perdido. Claro que a los 60 años ¡que coño me importa a mi estar calvorota!, bueno sí un poco y sí me importa un poco,es porque estoy seguro que me moriré siendo un tipo presumido, aunque ahora venda mi look de informal. Pero lo que no tiene remedio, no lo tiene y no lo tiene porque uno debe saber adaptarse a su nuevo medio y si ese medio está más adentro, pues ahí es donde hay que ir a buscarlo. Lo cierto es que el paso de los años tienes que buscar tus cualidades más al fondo de tu cuerpo y la belleza ya no es belleza exterior y de cada vez se va convirtiendo, en más belleza interior.

Bueno, normal la esencia nunca es superficial, la esencia de uno mismo está debajo de los Hígados y en el medio de los Pulmones y al fondo de los Intestinos y para poder llegar a ella, te tienes ir quitando los diversos vestidos, trajes, órganos y tejidos y a modo de capas de cebolla y de una en una y con suma paciencia, después ya en pelota picada, quizá puedas ver y tocar la esencia o quizá puedas palpar el vacío de la nada. A mi me costó mucho tiempo encontrar mi esencia y con eso quiero decir, que no es tan fácil encontrarla y tienen que correr ríos de penas y de alegrías,  muchas noches de convulsiones y espasmos, tardes de fiebres hemorrágicas y demasiados momentos atemporales o sea momentos fuera del espacio tiempo.

No es que cuando naces te regalan un tarro con tus esencias, al revés, te dicen: tú sal al mundo y lucha y lo que no comprendes hoy, lo comprenderás mañana y venga espabila que no estamos para perder el tiempo. Después pasa que vas todo apurado aprendiendo por aquí y por allí y en ese momento el problema es que no te da tiempo para asimilar todas las cosas. Y las cosas entran pero salen más deprisa y tú cerebro retiene y absorbe, pero los conocimientos no paran de entrar y al final, se te empieza a caer la pelambrera y aparecen los primeros oasis en tu cuero cabelludo. Y ahí, empezó mi historia clínica como calvorota y para que después digan que el pelo cae porque sí o por exceso de testosterona.

DOS CONCLUSIONES

Dos conclusiones:

Una, que a lo largo de 60 años, uno dice que ha tenido experiencias mundanas y a veces. un tanto guarras, pero por ahí no iba e iba de que siempre engrandecemos lo vivido y lo que fue una mierda de vida, que tampoco estuvo tal mal, la convertimos en un vivero de vivencias, en un vivero de vivencias únicas y personales. Y señores hay que ser más modositos y comedidos, pues como decía el otro, cuando tu vas yo ya estoy de vuelta o al revés y por tanto lo vivido es más simple de lo que parece y sino parase un momento y coger el aire. después veréis que sólo fue un instante, pues nuestra vida es eso, un sólo y único instante dentro de la inmensidad del universo.

Y la otra o segunda conclusión, está más difícil, pues yo sabía de una y no de la otra, pero no preocuparos mucho, yo me la invento de inmediato. Y la segunda conclusión es...es que lo que queda no es nada y más y como estoy yo, si estás a las puertas de la llamada tercera edad y en el puto preámbulo de la otra vida y que por cierto, que se llama muerte. Porque lo de la otra vida tiene su engaño y tal y como si fuera un simple cambio de coraza o de cuerpo y tu por dentro sigues vivo y lleno de estímulos. Pues no señor, una vez muerto ya no hay estímulos, ni placeres, ni sexo, ni besos, ni abrazos y solo hay el placer de la nada.

Y como epitafio ¿qué os puedo decir?. Pues que me quedan dos telediarios y medio y el medio me lo concedo de regalo de cumpleaños. Dicen las estadísticas que estoy en los dos tercios de la vida o sea, que he vivido 30 más 30 años, que en total son 60 y que me faltan por vivir otros 30. Los hombres viejos nos estamos acercando a la mortalidad de los 90 años y las mujeres más y porque siempre serán más que los hombres, bueno esto que digo si me dais el permiso de poder generalizar y porque en todos los sitios cuecen habas y también crecen estúpidos y estúpidas.

¡CARIÑO!

No sé el porqué, pero os estoy cogiendo cariño, quizá porque ya llevamos juntos un largo tiempo y navegando a través del blog o quizá, porque aquí he contado muchas cosas íntimas y personales y eso une, ata y crea vínculos especiales o puede que sea el roce, el roce de pensamientos y sentimientos y que de ahí, salten chispas y destellos. Bueno, tampoco me interpretéis mal y que repente en un día como el de hoy, os quiera comer la boca y daros por el culo, pero si tengo que decir que donde hay cariño, hay cariño y punto y punto final y definitivo. ¡Ya está dicho lo más difícil! y ahora poneros en pie y cantemos juntos el himno de la alegría.

No insisto más en el tema y porque no hay que ponerse pesadito y es que esto me recuerda a las parejas que se pasan el día llamándose cariño y una vez vale y es más o menos pasable, pero cien veces al día, produce cáncer terminal. ¿Y como de buena mañana le vas a decir a alguien, cariño? y lo más propio y lo más humano, es que le sueltes un gruñido amenazante y despolarizante. A ver, después de cagar y desayunar aún tiene un pase y entra dentro de nuestros esquemas y después y hasta media tarde y cuando la noche extiende su negro manto, también es otro buen momento. Pero hasta aquí he contado solo dos buenos momentos y no cien momentos.

