ESTADO (Poema)

  Lo mismo que miro hacia arriba,
puedo hacerlo hacia abajo,
puedo mirar al cielo,
como puedo profundizar en la tierra,
hasta llegar a las calderas del infierno.
    Lo mismo que puedo caminar sobre un hilo,
que caminar sobre una alfombra persa,
la diferencia está en la concentración de ese momento.
    Igual que puedo tumbarme bajo una higuera,
que acostarme sobre una chumbera,
todo depende del momento,
y el momento depende de mi estado.
    Mi estado suena fuerte, potente,
suena a pais armado y fortificado,
 suena a burocracia, a departamentos,
a ministerios, a sobres del Bárcenas,
a políticos corruptos, a banqueros,
a capuchos de semana santa,
a policía, a fuerzas armadas,
todo esto tiene tufillo a estado.
    Mi estado no existe,
pues porque yo no tengo estado,
tengo momentos, situaciones,
ánimos diferentes, cambios de humor,
penas, lloros y alegrías,
risas, amarguras y desasosiegos,
y esto no me determina niigún estado,
más buien lo contrario,
pues yo me siento libre,
y libre sin tener un estado permanente
o un estado establecido.
   A mí, me gusta vagar por lo desiertos,
me encanta cambiar de ánimo, de humor,
de conciencia, de cuerpo, de alma, de vida,
me gustan los caminos áridos,
los martes y trece,
los domingos despues de misa,
los gatos negros,
las tijeras abiertas,
las noches de los sábados,
los miércoles de ceniza,
y me gusta, por ejemplo, la puerta de mi casa.
Entonces me gustan muchas cosas,
y me gustan de una en una,
poquito a poco, saboreando la botella,
olisqueando el fino aroma,
mordisqueándo la yugular,
besarle en la mejilla,
me gusta eso,
y también me gusta su cuerpo entero.

LA TERCERA DIMENSIÓN (Relato)

Las cosas las tenemos delante y dicen que sólo las vemos en dos dimensiones y yo me pregunto si es cierto eso que dicen. Está claro que si yo me veo en el espejo me veo en dos dimensiones: en altura y anchura. La primera, la de la altura, ya no hay quien la remedie, nací bajo y achatado, y seguiré siéndolo, es más, con los años me iré encogiendo como una pasa. Y la anchura, va al revés que la altura o sea con los años va en aumento y en eso el espejo no engaña, al mínimo descuido culinario me pasa la factura. Por eso he decidido ponerme de nuevo a terapia intensiva, a dieta a lo bestia. La dieta a lo bestia la cumplimento con ejercicio físico intenso. Todo es intenso la dieta, el padel y la gimnasia, no podía ser de otra manera en mí. Bueno a lo que iba, que me pierdo, las cosas las vemos en dos dimensiones físicas, pero se olvidan que tenemos otra dimensión distinta, diferente, otra forma de ver las cosas. Y esa dimensión no reconocida por la ciencia, es la visión del alma, una visión subjetiva, pero no por ello menos importante. Le podemos llamar alma, duende, corazón, karma y lo que se quiera, pero el fondo es el mismo para todos.

  Es impresionante la importancia que tiene el alma de una persona, y aclaro, no entro en el alma religioso, no tiene nada que ver, yo hablo de otro tipo de alma y es tan importante que es la que nos determina que nos caiga bien o mal una persona o que nos atraiga o no o que nos guste como es o lo que dice o mejor dicho el como lo dice. Hay personas que pueden decir cosas interesantísimas, pero si tú no tienes filing con esa persona, o lo que es lo mismo, no te atrae su alma o karma, no te va a gustar lo que dice o vas a pasar de lo que dice o simplemente vas a coger apuntes y ello aunque se adorne con bellas palabras. En cambio hay otras que en principio su exposición es más patosa, por así decirlo, y resulta que tú te quedas prendado. Aquí entra el como lo dice, pues lo que dice no es tan interesante, en cambio el como lo dice resulta totalmente lo contrario. Esta claro que entran otras variantes diferentes y que no son medibles por nuestros conocimientos, si no que es nuestra subjetividad la que juega un papel imprescindible. Y en esa subjetividad, entran valores adquiridos, que se van aprendiendo y por tanto se van modificando y también valores intrínsecos, valores que viene predeterminados en nuestra carcasa o nuestra alma. Estos son valores que nos llegan transmitidos desde generaciones y generaciones o sea desde nuestros ancestros y es la marca con la que naces, tú verdadera enseña, tú bandera. Mejor dicho, la bandera que llevas por dentro.

