ESTACIÓN JUAN TRONCONI (Cecilia Zanelli)
UN DÍA GRIS
además,
para hoy, vestirse de gris.
A lo mejor, hoy sale el sol,
a lo mejor sale,
y a lo mejor rasga la triste cremallera del cielo,
y me envía un mensaje de consuelo
y a través de un tibio y tímido rayo de sol
Mis ideas se tiñen de color gris plata,
mi corazón se llena de plomo gris enfermizo,
y espero como agua de mayo
el poder omnipresente de mi deseado señor,
Es una idea vaga y difusa,
es una idea abstracta y delirante,
es una más entre un millón de locas ideas,
es una idea que se me atraganta,
y que hoy, apenas me deja respirar.
Según yo,
según tú,
no sé, hoy es un día gris,
y por tanto,
Hoy, es un día del mes de Abril,
un día más de duda y confusión,
un día escogido al azar de la suerte,
y el azar me ha escogido a mí,
y aún no sé la razón,
y menos sé el porqué....
Pero que le voy hacer,
si hoy es un día gris
ROGANTES Y ARROGANTES
Los arrogantes son prepotentes y presumidos, les gusta demostrar sus logros y ostentarlos con todo su orgullo de macho alfa. Pero además les gusta el desprecio, es decir cada logro de ellos. es un insulto para los demás. Por lo menos es lo que pretenden (Su primera intención es pasarte todos sus logros por delante de tus narices y para que así te hundas y no levantes cabeza). Pero el que lo consigan, también depende de si tú los dejas, es decir cuando un gallo de éste tipo empieza con su alardeo y despliegue de plumas, justo en ese momento, hay que tener la agilidad de cortarles el rollo ipso facto, porque si no después ya irán más sueltos y más creciditos y será más difícil poder pararles los pies.. .
La peor "cualidad" de un arrogante es su desprecio, te ven como ve un gigante a una pequeña hormiguita toda desprotegida, te ven con cara de perdonavidas y el mensaje es más que claro... él viene a ser dios y tú una mierda pinchada en un palo. Se debería de usar la táctica de ser mucho mejor que él (que no siempre se hace y no siempre se consigue), es decir si él tío alardea de algo y piensa que es el no va más del universo, pues tú siempre vas a ser más y le cuentas otra que hiciste y que en realidad no hiciste, pero que siempre y sea como sea, supere su puta historia de fantasma. Como decía el otro: "Para chulo mi pirulo", lo mismo pero con otras palabras más finas.
Al arrogante le gusta tener público, pues su humillación hacia ti casi carecería de sentido. O sea que en plan personal pasan de humillarte, pero cuando están en grupo, ahí es donde demuestran su verdadera condición de víboras. Les encanta el tema de la humillación y poner el pie sobre el cadáver del que ellos consideran como su enemigo. El único consuelo, es que el arrogante se gusta demasiado y tanto se gusta que al final, se dejará llevar por su instinto de asesino en serie reprimido ( ya les gustaría serlo) y entonces tiene que llegar un momento en el que traspasarán la frontera de la humillación. Y ahí, es donde se le puede pillar y es el instante idóneo para dejarlo en ridículo y así bajarle sus putos humos de cabrón (y con redobles de tambor y todo). Es su punto más débil, ùes cuando se sienten creciditos se ponen blanditos. Cuando pillas a uno bien, te quedas satisfecho para muchos años y siempre te quedarás en disposición a que si viene el siguiente con su arrogancia de mierda, que ya verás como se le caerán los anillos y los dientes al suelo. Y sin dientes, son como lindos tiburones de agua dulce.
LA SOLEDAD Y LA INTELIGENCIA
Es una frase que sirve para el que se encuentra sólo y como no tiene otra recurso más a mano que explique esa determinada situación, pueda acudir al consuelo de su presumible inteligencia. Pues yo (y hablo de mi) me considero inteligente (pero sin pasarse, tampoco) y estoy más sólo que la una y el que esté sólo no lo achaco a mi inteligencia. Además que esa frase indica desprecio hacia los demás y es que suena... "a si estás bien acompañado es que eres lo contrario, un buen descerebrado". Suena a frase de consuelo y ya que estoy más sólo que la una, me voy a dar un baño con mi ego inteligente.
Permitidme que saque conclusiones: el que se considere inteligente que se dedique a cultivar su inteligencia y con o sin compañía. Y que los demás (los no tan inteligentes) hagan o hagamos lo mismo, pues los unos y los otros, o sea todos están en su pleno derecho. La soledad es una opción más que hay en la vida y que puede ser perenne o ser pasajera y creo que su disfrute no tiene nada que ver con la inteligencia del individuo. En mi caso, la soledad vino a quedarse y os puedo asegurar que no es debido a mi coeficiente intelectual. Yo opté por ella y estoy encantado con ella.
¿DE DONDE VIENE EL MUNDO?
Yo quiero decir... que está muy bien analizar el pasado, pero sin olvidar el presente y lo que nos queda por delante.
Entonces, si estás seguro de ti mismo y te basas en el pasado ciegamente, serás la hostia bendita y serás el puto rey de las tradiciones más ancestrales. Yo odio (odio...de esa manera que al final no es tanto) a los que interpretan el mundo basándose en que siempre se hizo así y toman ese hecho como una verdad inamovible y como si fuera un acto de fe.
