LOS CLAROS

Veo que no puedo descuidar tanto el Blog, que ahora entré en una dinámica difícil de salir, que priorizo otras cosas por la rutina adquirida en estos días. Y no señor, yo me rebelo y si tengo que empezar a sudar tinta lo haré igualmente, porque mis objetivos no han cambiado y sólo han cambiado las putas circunstancias. Ahora estoy más atrapado en mi curre, pero eso me suena a disculpa, pues mira que no me he visto yo en circunstancias peores y mucho más difíciles y en cambio, seguí adelante.

Si el objetivo no cambia, pues no cambia y ya está. En estos casos no hay circunstancias atenuantes, sólo hay diversas etapas que por fuerza tienen que ser diferentes, pero lo que no puedo hacer ni consentir, es perder el hilo de mi propia historia. Y claro que yo soy un Yo echo de diversos cachitos, vamos como todos y a veces es cierto, que predomina uno por encima de los otros, pero que ese uno después tiene que pasar a segundo plano y en ese relevo de pequeñas preferencias cambiantes nos movemos y esos pequeños cambios son los que nos dotan de energía vital.

Es como el saber desde que naces que algún día te morirás, pues algunos se lo aplican al pie de la letra y viven ya muertos y porque al final ese pensamiento los vuelve conformistas, total nos va a tocar morir y que a mi me las den todas. Otros en cambio, cogemos a la vida por sus huevos y si no te gusta lo que te plantea, se los aprietas hasta sus últimas consecuencias. O sea que hay gente que le gusta vivir en plan vegetal y con la ley del mínimo esfuerzo y a otros nos entusiasma la vida y también nos entusiasman sus dificultades, pues esas dificultades nos fortalecen. Bueno, nos fortalece lo malo, pero también nos fortalece lo bueno y lo único que no nos fortalece es el quedarnos en el medio.

 Nosotros nos exigimos un sí o un no y con esa claridad apabullante vamos dando los pasos necesarios para seguir viviendo. No entendemos la neutralidad, el sí pero no o el no pero sí o el yo paso de todo,..y además, yo tengo derecho a ello. Derechos tenemos todos, pero tenemos derechos con obligaciones y no hay que olvidarse de que el que no se pronuncia sobre las cosas tiene todo el derecho a vivir, pero que después cuendo él tenga un problema, que no nos llamé a los demás y para que le echemos una mano e igual que pasa de un tema, pues sencillamente que pase del otro. Y punto y pelota.

IMPORTA MÁS EL ENVOLTORIO

Otra semana pasada entre profusos sudores producidos por el calor del Verano. No sé quién tiene el termostato en sus manos pero le pueden pasar varias cosdas: Una, que se haya quedado sobado. Dos, que ese operario esté de vacaciones y con esto de los recortes no le pusieran un sustituto. Tres, que haya recibido indicaciones de más arriba de que hay que elevar las temperaturas y como castigo por todos nuestros pecados. Yo opino que de las tres opciones la más válida es la tercera o sea que Dios ve que somos más ovejas descarriadas que buenas personas y él sabe que con un fuerte calor se ablandan las conciencias.

O sea él ve que en el fondo somos unos blandengues de mierda y que mucho bla, bla, blá... y mucho de que vamos a cambiar el mundo y que en el fondo de nuestra existencia sabemos que no vamos a cambiar nada. Y esto lo sabemos porque para cambiar el mundo hay que empezar por cambiarse a uno mismo y entre los predicadores del nuevo orden social no se observan muchos signos personales de cambio. Se mantienen los mismos valores sociales y la familia es el centro de todo el tinglado y como dice el otro, pues menos mal y porqué aún podemos apoyarnos en algo, pero ese algo no es precisamente un indicativo de un verdadero cambio personal.

Yo me acuerdo de mis tiempos revolucionarios en que se decía que la revolución empieza por uno mismo y han pasado un buen montón de años y sigue valiendo en mismísimo argumento. Si nosotros personalmente no somos capaces de cambiar, como le vamos a decir a los demás que cambien. Es lo que se llama ser consecuente con lo que piensas y sientes, pero esa consecuencia no todo dios se la aplica y al final y en consecuencia, pides que los demás hagan lo que tú no has hecho. Claro que en tiempos donde todo se mide por el poder de los votos, lo último que se puede pedir es que las personas sean consecuentes, se puede pedir que guarden las formas, que tiren la piedra y que escondan su mano, que se disfracen de corderitos buenos, que nos vendan su perfil de buenas personas y que así guarden las apariencias...Si ya lo decía el filósofo: no importa el fondo de las cosas, importa más el envoltorio.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...