Quizá Menorca era mi destino final,
quizás al nacer lo llevaba escrito en mi frente:
Menorca último destino,
porque a mis 62 años no hay tiempo para desconocidos destinos
(lo del tiempo es relativo, porque hay tiempo para todo, pero pocas ganas)
en tal caso volvería a una de mis anteriores "patrias"
Galicia, Cádiz y poco más...
o seguiría aquí y para ahondar más en ésta roca porosa y húmeda
y hasta adentrarme en la profundidad de sus cuevas submarinas,
además de recorrer las anchas avenidas del mar Mediterráneo
¿quién sabe?
a lo mejor por debajo de nosotros
no hay patrias, ni grandes ni chicas,
a lo mejor no hay fronteras, ni banderas,
a lo mejor no hay territorios por defender o por atacar
y el Mare Nostrum es realmente nostrum o de todos....
claro que cuando pienso en esto
me invade un cierto halo de tristeza,
me perdería la claridad de mi Luna llena
además, de la belleza misteriosa de su cara oculta y negra.