   No es fácil de explicar esto que digo, no es fácil, que va. Iré poniendo algún ejemplo práctico a ver si consigo que me se entienda mejor. Una persona puede tener todos los atributos que se pueden sopesar o sea puede ser lista, inteligente, rápida y además guapa, vale y resulta que tú te quedas con una persona que es gorda, más lenta y no tan lista, entonces que es lo que pasa ahí, que es lo que determina que a tí te guste o te atraiga o simplemente que te interese como persona. Hay algo en todo esto que no sabemos expresar con palabras y yo a ese algo le llamo alma o karma o como carallo se llame. Y ya sé que es abstrato el concepto del alma o sea que el alma es un conjunto de valores y muchos de ellos imposibles de cuantificar, pero esto es lo que hay, yo sólo intento exponer lo que hay y no descifrar el misterio de la creación. Esa parte se la dejo a dios y yo a seguir con lo mío. Bueno aquí cabrían millares de ejemplos concretos, pero generalizando un poco, todos los criterios con valor subjetivo tienen su peso en oro y son los que nos van a determinar el porqué se quiere a una persona y no a otra o el que te guste o el que te caiga bien o mal. La frase: " el amor es ciego", ya lo dice todo y sintetiza perfectamente todo el rollo que estoy soltando.

   Claro que esa lucecita que a veces se enciende y que nos dice que quieres o amas o te gusta tal persona, pues es verdad que es ciega totalmente, pues a veces se enciende sólo porque tú estás predispuesto a ello. Si uno repasa su vida, se dará cuenta que tuvo mil oportunidades de amar a otras personas, pero por tús propias circunstancias, dejaste pasar esas oportunidades. Y es más, suele coincidir que cuando estás enamorado y por tú lado pasan otras personas, que en otras circunstancias seguramente te hubieras enamorado de ellas o ellas detí, quien sabe, y esas personas se dan cuenta perfectamente que tú estás enamorado, pues al estarlo transmites con más facilidad o sea vas soltando túa atractivos, tús risas, tús encantos y aún encima lo haces como si estuvieras flotando. Transmites lo que transmites, transmites poderío, alegría, risa fresca, atracción, feromonas, eres un ser liviano y sin cargas, eres espontáneo, feliz, risueño y eso las personas de tú alrededor lo notan. Y aquí eres tú el que no estás para muchas más fiestas que la que tienes delante, te llega y te sobra con la persona de la que te enamoraste. Lo cual no quiere decir para nada, que no te hagas amigo de esas personas, pero sabeis lo que quiero decir, no?.

   Después, más tarde y con el debido paso del tiempo, resulta, como es lógico, que te cambian las tornas y ya no estás enamorado y a lo mejor te gustaría estarlo. Si no te apetece, tampoco pasa nada, ya vendrán tiempos mejores, pero si te apetece y tienes muchas ganas de caer en la misma trampa, cuidado porque se nota un huevo. Hay como una especie de olfato que detecta esa necesidad o sea que las personas huelen que estás necesitado y eso, en principio repele. Aunque claro, puedes dar con otra persona que esté como tú, necesitada de cariño y amor y demás gaitas, y cuidado con esas experiencias de necesidad precaria y me refiero que muchas veces, entre éstas dos personas necesitadas se crean vinculos de pareja, pero por apoyo mutuo, por cosuelo, porque no queda otra, pues por sentirse querido de alguna manera o por tener un polvo un tanto asegurado y no por estar enamorados. Te creas una relación de conveniencia, sin hacer un pacto previo, pero el pacto está ahí y está en la letra pequeña, en la parte que nunca se lee. Las personas a través de nuestra tercera dimensión detectamos u olemos a los necesitados de cariño y eso, si no estás por la misma labor, te crea repulsión y rechazo. Es curioso éste tema, es curioso la forma de actuar del ser humano, si el otro está más débil, aún vale, pues hay mil maneras de poder apoyarle sin enrollarte con ella o enrollándote sin necesidad de decirle que estás enamorado de ella y menos mal que las hay, pero si el otro está más débil y te pide de alguna manera que te involucres, pues según el grado de lo que te pide, tú podrás echarle una mano. Si te pide amor, como tú no tengas la chispa encendida, es imposible dárselo. Si te pide menos que amor, o sea apoyo, cariño o simplemente compañía, esto si que puedes darlo y todo depende de las ganas que tengas en ese momento o de lo borracho que estés.

  La tercera dimensión es la que llevamos todos dentro y es lo que en el fondo nos define como persona: Se puede ser más alto, más inteligente, más enrollado, más simpático, pero como te falle el karma o alma, como ésta no sea entrañable, sentida, sincera y tierna, el valor como persona es cero patatero. Y si no que se lo pregunten al Antonio Banderas, que de carcasa no está tan mal o eso dicen, pero el alma aún no se la ha encontrado y la está buscando en las procesiones de semana santa de su  Málaga natal, ejerciendo, como un imbécil, de legionario de honor. De todas formas como el Banderas hay millones de ejemplos, hay politicos, hay banqueros, y hay otros guaperas giliputenses, pero esto dará para escribir otro día, que despùés se me quejan de que alargo demasiado mis relatos. Ah!! y gracias por escucharme. Tened paciencia conmigo, pues las pastillas acabarán haciendo su efecto, seguro.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...