Y hasta por el teléfono: ¡dime cariño!. Pues tu cariño tienen un nombre y sino te gusta el nombre que tiene, pues con su permiso, se lo cambias y lo adaptas a tus necesidades y a las de la otra persona. Cariño no es ningún nombre y es un apodo para los idiotas y en cambio de decirle: ven idiota, vas y le dices: ven cariño. Las cosas a poquitos saben mejor, pero los excesos se pagan y sobre todo lo pagan los que viven alrededor de esa pareja, lo pagan, lo sufren y lo padecen. Pero aún así lo dicen y aún así te agreden. Pues vale cariño, ahora ya es tarde y que te parece si nos vamos a la cama, ¡cariño!.

SACUDIDAS

De repente pasan cosas inesperadas, de repente te cambia la vida y los conceptos se te ponen del revés y adiós esquemas preestablecidos y adiós planes y replanes y es que de repente la vida te da un salto mortal y hacia atrás y te desbarata como un flan. Y el problema está en el tiempo, es decir si llevas toda la vida pensando una cosa, de repente  viene un tsunami que te deja agarrado a un trozo de barco y eso pasa cuando los dioses te favorecen, porque sino el tsunami te deja hundido en las profundidades de los mares. Es de esos momentos en que te cagas en toda tu existencia y por gilipollas y por ser tan negado como para no te enterarse de nada. Sí, son como erupciones de un volcán dormido, que parecía dormido.

De vez en cuando vienen muy bien esas sacudidas y porque la vida tiende a quedarse dormida y tú con ella. La insoportable levedad del ser, es esa, es mantenerte siempre flotando, es no darte cuenta de lo que pasa a tu alrededor y de que todo se mueve y cambia y que tú debes y tienes que participar en esos cambios. La vida es una sucesión de acontecimientos, pero estos no tienen que venir en un orden lógico y bien razonado y vienen como vienen y se van como se van y lo que pensabas que ya estaba superado y no te iba a incordiar más en tu existencia, resulta que a veces vuelve con más fuerza y debido al efecto boomerang.

Vamos a ver, las cosas vuelven porque que quieren volver y tu o yo, somos unos don nadie y en las decisiones universales no pintamos nada. Sí, tu poder de decisión se restringe a tu vida ya la que tienes a tu alrededor y eso si te dejan participar en tus decisiones, porque a veces, ni para eso estamos. Y no seamos de corcho y anulemos nuestros receptores, seamos de materia viva y participemos y salgamos a la calle y gritemos, porque la vida es un grito demasiado corto y porque la vida es un sueño en una noche de verano.

MI CUMPLEAÑOS

Ni un día más, ni un día menos y es que a partir de ahora, cada minuto va a ser un acontecimiento y cada segundo, un trozo arañado en el tiempo. Y es que nada se regala y menos si hablamos de vida y cada instante es una conquista ganada a pulso por mis manos. La vida no es justa y como no lo es, tampoco yo soy justo y por eso me pongo exigente y por eso pido lo que no se puede pedir y pido vivir y hasta que me aguante el esqueleto y los tendones se distorsionen y hasta ahí, pido vida verdadera, pido guerra, pido silencio, pido paz interior y pido amor, ¿como no voy a pedir amor?, si el amor es lo que nos mantiene en pie como seres sociales y más vale morir lleno de amor, que vacío de sentimientos.

Bueno, pues sí y antes de que me ponga demasiado ñoño, hoy es el día de mi cumpleaños, pero no es un cumpleaños cualquiera y porque cumplo los 60 años. Pero de momento no escucho la música, ni veo las luces de colores y en cambio veo al día tan anodino como otro día cualquiera, sí, con ese persistente sol primaveral que al parecer no se entera y no se entera de que estamos en la punta del iceberg del invierno y por tanto, debía estar lloviendo a mares y los cojones debían estar congelados. Dicen que a lo mejor a la vuelta de la esquina me espera una sorpresa y que de repente me sale un coro de amigos y conocidos diciéndome: ¡felicidades!. Sorpresas tiene la vida y la vida tiene sorpresas y aunque me haga el tonto y el apocado, estoy deseando que la fiesta empiece y que nunca termine.

Un día como el de hoy, debía ser un día especial: un día con luz tangencial y al fondo del decorado, un faro y con la Luna llena enseñando sus venas y delante, un gran jardín otoñal y hojas caducas y verdes y marrones y amarillas. Un montaje perfecto en una vida casi perfecta, bueno para lo que para mi es perfecto y por supuesto, yo en el medio del tinglado y dando las gracias por vuestra asistencia y por mi existencia y todo lleno de besos y abrazos y no sigo tirando del hilo y porque sé como va acabar la cosa: y va acabar en una puñetera cama redonda y como colofón final a la fiesta de mi cumpleaños. Dicen que de sueños vive el hombre y voy yo y me lo creo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...