"NACIDOS PARA JODER"

 

Mucho hablar de muertos, pero yo vivo rodeado de un montón de ellos, solo que en éste caso, son muertos vivientes. Gente sin alma, gente inanimada y desubicada, gente sin sentimientos, secos de pensamientos e ideas, en fin, gente malvada que está llena de resentimiento y que su función principal en la vida, es dedicarse a joder a sus congéneres. "Nacidos para joder", se podía llamar la película. Bueno, tampoco descubro nada con esto que digo, todos conocemos un montón de casos. Y recalco y estoy seguro de ello...conocemos demasiados y muchos más de los que quisiéramos conocer.
Son ratas de alcantarilla, son huidizos y escurridizos, son seres de ojos salidos y siempre están atentos a ver lo que dicen sus posibles víctimas y para ir allanando el terreno de por donde atacar a la víctima. A veces muerden y después se escapan, pero siempre vuelven, pues ellos se alimentan de las miserias humanas y cuando tienen hambre de maldad, necesitan atacar de nuevo. Ellos pararán de incordiarte cuando tú te quedes sin una gota de sangre, pues su fin, es alimentarse de tí, pero también lo es, el dejarte seco y tieso.
La maldad humana, la maldad humana es perfectamente reconocible, se ve en los gestos inapropiados, en las miradas asesinas de aquí te mato, en las palabras hirientes y sin control ni medida, en las zancadillas que te meten, en las puñaladas por la espalda y lo peor de todo, es que esa maldad está recompensada socialmente y entonces estos seres ascienden en el escalafón social y llegan a la cúspide de algo. Bueno, alguno se queda por el camino, y esto es peor, porque aumenta su resentimiento y además, los tendrás a tu lado y siempre buscando el lado oscuro de las cosas y de la vida.



















SI TE ACUERDAS

 Díme de que color son mis ojos,
díme si tengo un lunar en la mejilla,
piensa si te acuerdas de mi frase preferida
y en el sonido de mi risa,
piensa y reflexiona,
y a ver si te acuerdas de aquellas tardes al sol,
de aquellas noches sin hora,
de los atardeceres en la playa
y de como hacíamos el amor a la luz de la luna.
Si te acuerdas, 
es que sigues viva,
porque aquello es imposible de ser olvidado,
porque aún oigo el eco de nuestras risas y voces,
porque tengo hematomas en la médula ósea,
y porque aún sigo saboreando la saliva de tu boca.




AMO A LA VIDA

 Yo no soy un combatiente de la muerte, más bien soy al revés. Soy un combatiente de la vida y lucho por ella y me dejo hasta la piel y los intestinos en el intento. Todo a mi alrededor rezuma vida, mis pensamientos, mi trabajo, mis hijos, mis amigos, todos son integrantes de un país que se llama, vida y vida es mi lema y vida es mi bandera. Y no sólo hablo de vida física, sino y también de vida animada o sea de todas esas sensaciones vitales que nos mantienen en pie en cada día de nuestra vida. Yo amo a la vida y de momento me siento correspondido.

Tengo que agradecerla a la vida, toda su paciencia, pues a pesar que durante años luché contra de ella, ella supo perdonarme y me perdonó sin rencor ninguno y me perdonó de la mejor manera posible... no me reprochó absolutamente nada y la vida transcurrió como si anteriormente yo no hubiera luchado contra ella. Le tengo que agradecer los detalles que tuvo conmigo, pues yo le agredí de todas las maneras posibles e imposibles y ella como dama digna y respetuosa que es, me obsequió con retales de más vida.

Si hubiera querido hacerme daño, tuvo cien mil oportunidades. Yo espero que en mis escritos pase lo mismo y porque es lo que yo siento, deseo que las letras suden vida, que las frases se estremezcan de vida, que los pensamientos sean tremendamente positivos, que las ideas sean tiernas y frescas, que la lucidez y a veces la locura, sean sus pilas y su energía aeróbica y metabólica. Yo amo a la vida y visto lo visto, ella también me ama y juntos seremos como un caballo y su jinete, inseparables cuando cabalgamos o vivimos. Y bien compenetrados (que lo estamos) a veces daremos saltos mortales y otras veces, simplemente seguiremos cabalgando hasta el infinito o hasta donde nos dejen.


