Yo pensaba en ti,
yo pensaba
y ahora...y ahora...
no pienso nada de ti, ni en ti, ni para ti,
pensaba, era, estaba,
hablaba, soñaba contigo y en tus circunstancias,
te amaba del derecho y del revés
y por ambos lados
y de proa a popa
y siempre y siempre...
me quedaba escondido dentro de tu Ombligo,
a la sombra de las Palmeras de aquél maravilloso oasis,
me encantaba escarbar los túneles de tus venas,
y escuchar el suave murmullo de tus penas...
Yo te juro que pensaba en ti,
que sino estabas yo te pensaba,
que si dabas vueltas yo las daba más rápido,
me encantaba la velocidad del vértigo
y el anticiparme al encanto de tus pensamientos...
yo sabía cuando me ibas a decir
¡te quiero!
o cuando me ibas a decir
¡hasta luego!,
Yo tenía una voz dentro de mi,
una voz que gritaba de amor de tanto que te quería,
que me hablaba a voces, a ecos y a veces, a versos,
que me despertaba con un ¡buenos días!
que me daba las horas y me trasmitía mensajes
y hasta me leía cuentos de hadas y encantamientos,
que a veces te llamaba con su voz entrecortada
y como respuesta recibía la última campanada de las 12 de medianoche
y así fue, hasta que un buen día esa voz me dijo:
no te fíes de la apariencia de los amores escondidos,
que parece que son y no son,
de esos amores llenos de dudas y extenuantes exigencias
que además, te dejarán como un pozo seco,
no te fíes de esos amores que te asfixian tanto y tanto
que para sobrevivir a ellos
necesitarás un trasplante de órganos
y de paso, que extirpen ese tumor de tu Cerebro...
Y por eso, dije no,
y por más cosas...que ahora mismo no voy a contar...
pero insisto, Yo dije no... sobre todo por eso dije no,
y ha pasado el tiempo
y ¿sabes que te digo?
¡que volvería a decir que no!
yo pensaba
y ahora...y ahora...
no pienso nada de ti, ni en ti, ni para ti,
pensaba, era, estaba,
hablaba, soñaba contigo y en tus circunstancias,
te amaba del derecho y del revés
y por ambos lados
y de proa a popa
y siempre y siempre...
me quedaba escondido dentro de tu Ombligo,
a la sombra de las Palmeras de aquél maravilloso oasis,
me encantaba escarbar los túneles de tus venas,
y escuchar el suave murmullo de tus penas...
Yo te juro que pensaba en ti,
que sino estabas yo te pensaba,
que si dabas vueltas yo las daba más rápido,
me encantaba la velocidad del vértigo
y el anticiparme al encanto de tus pensamientos...
yo sabía cuando me ibas a decir
¡te quiero!
o cuando me ibas a decir
¡hasta luego!,
Yo tenía una voz dentro de mi,
una voz que gritaba de amor de tanto que te quería,
que me hablaba a voces, a ecos y a veces, a versos,
que me despertaba con un ¡buenos días!
que me daba las horas y me trasmitía mensajes
y hasta me leía cuentos de hadas y encantamientos,
que a veces te llamaba con su voz entrecortada
y como respuesta recibía la última campanada de las 12 de medianoche
y así fue, hasta que un buen día esa voz me dijo:
no te fíes de la apariencia de los amores escondidos,
que parece que son y no son,
de esos amores llenos de dudas y extenuantes exigencias
que además, te dejarán como un pozo seco,
no te fíes de esos amores que te asfixian tanto y tanto
que para sobrevivir a ellos
necesitarás un trasplante de órganos
y de paso, que extirpen ese tumor de tu Cerebro...
Y por eso, dije no,
y por más cosas...que ahora mismo no voy a contar...
pero insisto, Yo dije no... sobre todo por eso dije no,
y ha pasado el tiempo
y ¿sabes que te digo?
¡que volvería a decir que no!