VIEJOS HUESOS...
Viejos son mis huesos
mis pobres y delicados huesos
que poco a poco se deshacen como el yeso
y que una vez al día,
chillan mi nombre
y después, se cagan en él y en mi esencia...
dolor de vieja patria sin bandera,
dolor de estructura porosa y frágil,
dolor de reclamo,
de exigencia,
y de cagarse en toda mi existencia.
SEPTIEMBRE
Ahora me acuerdo de cuando el mes de Septiembre era un mes precioso de necesidad. Era cuando se daba por finiquitado el caluroso verano y el sentir como poco a poco y al lento paso de los días de Septiembre, nos iba envolviendo la mano húmeda del dulce otoño. Volvía la adorable lluvia después de un seco y siempre agresivo verano. Eran Septiembres de vendimias y siempre me acompañará ese olor a uva fermentada de la vendimia y el intenso olor de la tierra mojada. Yo tengo un hermoso jardín lleno de olores, algunos son olores ancestrales cosechados hace mucho tiempo (infancia, niñez, pubertad), otros son más recientes en el tiempo (estudiante, adulto y pasado de rosca) y por fin, otros son actuales y a los que intento, darles forma y contenido con plantas y flores aromáticas (los aromas me inundan de recuerdos y de los más bellos momentos). Y digo, lo intento y porque no siempre consigo. Yo guardo en mi empobrecida memoria de viejo ya medio caduco, el olor a la Naftalina en forma de pequeñas bolas escondidas en los cajones de mi infancia. De vez en cuando me viene un agradable olor a Hierba Luisa que me encandila mi Pituitaria. O a Manzanilla. O a café de pota. Y en los Septiembres me penetra ese olor a tierra mojada y a uva fermentada, aparte del suave aroma de la paja humedecida en los pajares y a maíz recién cortado y a punto de ser desmigado.
Septiembre también es mes de grandes y profundas mareas vivas y todo el mar subía más que nunca y todo el mar bajaba hasta dejar la playa casi desnuda. Claro que ahora vivo rodeado de mar Mediterráneo y el bajar y el subir de las mareas, es mínimo y hasta a veces pienso que es, ridículo. Yo quiero morir mirando al Océano Atlántico (me gustaría) e ir poco a poco apagando mis cansados ojos al mismo tiempo que iría bajando la marea y el momento más sublime de mi muerte coincidiría con el máximo punto de bajada. Bueno también, querría sonidos naturales y que se escuchara al mar en su batir de olas y al viento, levantar arena y espuma. Y en esa cadencia casi perfecta y casi sublime, ir apagando mis velas vitales. En mi tierra gallega se prefiere morir como sea (supongo que siempre será lo mejor posible), pero que te entierren mirando al mar. Es decir, lo que realmente importa a mis paisanos, es que los entierren mirando al mar. Y yo como no creo en la vida después de la muerte, pues pido y ruego que cuando esté en mis últimos estertores, que alguien me acerque hasta mi Océano Atlántico y que allí me deje morir en paz.
Mi visión del mundo y de las cosas la quiero tener y retener antes de picar billete para el otro barrio. Después de muerto, me da igual que me incineren, que me entierren o que me den por el culo. Quién sabe, a lo mejor al otro lado se encuentra la felicidad ideal. Pero yo expongo mis dudas al respeto, pues yo creo que si hemos tenido momentos felices, esos son los que tenemos que retener y nuca olvidar. Y yo nunca fui más feliz en mi vida, que cuando viví en mi tierna y a veces sufrida infancia, pegado al Océano Atlántico y todas las noches escuchaba su maravilloso concierto de olas y no puedo olvidar, todas las ganas acumuladas que me entraban de ponerme a volar. Y por supuesto, que nadie se olvide de ponerme delante los colores otoñales de Septiembre: el sol tangencial dando en mi cara (color ocre con hermosas sombras oscuras otoñales). Las hojas entre verdes y marrones. El mar azul pero mucho más oscuro que en verano. La lluvia en los charcos. El suave gris del cielo. Los reflejos en la arena mojada de la playa. La luz lejana de aquél faro. El cielo pintado de estrellas fugaces. La luna de septiembre, más hermosa que nunca. Y yo de pie y apoyado en mi ventana y percibiendo cada sonido del viento.
CAEM LAS HORAS (Sara Mesa)

Caen las horas como gotas de aceite,
pesadas, lentas, doradas, tibias.
El aire está inflamado de plegarias,
de cánticos oscuros y enigmáticos.
Yo sé que algo sucede.
Debe de ser que es jueves y algo pasa los jueves.
Debe de ser que es lunes y algo pasa los lunes.
Debe de ser que es sábado y algo pasa los sábados.
¿Por qué no quedan huellas de mis pies
en este asfalto ardiente?
Debe de ser que no peso bastante.
Debe de ser que está lejos la arena.
Debe de ser que el tiempo pasa lento
y aún no te he encontrado.
Se suceden las horas como un hondo rosario,
como un rosario en sombras.
Yo debería pensar ahora en otras luces,
nadar con otros peces.
Aquí estoy resguardada.
La lluvia no me moja.
Mis párpados se cierran sin asombro.
El tiempo pasa lento;
no duele, no me toca.
Sara Mesa
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