 



AUTÉNTICA SOLIDARIDAD

 

Que hoy es Lunes y no sé porqué, pero debía celebrarlo. No sé si es por eso que decía que para mi un Lunes puede ser como un fin de semana para otros, pero éste Lunes no me va caer esa breva, pues mañana entro al tajo de nuevo y 24 horas del ala. O sea que hoy es un día de transición entre un día de curre y otro. Es decir, hoy estoy saliente y mañana entrante. Qué bonito es esto de salir y entrar y yo por el medio y tengo que estar contento por tener curre en éstas épocas tan de crisis (corría el año 2.013), pero que conste una cosa y quiero que quede muy clarita: yo por tener curre no me voy a doblegar ante el enemigo.
Lo digo, porque siempre hay algunos listillos que andan por la vida tocando los cojones al prójimo y que pregonan a los cuatro vientos que los que tienen curre, son unos privilegiados. Y yo me pregunto ¿porqué?, hombre en plan materialista y visto desde un punto de la supervivencia más elemental y primaria, está claro que sí, pero hasta ahí y no más, llega el argumento de estos señores patateros. Y porque si se les deja ahondar en sus pensamientos oscurantistas, hay algunos que como dicen que somos unos privilegiados, no nos dejan que exijamos nuestros derechos laborales y por tanto, nos quieren que cerremos la boca.
Y cuidado, pues puestos en ese plan los parados que cobran subsidio de paro, son otros privilegiados de mierda (repito, según ellos) y así se puede seguir hasta el infinito y más allá y por tanto un parado, y según estos señores envidiosos y patateros, también se tiene que callar ante la puta mierda de pasta que percibe. Pues no señor, cada uno tiene lo que puede tener y lo que le dejen tener y cuantos más seamos los que nos rebelemos, más posibilidades tenemos de triunfar. Y esto señores, se hace con AUTÉNTICA SOLIDARIDAD.




Paz mediocre (J.J.Millás)

 Hay gente que se levanta de la cama deseando volver a acostarse y gente que se acuesta deseando volver a levantarse. He ahí la diferencia entre la depresión y la euforia, dos estados emocionales asimétricos por los que atraviesan los países y las personas. Pienso esto mientras aliso y ordeno las sábanas después de ventilar la habitación. Son las siete de la mañana, lo que quiere decir que tengo todo el día por delante. Tener todo el día por delante puede resultar un premio o un castigo. El mismo lunes que para unos constituye un premio, para otros se parece a un castigo. Decido que para mí sea un lunes repleto de aventuras mentales y lo primero que hago es salir a caminar para desentumecer los músculos y ensanchar los pulmones.

Mientras respiro el olor de los eucaliptos y los pinos, recuerdo épocas de mi vida en las que abandonar la cama era un suplicio. Muchas personas, pienso, seguirán ahora mismo en posición fetal sobre el colchón, con los ojos cerrados, rogando que llegue la noche cuanto antes. La vida, en ocasiones, da miedo. Da miedo salir, saludar, decir buenos días a los otros, da miedo comprar el pan y la media docena de huevos o los cuatro yogures con los que remediar un poco la soledad blanca, como de manicomio, de la nevera. Lo que más miedo da de la vida es no poder ganársela.

También recuerdo las épocas en las que dormir me parecía una pérdida de tiempo. Había tantas canciones que cantar, tantos libros que escribir, tantas conversaciones que mantener… Toda mi vida he luchado por llegar a acuerdos entre la depresión y la euforia. He negociado duramente con la ansiedad asesina y con la calma mortuoria. No he permitido que ninguna de las dos se levantara de la mesa sin haber alcanzado algún acuerdo. Y cuando ya había perdido la esperanza de que firmaran la paz, ésta ha llegado de manera gratuita, como un don de los dioses. De manera gratuita y, conviene añadir, seguramente provisional. No sabes de qué depende que un día amanezcas pletórico y otro vacío. De modo que mientras camino a buen paso entre los árboles del misterioso bosque, cruzo los dedos para que le vida, en el futuro, no sea ni muy intensa ni muy apagada. Me basta con esta paz media, incluso mediocre, con la que hoy he abandonado el dormitorio.




TUTE


 

Wislawa Szymborska

 "Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.
Te he sobrevivido suficiente
como para recordar desde lejos".

 


Leonard Cohen

 

"No me considero un pesimista. Creo que un pesimista es alguien que está esperando que llueva. Y yo me siento empapado hasta los huesos".



SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...