Digamos que el día de hoy me acompaña, que el tiempo que hace se parece y mucho al que yo tengo o siento por dentro: está nublado y hace un poco de frío y eso me recuerda que tengo mi estufa de leña preparada y siempre dispuesta y solo hace falta que haga un poco más de frío. Claro que ya estamos a día 21 de Octubre y va siendo hora de que llegue el Otoño. Bueno aquí hay que acostumbrarse a tener solo 15 días de Otoño. Y ahora me puse un poco de música para acompañar mis letras, porque en el puto silencio no producía nada y debe ser que me pasa como a las gallinas ponedoras de huevos, que dicen que ponen más huevos si se les pone música, no sé si clásica o rockera o de jazz, o de todo. Yo no, yo funciono mejor con música rockera, es de la que mamé y con la me crié, aunque admito que el jazz también tiene su tela marinera.
Yo, como todos, tengo mis manías y mis defectos y la música clásica no entra por mis oídos, yo necesito el sonido de la batería y de la guitarra y el animado ritmo rockero...De todas formas he vivido y subsistido mucho tiempo sin ningún tipo de música y en cierta forma me he acostumbrado demasiado a estar en el puto silencio y ahora, sólo admito música a pequeños ratos y 5 minutos de música y una hora de silencio y más o menos en esas proporciones me muevo. Ahora me gusta la música para arrancar y ponerme a la faena o si cabe, para también acabarla.
Y hoy creo que la necesito especialmente, acabo de salir de guardia y se me caen los párpados. Son días "del día después", del día después de la Guardia de 24 horas, que como ya se sabe tienen sus propias características: con sueño pero no tanto para dormir, cansado pero no tanto como para tener que descansar, despierto pero no tanto como para decir que estoy despierto, desinflado pero no tanto como para tener que hincharme, digamos que son días en que me deslizo como una serpiente entre mis bosques de sueños y entre mis campos reales y ando de un bando al otro.
Yo, como todos, tengo mis manías y mis defectos y la música clásica no entra por mis oídos, yo necesito el sonido de la batería y de la guitarra y el animado ritmo rockero...De todas formas he vivido y subsistido mucho tiempo sin ningún tipo de música y en cierta forma me he acostumbrado demasiado a estar en el puto silencio y ahora, sólo admito música a pequeños ratos y 5 minutos de música y una hora de silencio y más o menos en esas proporciones me muevo. Ahora me gusta la música para arrancar y ponerme a la faena o si cabe, para también acabarla.
Y hoy creo que la necesito especialmente, acabo de salir de guardia y se me caen los párpados. Son días "del día después", del día después de la Guardia de 24 horas, que como ya se sabe tienen sus propias características: con sueño pero no tanto para dormir, cansado pero no tanto como para tener que descansar, despierto pero no tanto como para decir que estoy despierto, desinflado pero no tanto como para tener que hincharme, digamos que son días en que me deslizo como una serpiente entre mis bosques de sueños y entre mis campos reales y ando de un bando al otro.