Ahora mis mejores amigas, son las plantas y supongo que lo serán durante un tiempo. Ahora les dedico tiempo, las cuido, las mimo, les hablo, las quiero...porque ahora estoy bastante escarmentado con los humanos, no con todos, pero sí con algunos. Pero no voy de que se hayan portado mal conmigo, porque no es cierto, sino de que las cosas humanas no siempre salen, las cosas bonitas, claro, porque las malas salen por si solas. Yo mismo me he decretado el SILENCIO y para que cicatricen mis heridas del alma, el silencio humano, que no con las plantas, los objetos y las arañas...porque en mi curre tengo una araña que teje y teje y caza y caza y yo la observo en cada Guardia y veo como la cabrona va engordando a cada Guardia que pasa.
Ahora tengo conversaciones silenciosas con los objetos que me rodean, con mis preciosas plantas y con todo tipo de fauna, menos con las Cucarachas y Serpientes...porque en estos casos me puede el odio, el miedo, el asco, la repugnancia y no me aguanto las ganas de pisarlas. Bueno, a las serpientes ni eso, porque me puede el miedo y las ganas de escapar. Y mira que de pequeño me daban cursos intensivos para saber diferenciar una serpiente venenosa de una puta culebra: que si la cabeza es más ancha y triangular, que si los colores son diferentes, que si una mierda...porque nunca me da tiempo a observar la forma de su cabeza, ni su colorido, yo solo veo a un ser asqueroso que se arrastra en su maldad y con eso me llega para tener que escapar.
Y además no es miedo, es pánico, es culebrofobia o serpientefobia y nada de terapias conductistas y que poco a poco les vaya cogiendo cariño, porque mi único cariño hacia ellas, puede surgir de su mortandad y a partir hablaremos de que hacemos con ellas. Supongo que enterrarlas o quemarlas y por si acaso tienen dentro algún huevo medio vivo. Y no me gusta erradicar las especies, pero estos bichos rastreros, que están llenos de veneno y de malas intenciones, los erradicaría de la faz del mundo. Cucarachas, Ratas y Serpientes, seréis condenadas a ser quemadas en las llamas de la eternidad. Y amén.