POEMA 20 ( Pablo Neruda)


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

AQUELLOS DEDOS TUYOS...(Andrés Neuman)

Aquellos dedos tuyos,
dormidos como en lana,
urdían la caricia y sus efectos.
¡Tocar era tan fácil
y tanto me abrigaba
desnudar esos dedos
para tejer muñecos temporales!
Ahora tejo tu sombra,
que no es poco tejer cuando se ha amado.

BALANCE

 

Hay algunas cosas que he escrito hace 10 años (cuando empecé a escribir), que con las cuales no logro entender como alguien me siguió leyendo. Es de suponer que cada estado de uno tiene su momento determinado y de aquellas (hace 10 años) levitaba en un estado de ebullición constante. Lo de arriba era poco para mí, el cielo siempre me quedaba a los pies y los aviones me rozaban los cojones. Cualquiera me bajaba de la parra, pues con aquella lengua bífida que asomaba por mi boca iba liquidando sin compasión a cualquier forma de vida que levantara la cabeza y que osara decirme algo que no gustaba. De aquellas liquidé a unos cuantos y otros quedaron advertidos y al resto, los seguí queriendo y mucho más. Lo quese con mucha más locura que antes. Alguno quedó patidifuso, pues no esperaba semejante reacción por mi parte y claro, no tuve tiempo de poder explicarle que estaba harto de tragar tanto y que ahora, no pasaba ni una. Yo creo, que fue un brote de subidón alucinatorio y dije de la forma más descarnada algunas verdades como puños. Aunque otras que de aquellas me parecieron verdades...con el paso del tiempo, se han convertido en medias verdades y porque no decirlo claramente, en falsas verdades.

De algunas cosas me arrepiento y no me moriré sin pedir disculpas a quién le corresponda. De otras, las dejo en estado durmiente y a la espera de que algún día, me aclar y pronuncie definitivamente. Y del resto que quedan, no me arrepiento de ninguna. He tomado decisiones sumamente difíciles. He tenido que ajustar de aquellas, las dosis de mi medicación del coco y creo, que dí en el punto justo...pero mucho trabajo me dió encontrar ese punto justo. De hecho hubo varias veces que me pasé dos o tres pueblos y como ya dije antes, no me moriré sin antes pedir mis más sinceras disculpas.

Ahora, me siento más estable pero también más aburrido. Me siento más normalizado y entro en otra fase un poco más confusa. Tengo que replantearme que hacer con mi vida, hacia donde quiero ir, si quiero seguir escribiendo a todo trapo, cuanto tiempo más seguiré currando (pues hace 7 meses que tenía derecho a jubilarme y en cambio pedí una prórroga de 1 año y no sé, si pedirme otra y todo, por asuntos financieros y no por ganas de jubilarme y de una puta vez por todas). Pero a lo hecho pecho y yo con 52 o 54 años me hipotequé hasta las cejas  y el sueldo de jubilado casi no me llega para poder pagar semejante hipoteca. Y ¿donde coño me voy a quedar?...si me quedo en Menorca o me voy a otro sitio y a que sitio y ¿para que quiero ir a otro sitio?. Poco a poco iré desgranando éstas preguntas. Me doy de plazo 1 año o  puede que 2, porque al fin y al cabo, no todo en mi vida depende de mí, mi hijo pequeño (que tiene 24 años y que es síndrome de Down, tienes más que mis propias decisiones y al fin y al cabo, es él que decidirá adonde vamos).

SELFI


 No se ha inventado nada nuevo.

UM DÍA

 


ALEJANDRO I. LÓPEZ (otoño hojas colores)



 ¿Por qué las hojas de los árboles cambian de color en otoño?

Así funciona la estrategia de supervivencia de los árboles que provoca los tonos ocres, rojizos y amarillos del otoño.
Año con año, el largo camino de la Tierra orbitando al Sol se hace patente en la naturaleza: después de la explosión de vida y color que trae consigo la primavera y alcanza su máximo durante el verano, el paisaje comienza a cambiar conforme la temperatura desciende.
Entonces ocurre una de las transformaciones más dramáticas en el medio natural: el follaje abandona sus distintas tonalidades de verde, para dar paso a tonalidades que van del ocre al amarillo, pero…
¿Por qué las hojas cambian de color en otoño?
otoño hojas colores
Foto: Getty Images
A diferencia de los árboles perennes que mantienen hojas vivas a lo largo del año, los árboles y arbustos caducifolios pierden su follaje con la llegada de los meses más fríos (otoño e invierno), recuperándolo en la primavera.
Al no poseer resinas y otras sustancias que utilizan los árboles perennes para protegerse de la bajas temperaturas, las especies de hoja caduca ponen en marcha un mecanismo de supervivencia con el fin de conservar su energía y mantenerse en un estado de actividad mínima hasta la primavera:
Ante la imposibilidad de seguir realizando la fotosíntesis, las venas que distribuyen los nutrientes del árbol hacia las hojas se cierran y en su lugar, entre el tallo y la rama comienza a crecer una capa de células que separa lentamente a las hojas y su peciolo de las ramas, en un proceso llamado abscisión.
De esta forma, el árbol comienza a deshacerse de las hojas que durante las estaciones cálidas realizaron la fotosíntesis, asegurando sus reservas de agua y energía para los meses más crudos.
Al mismo tiempo, la producción de clorofila (sustancia clave que le da el color verde a las hojas y permite absorber la luz solar) se detiene drásticamente y por lo tanto, la característica tonalidad verde se esfuma, dando paso a otros pigmentos que siempre estuvieron presentes, pero enmascarados por la dominancia de clorofila.
Los pigmentos del otoño y su intensidad
otoño hojas colores
Foto: Getty Images
Los dos grandes protagonistas de esta explosión de colores ocre, rojizos y amarillos son los pigmentos carotenoides y la antocianina: mientras el primero otorga a las hojas tonalidades amarillas y naranjas, el segundo produce rojos intensos.
La sensibilidad de las hojas caducifolias a los cambios de temperatura y la ausencia de clorofila son las responsables de la gama de colores que obtiene el follaje durante el otoño.
La intensidad de los colores del follaje otoñal depende tanto de la especie, como de la temperatura: mientras los días cálidos con noches frías propician una explosión de colores más intensos, las heladas tempranas acortan el tiempo en que el follaje posee tonalidades más vibrantes.
Por ejemplo, las bajas temperaturas (sin heladas) favorecen la producción de antocianina en el maple, de modo que los mejores días de otoño para encontrar un rojo intenso son los despejados después de una noche fría.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...