Yo de mi no esperaría a que alguien llamara a mi puerta,
debería salir a la calle a buscar un alma gemela
y así dejar de ver siempre y obsesivamente
esa gota fría que se desliza por el cristal de mi ventana.
Yo no esperaría a ser complacido,
ni tampoco a ser complaciente,
tendría que ser yo mismo,
tal cual y sin disfraces,
a veces valiente ante la muerte
y otras veces cobarde ante el mínimo desafío.
tengo claro lo que quiero y a lo que le tengo miedo,
soy acreedor y deudor de mis miedos,
soy espléndido y amplio de sentimientos,
soy un alma perdida entre mis propios recuerdos,
hay días en que no me encuentro
y hay noches que me emborracho de versos
y a veces cuando el reloj marca las 3
yo me regurgito desnudo y frío.
Yo vivo entre mis cuatro paredes,
tengo recuerdos colgados de cuadros mal pintados,
pero que yo aprecio,
sueño encima de mi almohada
y al adorable calor de la chimenea.
Yo a veces, quisiera ser otro...
pero me temo que no, que seguiré siendo yo mismo,
yo con mis historias de amor incomprendido,
yo con mis cuentos de fuego, amor y magia,
yo con mis alucinaciones de loco empedernido,
y es más, no me arrepiento de nada o de casi nada,
victorias he tenido y fueron grandes e inmensas,
y derrotas las tuve a millares o a millones,
pero en el medio de todas ellas estoy yo y siempre estuve yo,
yo el protagonista de mi vida,
yo escribiendo día a día la propia historia de mi vida.