Y no me siento esclavo de nada ni de nadie


 Y no me siento esclavo de nada ni de nadie

la esclavitud está abolida (eso en teoría)

la esclavitud, 

la explotación humana,

la violencia de género,

el nazismo y fascismo,

la supremacía del blanco

y una larga lista que en teoría dicen que está abolida.

En realidad

nadie se cree el guión de esa película

y ahora los fascistas gritan ¡libertad!

y será libertad para matar a los demás

libertad para que el rico se haga más rico

y el pobre se haga más pobre

y los de clase media ya sabemos de que va esa historia,

llevaremos por todos lados

nos dirán si no estás conmigo 

tú serás mi enemigo

y visto lo visto es fácil de ver

que casi nada está abolido.














Como era aquello...


Como era aquello...

sí, aquello de la espuma de las noches y la espuma de los días

la espuma que brotaba a la orilla de la medianoche

y porque una ola de entusiasmo subía por su espalda

 y la doblegaba y la maltrataba

y hasta romperla en mil pedazos

de espuma, agua y arena. 

Yo a veces sueño con olas

y oigo su estruendo de boca oscura y profunda

de voz ronca y fuerte

que vomita sombras y espuma blanca

y hasta hay veces en que me despierto alterado y asustado

y porque su bramido me asusta

y me encoge el alma de tal manera

que la busco y no la encuentro.














No sé donde tengo la solución


 No sé donde tengo la solución        

si es que hay solución a todo lo que me planteo

pero me temo que no, que no la hay

que no hay una llave universal que abra todas mis puertas

es más, 

hay puertas que no quiero que se abran

y porque hay cosas en mi vida

que prefiero dejarlas en ese rincón llamado, olvido.

Y dicen algunos que si las quieren olvidar

dolerán más

pero eso dicen

y yo prefiero fiarme de mi instinto

y si hay una puerta que no quiero abrir

no la abro y además, puede que la tapie.

Me niego a abrirme el pecho en canal

y entonar el mea culpa

la culpa...la culpa...

la culpa es una puta cucaracha

que me da más asco que pena

y dada mi edad y mis antecedentes penales

no estoy para expiar penas

ni para fustigarme a latigazos

lo hecho hecho está 

y lo que hice mal (que fueron muchas cosas)

lo guardo bajo 7 llaves

y lo lanzo a las profundidades del mar.

















"YO TUVE UN SUEÑO"


 Acabo de descubrir que Martin Lutero King cuando dijo aquella famosa frase en un discurso político y reivindicativo no empezaba por "yo tuve un sueño" y en cambio era "yo tengo un sueño" y ahora voy yo y meto en el medio y yo tuve y tengo los dos tipos de sueños. Tuve muchos sueños, que digo, muchísimos y cada cual más entrañable cuando soñaba cosas bonitas. Cuando eran cosas feas que también las tuve en numerosas ocasiones, les llamaba pesadillas. Y también tengo sueños y hoy tuve uno y como sueño todo es demasiado surrealista y mezclo situaciones, lugares y personas que a lo largo de mi vida me dejaron alguna huella en mi memoria y de ahí saqué un revuelto de todo y esa es la narración resumida de mi sueño. Y ahora sigo marcado por ese sueño y no se me va de la cabeza y me viene a golpes y después de cada golpe el mismo se vuelve a escapar de mi memoria. Y así he estado desde que me he despertado, pero creo que es imposible de explicar y porque cada personaje pertenece a un mundo completamente distinto y nada tienen que ver los unos con los otros, salvo en mi sueño, claro. Me siento como si estuviera de resaca y porque me siento confundido y empanado, faltan el mal cuerpo y el dolor de cabeza y esa náusea que viene y se va. Yo de resacas era un ser muy experimentado y es que durante un período largo de mi vida me bebía hasta el agua de los floreros y por tanto al día siguiente las resacas eran tremendas, eran de otro mundo. Siempre me preguntaba porque había bebido tanto y además, que coño buscaba con ese ciego tan bestial y tan dañino y vomitivo. No sé, vivía confundido en medio de aquellas selva social y es que no me gustaba nada su forma de funcionar. Pero eso no es una excusa para seguir bebiendo, pero seguía y entonces es de suponer que había otras cosas que me empujaban a beber. Tengo en mente el viejo tópico, de que yo no me quería y en parte era verdad, no me sentía a gusto conmigo mismo, odiaba alguna de mis formas de actuar y porque no me sentía limpio de alma y totalmente sincero al decir las cosas que sentía.

Buscaba en mí una nueva forma de comportamiento pero claro al beber como un cosaco todo se quedaba en agua de borrajas y ya puesto y colocado, ya perdía la noción de mi propio comportamiento social. Y yo que sé como me comportaba en medio de aquella música puesta a todo volumen, bailando como si estuviera poseído y con un halo alcohólico que espantaba hasta las moscas. ¿Que conversaciones interesantes y profundas podía tener estando en ese estado?...pues al final, no tenía ninguna y me iba solo a casa y porque en el fondo del problema estaba en que yo buscaba una compañía que me comprendiera tal y como era. Vano intento y que pérdida de tiempo. Yo de aquellas era un bebedor compulsivo de fin de semana, lo cual significaba que un día me bebía el Atlántico y como la resaca me duraba el resto del fin de semana, el tema se reducía un día y a una noche que nunca se acababa y porque sabía que solo tenía esa noche para estar en ese estado tan patético. Yo era consciente de lo que era y de como estaba, pero yo no encontraba una alternativa más válida y porque no sabía como buscarla o porque no creía que hubiera otra.

Después de unos cuantos años, pasé a un fase más tranquila y sosegada. Empecé a aceptar que había otras cosas por este mundo de dios con las que podía disfrutar más o mucho más, desde un simple paseo por la playa con la marea baja, desde adentrarme en cualquier hermoso bosque, desde simplemente hablar y sin buscar solucionar el mundo en ese mismo instante, desde comer y disfrutar de los sabores, desde llenar los sentidos visuales ante la belleza de un paisaje, desde susurrarte algo bonito y observar tu sonrisa, desde querer como nunca antes había querido, desde tener el placer de sentirme persona humana y humanizada, desde que acepté las tardes como mías, desde que dejé las noches para dormir y soñar, desde que tuve tres hijos a los que quiero y seguiré queriendo, desde que la vida me enseño que hay más que suficientes motivos para seguir viviendo y no querer bajarse de ese tren tan placentero, desde que soy viejo pero no me muero por ello, desde que la vida es un usufructo que me han dejado y con la condición de tener que amarla y cuidarla y hacerlo desde una infinita secuencia de razones. Yo amo a la vida y ella me ama.
















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...